Hablando de prosperidad
por Simone Arrojo em STUM WORLDAtualizado em 17/09/2008 16:06:38
Traducción de Teresa - [email protected]
Las leyes del universo nos enseñan mucho acerca de la prosperidad en todos los aspectos de nuestra vida. Cuando estamos enfermos, no estamos prósperos en la salud. Cuando estamos sin dinero, estamos enfermos financieramente. Y, si no tenemos amor, ¿dónde está nuestra prosperidad emocional?
Nuestra Rueda de la Vida se compone de varios aspectos y, si uno de ellos se encuentra desequilibrado es señal de que esa parte necesita ser mejor cuidada.
La clave para la Prosperidad, en todos los aspectos de nuestra vida, reside en el equilibrio en saber agradecer y pedir. Cuando tenemos mucho amor, dinero, etc., muchas veces, pedimos más y más. No es que esté mal desear lo mejor para nosotros o mejorar de vida, lo equivocado es no reconocer o no dar valor a lo que tenemos.
¿Cuántas veces sólo valoramos padre, madre, novio, perro, casa, cuando lo hemos perdido?
Estamos cansados de ver a hijos de padres financieramente ricos, pero completamente descontrolados emocionalmente, perdidos o viviendo una vida de no valorar las cosas. No se les ha enseñado el agradecer, y viven anhelando algo que ni siquiera ellos saben qué es. Esas personas anhelan prosperidad de cariño o prosperidad espiritual.
Lo peor de todo es que la masa popular contempla esos ejemplos como lecciones erróneas y oímos a la gente decir que: “El dinero no trae la felicidad”. Como si la pobreza trajese felicidad y el dinero fuese pecado.
Tenemos que acabar con los prejuicios en lo relativo al dinero. Desgraciadamente, el dinero, principalmente en Brasil, se mira como algo sucio, de personas que han engañado y son poderosas.
El dinero, si lo utilizamos con equilibrio, nos da la tranquilidad de cuidar mejor de nuestro cuerpo con alimentos variados y seleccionados, viajar, comprar libros, participar en cursos y ayudar a otros que aún necesitan de ese recurso básico. Toda prosperidad puede aportarte expansión de alma. Cuando estás próspero profesionalmente, estás expandiendo tu alma, pues utilizas todo tu potencial creativo, tu raciocinio, etc. No obstante, si esta prosperidad está sacrificando tu parte emocional, es que te falta equilibrar las prioridades.
Quiero resaltar la importancia de que reflexionemos acerca de conceptos tan básicos e importantes, que pueden modificar nuestra vida. Me gustaría que reflexionases que, si te duele alguna parte de tu cuerpo, de tu bolsillo o de tus emociones, es porque hay un desequilibrio.
Cuando pedimos y pedimos, no reconocemos nuestras conquistas. Estamos desequilibrados.
Sin embargo, lo contrario también es perjudicial. Cuando sólo agradecemos, tenemos la impresión de que ya no podemos anhelar nada mejor. Estamos satisfechos con lo que tenemos. Esas personas son las consideradas “falsas humildes”, pues en realidad, son personas pasivas e inseguras de su propio potencial de atreverse a ser de otra manera y aventurarse en la alegría de tener lo mejor y lo suficiente para la expansión de su alma. Son las personas que, para no moverse, consideran que todo para ellas está bien.
El Ser Humano necesita movimiento. Si el cuerpo para, todo se oxida. Si la mente para, la vida languidece. ¿Y el espíritu? Nuestra esencia no para nunca y es ella la que atrae todo cuanto necesitamos pasar en nuestra vida para evolucionar. Por eso, no sirve de nada tener la falsa sensación de que hemos escapado de aprender las lecciones, pues ella trae de vuelta un acontecimiento, hasta que aprendamos.
Por tanto, has de saber agradecer lo que has conquistado, sentimentalmente, financieramente, profesionalmente, etc. Agradece cada experiencia de vida, aunque de entrada parezca un problema. Cuando agradecemos una enfermedad, a principio puede parecer absurdo, pero si ella está ahí, hay un motivo para que exista y el motivo es la lección que se ha de aprender con ella. Si no agradeces no aceptas, y si no aceptas no curas y, principalmente no aprendes lo que necesita ser aprendido. La vida, en esos casos, te trae varias veces la oportunidad de aprender la lección.
Entiende: siempre la falta de algo nos muestra que no hemos valorado eso en el pasado o en el presente. Por tanto, agradece esa crisis y que sepas que la prosperidad viene del equilibrio en saber agradecer y pedir.