¿Qué estamos haciendo con nuestro tiempo?
por Rosemeire Zago em STUM WORLDAtualizado em 07/10/2008 16:05:47
Traducción de Teresa - [email protected]
¡Caramba! ¡Cómo pasa el tiempo… y qué rápido! Esto, estamos todos acostumbrados a decirlo y a escucharlo, pero estaba pensando al respecto cuando me he deparado con el tiempo en que estuve distante del STUM. No precisamente distante… apenas no estaba escribiendo los artículos, pues de una u otra forma, estamos siempre interconectados y así nos mantenemos cercanos. Pero en este tiempo que ha pasado muchas cosas han ocurrido, cambios de casa, consultorio, personas han fallecido en mi familia, y todo esto me ha hecho reflexionar: ¿cómo evaluamos lo que es prioridad en nuestra vida? ¿Prioridad es pagar nuestras cuentas? ¡Claro! ¿Es trabajar por el dinero para que éste pueda aportarnos confort y conquistas? También, pero ¿será sólo eso?
¿Por qué permitimos que la rutina diaria, los quehaceres domésticos, los compromisos profesionales, sociales, sean más importantes que estar al lado de los que amamos? ¿Por qué aún vamos cargados de orgullo, vanidad, culpa, remordimiento, resquemores, frente a tantos valores más nobles, como amistad, verdad, amor? ¿Qué es la vida ante tantas “pequeñeces” con que vivimos? ¿Por qué, aún, desatendemos los signos con que el Universo, en su maestría y sabiduría nos contempla?
¿Cómo es vivir bajo sus valores? ¿Tendrás tú respuesta para esto? ¿Cuántas decisiones no se toman apenas para agradar a otras personas? ¿O para evitar desagradarlas? ¿Son los otros quienes nos impiden vivir conforme a lo que creemos, o somos nosotros mismos quienes nos aprisionamos con verdaderos grilletes, que podemos llamar carencia, dependencia, vergüenza, culpa, miedo, entre otros?
¿Qué harías tú si alguien a quien amas te llamase en este momento pidiendo tu ayuda, tus mimos? O si fuese para contarte algo muy bueno que le ha sucedido, ¿cuál sería tu reacción? ¿Podrías dejar lo que estás haciendo, incluso dejar de leer este artículo, e ir a su encuentro? ¿O bien le dirías que tienes mucho que hacer, pero quién sabe otro día, a otra hora, en otro momento?
Probablemente esta sería tu respuesta, y la mía también, al fin y al cabo lo que estamos haciendo siempre es más importante.
Es evidente que no podemos abandonar nuestro trabajo ante toda y cualquier solicitación. Pero y si fuese una llamada de teléfono avisando de que la persona mencionada está en la UCI o acaba de fallecer ¿cuál sería tu actitud? Tú, yo, todos nosotros, lo dejaríamos todo e iríamos allí. ¿Qué nos hace tener reacciones tan extremas?
Pensé acerca de todo esto mientras estaba en el velatorio de un tío… era un miércoles, a las 10 de la mañana, y todos estaban allí reunidos, personas que no se veían desde hacía años, pues hasta entonces no habían tenido tiempo para verse… pero ese día, todos habían dejado lo que estaban haciendo para estar presentes en aquel momento. ¿Por qué en general, sólo en situaciones extremas podemos hacernos presentes? ¿Por qué no conseguimos el mismo tiempo disponible en otros momentos para ver a aquellos que nos son queridos? ¿Por qué somos tan egoístas al privar a los que amamos de nuestra presencia y de nuestra demostración constante de amor, y lo hacemos con tanta facilidad? Detente algunos segundos y piensa en las personas que han marcado positivamente de alguna manera tu vida. No importa cuántas sean. Una, dos, ¿diez? ¿A cuántas les has expresado verbalmente lo muy importantes que eran o son para ti? ¿Demuestras tu amor a todos los que amas? Si no lo haces, ¿qué te parece empezar hoy?
¿Qué tenemos de más valioso en la vida? ¿La casa que hemos comprado, la ropa, el coche, el éxito profesional? Creo que no. Ciertamente nuestro mayor tesoro está guardado muy dentro de nosotros, son nuestros sentimientos, nuestros amores eternos, y sólo podemos donar, compartir, para ante nuestras actitudes, palabras y, principalmente, nuestra presencia. Es importante siempre recordar que lo que el dinero puede comprar, cualquier persona que lo tenga podrá dárnoslo; pero el amor, este sentimiento tan noble y valioso, únicamente personas especiales nos lo pueden ofrecer ¡y esto, pienso yo, es lo que debería marcar toda la diferencia! Y no siempre es así. Dejamos sí, y con mucha frecuencia, de estar junto a quien es importante para nosotros, sea para reír, llorar, apoyar, intercambiar, y lamentablemente, nos acercamos en momentos de extremada urgencia. No es que en esos momentos nuestra presencia no sea necesaria, ni mucho menos, pero ¿qué tal si dedicamos algo más de nuestro tiempo a estar al lado de los que amamos y que verdaderamente nos aman? Y tú, ¿qué estás haciendo con tu tiempo?...
Hay una frase de Buda que representa un poco todo esto que estoy diciendo, que me gusta mucho y dejo para tu reflexión:
“Lo que más me sorprende en la naturaleza humana es el hombre que pierde
la salud en busca de la riqueza material y después
gasta toda la riqueza material para recuperar la salud.
Vive una vida como si nunca fueses a morir y muere como si nunca hubieses vivido.”
Buda
No vivas como si fueses inmortal, ninguno de nosotros lo es, por eso, da valor y, por encima de todo, convive con los que te son queridos, ¡puede que no estén mañana para recibir tu visita!
¡Hasta el próximo artículo!