ESPECIAL STUM: La nave somos nosotros
por Sergio Scabia em EspiritualidadeAtualizado em 16/10/2008 11:33:18
Traducción de Teresa - [email protected]
Hasta hubiera sido bien guay... Mensajes canalizados llegaron con insistencia a las bandejas de entrada de e-mails de casi todo el mundo anunciando el acontecimiento: una enorme nave espacial dejándose ver, pairando ostensivamente durante 3 días, a partir de ayer, día 14 de octubre, sobre los cielos de grandes capitales de nuestro querido y lindo planeta azul, a partir de Australia.
El paseo de los hermanos cósmicos en los cielos hasta llegaría en buena hora, pues podría ser considerado como un apoyo a los “hombres y mujeres de buena voluntad” y una advertencia a los seres humanos omisos o en falta, de que habían llegado demasiado lejos con su desreglado “progreso” que tiene en cuenta principalmente el aspecto financiero y el lucro a toda costa, abriendo de par en par a quien tenga ojos para ver, que el egoísmo, la codicia, la vanidad y la ambición desmedidos están triunfando sobre la ética, el amor incondicional, el buen sentido y, pasmaos, sobre las irrevocables y fundamentales leyes de la naturaleza, que valen en todo el Universo.
Es público y notorio que nunca como ahora hemos llegado tan cerca del derretimiento del sistema financiero mundial, ya totalmente globalizado e interconectado, algo que nos llevaría en poco tiempo a vivir sin la utilización del dinero, intercambiando mercancías y servicios, la conocida permuta, que todavía rige algunas pequeñas y aisladas comunidades aquí en la Tierra.
Para quien acompaña más de cerca el evolucionar de la crisis, se ha hecho mucho más fácil verificar la incapacidad, los precarios recursos mentales, emocionales y morales de los altos ejecutivos de los bancos y otras instituciones financieras, al igual que los limitados predicamentos de nuestros gobernantes, que demostraron patético desempeño frente a la crisis. La tan esperada alocución del presidente americano George W. Bush, el viernes último, fue tan desastrosa y grotesca que inmediatamente arrastró al mercado mundial aún más hacia abajo.
Para que puedas percibir solamente un poco la realidad de los acontecimientos más allá de la jerga técnica o de la inmensidad de ceros del numerario, que no conseguimos evaluar de tan grande, es de evidenciar aquí el comportamiento de la directiva de la AIG, la mayor compañía de seguros de los EUA, tal vez del mundo – que llevó a la insolvencia y al despido de miles de empleados. Empresa investigada desde noviembre del pasado año por pagar dividendos estratosféricos a sus directores, responsables por realizar operaciones de alto riesgo sin cobertura en el mercado. Esta empresa fue salvada por el FED, el banco central americano, con dos inyecciones de capital, la primera de 85 y otra de 37’5 billones de dólares (¡esto corresponde a la octava parte del PIB brasileño!).
Bien, el primer fin de semana tras esas jugosas ayudas recibidas (dinero que de hecho sale directamente del bolsillo de quienes pagan impuestos) los alto ejecutivos de la compañía "descansaron" en un lujoso Hotel hacienda en California. El gasto de la pandilla fue de 440.000 dólares ($200.000 de la estancia, $150.000 de alimentación, $23.000 para masajes y otros servicios de SPA, $14.000 por servicio de peluquería y manicura... y otros $7.000 gastados en el campo de golf). Los diputados que investigan a la compañía encontraron además que Mr. Cassano, ex director de la empresa, aun estando apartado, continúa cobrando la bagatela de un millón de dólares por mes.
Además, tenemos a Dick Fuld, apodado ahora “El gorila de la ganancia”, director presidente del Lehmann Brothers, (el único banco de inversiones que ha quebrado, pues ya no había cómo salvarlo) que, incluso con la empresa hundiéndose, ganaba casi medio billón de dólares al año, reconociendo ante el congreso americano que “el número revelado (500 millones) no era tan correcto”...
Bueno, esta cantidad hubiera comprado cerca de 30.000 coches FOX cero Km.
Ruego disculpas por detenerme tanto sobre estos hechos, pero hemos de percibir lo que realmente está ocurriendo; ya no es posible que los Bancos y las diversas instituciones financieras continúen con estas actitudes desastrosas e inescrupulosas que probablemente conducirán al mundo a otra profunda recesión.
La salvación del sistema financiero mundial (esta terrible desgracia tóxica), ha venido de Europa con un paquete de ayuda directa a los bancos (más dinero en caja) de 2’5 trillones de dólares (más o menos dos veces y media el PIB brasileño), que será soportada nuevamente por los contribuyentes y aliviará una vez más a la barra de personas irresponsables e incompetentes, una casta que se considera superior y vive ignorando los problemas REALES que sufre la población del planeta, como la ignominia del hambre en el mundo. Con 30 billones de dólares (poco más del 1% del importe del socorro dado a los bancos), según afirmó Jacques Diouf, el senegalés presidente de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación – Órgano aparentemente inútil), el mundo erradicaría de una vez esta vergüenza que todavía mata a millones de personas cada año.
Considero que la indignación que siento al escribir me ha llevado inconscientemente al precioso poema de Daniela Mercury difundido la semana pasada El dolor del mundo en mí. El concepto de que, incluso “sin perder la indignación, es preciso aceptar el mundo tal como es”.
Creo que puede ser necesario conocer hechos como los narrados más arriba, para salir enseguida – como seres despiertos – de esta energía que nos ahoga, nos cansa y nos golpea duramente.
Sabemos, desde hace tiempo, que es preciso actuar, realizar con ahínco la transformación personal, hacer lo que esté a nuestro alcance para cambiar a través del ejemplo el mundo a nuestro alrededor, recordando siempre utilizar la clave del amor, en cada acto de nuestra vida, en cada suspiro, en cada pulsación de nuestro corazón.La nave no apareció, probablemente no exista, pero estamos, en este momento de incertidumbre y renovación, más fuertes, conscientes y vigilantes. Se hace cada vez más fácil percibir nuestra fuerza, observando la cara, las expresiones, las debilidades y la desnudez de los responsables por la crisis. Se ensancha la sintonía fina que nos agrupa virtualmente, que nos hermana indisolublemente, que nos impulsa hacia adelante, seres humanos habitados por la divinidad, individuos inmortales, absolutamente capaces de crear nuestra realidad, de moldear nuestra vida y el planeta. Podemos, además de dar ejemplo, asumir de una vez nuestra misión de vida, dejando atrás, con valor y determinación todo lo que es viejo, oscuro, obsoleto y que no lleva a la felicidad, a la realización plena aquí mismo en este orbe, ¡ahora!
Somos muchos y sabemos que la solución viene esta vez por la paz, por la utilización de los enormes recursos individuales de que estamos dotados, que nos intitulan verdaderos agentes del cambio... Ciertamente, por cansancio o necesidad, muchas personas en función de esta nueva coyuntura, ya están abandonando trabajos poco compensadores a todos los niveles, buscando ahora más la esencia que la forma, la realización del alma que la financiera. Lo sé de memoria y de carrerilla, pues en 1999, con la abrupta crisis provocada por la fuerte desvalorización del dólar, que creaba un grave callejón sin salida en mi trabajo con importaciones, yo mismo decidí dejarlo todo y buscar en la humilde ayuda a mis semejantes – algo fuerte, que provenía de mis entrañas – la razón de vivir.
El Universo ha conspirado (una de las leyes de la vida) y hoy el STUM, hijo de una crisis económica, es una realidad, una voz, una luz y un poema para confortar, abalizar, informar y animar a las personas de buena voluntad en su andadura.
Námaste (El dios que habita en mí, saluda al dios que existe en ti).
Somos Todos UNO!