¡Vivir vale la pena!
por Wagner Borges em STUM WORLDAtualizado em 20/12/2007 02:24:59
Traducción de Teresa - [email protected]
(Ser Luz es Ser feliz)
No siempre las cosas son como parecen ser.
Turbante en la cabeza no significa maestría alguna.
Renegar de la vida humana nada tiene que ver con iluminación.
Negar el valor del cuerpo – vehículo sagrado – es no respetar a la Tierra.
¡No ver lo sagrado en todo, es ser profano!
Conocimiento no es sabiduría; y servilismo no es humildad.
Más vale el materialista que realiza algo, que el espiritualista teórico.
Un abrazo cálido transmite más luz que un diploma de maestro bioenergético.
Dos montañas son inmensas, pero no pueden abrazarse. Dos personas sí pueden.
Escalar el Himalaya no significa iluminarse. Las cabras lo hacen diariamente.
Ir a la India o a Machu Picchu no es lo mismo que viajar por el cielo del corazón.
Karma no es venganza divina; y reencarnación no significa bajar para sufrir.
Quien porta el infierno en sí mismo, a todo condena.
Hablar de perdón no significa perdonar; hay predicadores religiosos llenos de odio.
Salir del cuerpo es normal; fenómeno extraño es vivir sin horizontes mayores...
Para quien ha congelado el propio corazón, el mundo entero parece el Ártico.
Quien está triste, todo lo ve gris; sin embargo, más allá de las nubes, el sol brilla...
¿Qué manto dorado o ropa nueva podrá hacer brillar a un corazón egoísta?
No importa quién has sido tú en otra vida; ¡vale más lo que haces ahora!
Vivir es mucho más que solamente existir. Y se vuelve mejor cuando se es feliz.
P.D.: Hay un refrán popular que dice, cuando alguien es pendenciero: “¡tal persona es postilla de herida!”
Desde el punto de vista de la clarividencia, ¡eso es acertado! Hay auras llenas de heridas.
Y es que las complicaciones psíquicas de las personas quedan registradas en su mismo campo energético. El efecto de sus broncas gravita en torno a su propio perímetro energético – aura.
Y franjas oscuras envuelven sus chakras y abren puertas psíquicas para las obsesiones invisibles. Sus heridas revientan en el aire a su alrededor, revelando, en lo Astral, lo que ocurre por dentro del ser. En el plano físico nadie lo percibe, pero en el extra-físico, todo se pone de manifiesto de forma bastante clara.
Esto no depende de la raza, credo o sexo. Cada cual proyecta en torno a sí mismo todo cuanto ya se encuentra en su corazón. Y, como las energías siguen a los pensamientos y sentimientos, es natural que, para quien en sí abriga tinieblas, todo se vuelva opaco.
Para curarse de eso y cerrar las heridas psíquicas, sólo hay un remedio: ¡ser feliz!
Y, para quien estudia y vivencia la temática espiritual – y sabe que la realidad no es apenas lo que se ve – eso se torna más evidente con cada desarrollo.
El que es feliz ayuda a la humanidad, naturalmente, mediante su propia irradiación energética saludable.
¡Vivir vale la pena!
Paz y Luz.
