Sendero Consciencial - Parte 4
por Wagner Borges em STUM WORLDAtualizado em 29/01/2008 14:17:36
Traducción de Teresa - [email protected]
Amigo de jornada espiritual, ¡saludos!
Del nadir al cenit, que haya luz en tu vida.
Que el viento del espíritu airee tus ideas y renueve tus energías.
¿Reconoces que conciencias amigas, de otras esferas, velan secretamente por tu progreso?
Ojos serenos y magnánimos proyectan luces sutiles en tu senda.
Aun en los momentos de probaciones acerbas y de soledad, sin que te des cuenta, el Invisible Inmanente sigue inspirando tu vivir.
Él es el Soplo Vital de todo lo que respira.
* * *
¡El iniciado espiritual nunca camina sólo!
Dentro de su corazón pulsa el corazón del Gran Hierofante.
El Supremo conoce sus objetivos y su lucha por los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad.
¡Él es la luz de su corazón!
El iniciado reconoce Su toque en la plegaria y en la meditación.
En la luz que se expande, secretamente, Él también toca otros corazones, en alguna parte...
El iniciado lo sabe y acepta los designios superiores; sabe que es apenas una centella del Todo.
Por ello agradece y trabaja, naturalmente.
Él comprende los motivos...
* * *
No existen reuniones espirituales iguales, pues hay condiciones que se alteran, en diversos planos.
Con todo, el amor que envuelve al iniciado es siempre el mismo.
¿Quién podrá describirlo?
¿Cómo explicar el toque sutil que inspira el corazón?
¿Cómo hablar de la luz que derrite los corazones sintonizados con el Gran Inmanente invisible?
¿Cómo hablar de aquella luz que brilla en el cimborio celeste y que, ahora, brilla en el centro del ser?
¡En la luz, el iniciado se calla!
Él sabe que, cuando el corazón habla al corazón, no hay nada más que decir.
* * *
El iniciado no teme a los espíritus infelices; por el contrario, él los comprende.
Él vibra por ellos, pues conoce el dolor de la ilusión de aquellos que han olvidado su propia naturaleza espiritual. Él no los juzga, solamente vibra y los apoya.
Conocedor de las pulsaciones del Corazón del Gran Hierofante en su propio corazón, él las irradia en favor de todos.
En la luz, él comprende...
* * *
Calzado con las sandalias del buen sentido y del equilibrio, el iniciado camina por las espinas del mundo sin herirse. Él sabe que la senda está dentro de si mismo, y que su templo de probaciones y de aprendizaje es el mundo entero.
¡También sabe que todo lo que vive es su prójimo!
Ha aprendido que el Todo está en todo y, por lo tanto, está en todos los seres.
Respetando a todos, honra a lo divino que habita en todo.
Honrando al Supremo, él es feliz, de una forma que otros no pueden comprender.
El iniciado porta en si mismo la riqueza que el mundo no ve: el discernimiento espiritual y el amor que guía sus pasos a lo largo de las vidas seriadas, en la Tierra y más allá...
¡Él es rico! ¡Él sabe! Él comprende...
Su tesoro, no lo destruye la polilla ni puede robarlo hombre o espíritu alguno.
Es un estado de consciencia en él mismo. Es luz que brilla cada día más...
* * *
El iniciado sabe que no es causa de nada.
Él sabe que de nada sirve ganar el brillo del mundo, si pierde el brillo de su corazón.
También sabe que, sin amor, todo pierde sentido.
Por ello, continúa agradeciendo al Todo, por todo.
Él comprende...
P.D.: Quien comprende, en su corazón, lo comprende.
¡Paz y Luz!
São Paulo, 22 de agosto de 2007.
Nota: Para una mejor comprensión de estos escritos, sugiero al lector la lectura de los tres textos anteriores.