Hasta pronto... En la vida más allá de la vida...
por Wagner Borges em STUM WORLDAtualizado em 19/02/2008 13:52:29
Traducción de Teresa - [email protected]
(Cuando los Corazones se Encuentran en el Gran Corazón)
Hola.
En primer lugar, nada de daros el tradicional “pésame”.
No sé hacer eso, y menos aún, sabiendo que nadie muere.
Ni siquiera tengo cómo mensurar el dolor de la pérdida de un hijo.
Y considero que los padres no deberían pasar por algo así.
Ningún hijo debería desencarnarse antes de sus padres.
Pero quién soy yo para decir lo que debe suceder o no.
Hay leyes más grandes que trascienden nuestros sentidos comunes.
Y hay cosas que no sabemos aquí en este plano terrestre.
No tengo un mensaje suyo para confortaros.
Pero si me lo permitís, tengo un mensaje, aunque sea mío:
“El dolor de la pérdida tan sólo queda procesado cuando existe aceptación de lo ocurrido.
Sin aceptación, no hay superación alguna, solamente rebelión y sufrimiento.
No puedo demostraros que haya vida después de la muerte.
Sólo puedo contar lo que observo en los viajes espirituales.
Si pudiese, os llevaría conmigo en uno de ellos.
Entonces, contemplaríais a todo el mundo vivo en el ‘lado de allá’.
Y después, volveríais para el ‘lado de acá’, llenos de alegría y de vida.
Aún sentiríais la falta del muchacho, pero administraríais ese sentimiento mucho mejor.
Padre y madre, - si es que puedo llamaros así –, yo también soy padre.
Al igual que hay un Padre de todos nosotros, que está en todo.
Y no estoy hablando de un tipo ‘allá arriba’, sino dentro de cada corazón.
En Él estoy pensando ahora, por vosotros y por vuestro hijo, para que os ilumine.
Ah, cómo me gustaría abrazaros, por vuestro hijo, para curar ese dolor…
Él sabe que vosotros lo amáis mucho. Y está muy vivo, más que nunca…
No está dentro de ninguna fosa, pues nada sujeta al espíritu, que es luz.
Él quiere que vosotros recordéis su mirada, con brillo y clareza.
Sí, eso es. Su gran mirada límpida, tan conocida de vosotros.
Y sabéis de su generosidad y de su gusto espiritual.
Padre y madre, es eso. Algunas palabras pueden curar. ¡Nadie muere!
No tengo cómo decir más, pero sé que habréis de comprender lo esencial.
Nada de pésames o cementerio. El lance de la luz sucede en el corazón. ¡El amor es lo más grande!
Y vosotros habréis de encontraros, en el momento propicio. Mientras tanto, apenas aceptadlo y curaos.
Sois buenos padres y él es un buen hijo. Entonces, todo está bien.
Confiad en ese amor vuestro, y empujad adelante la vida, de la mejor manera posible.
Que El Gran Espíritu bendiga estas líneas y os lleve luz.”
P.D.: Disculpadme si no puedo decir más que esto, pero no tengo ninguna autoridad espiritual para atravesar los caminos fuera del momento determinado por lo Alto. Sólo puedo deciros que la gran mirada brillante de vuestro hijo continúa brillando por ahí, tan viva como antes, como debe ser…
Paz y Luz.
São Paulo, 18 de diciembre de 2007.
- Nota: Estos escritos fueron dirigidos a una pareja que ha perdido su joven hijo único, asesinado durante un atraco en São Paulo. El muchacho frecuentaba mis palestras abiertas sobre experiencias fuera del cuerpo y espiritualismo en el IPPB. En muchas de ellas su padre le acompañaba.
Para levantar algo el astral de los padres, he escrito estas líneas y se las he enviado por e-mail. Y fue estupendo. Tanto que ellos han pasado los escritos a otras personas que también han perdido hijos.
Después, conversando con el padre del chico y sabiendo que esos escritos habían hecho bien a otras personas, le he pedido permiso para transmitirlos en abierto para todos. Así que los pongo en circulación, y hago votos para que lleguen a otros padres e hijos.
Ojalá estos renglones renueven otros corazones por esos mundos de Dios…
Obs.: Mientras tecleaba estas líneas, me acordé de un fragmento de la introducción del excelente libro “Consciencia Cósmica”, del médico y escritor inglés Richard Maurice Bucke, en el cual homenajea a su hijo, que se había ido a vivir “al lado de allá” el año anterior. Es una dedicatoria inter-planos, llena de amor y admiración, que no habla de añoranza mórbida, sino de ánimo y conciencia luminosa. Entonces, para iluminar vuestros corazones, reproduzco el texto a continuación.
DEDICATORIA DE LA PRIMERA EDICIÓN DEL LIBRO “CONSCIENCIA CÓSMICA”
(Dedicado a Maurice Andrews Bucke; 1868-1899)
Querido Maurice:
Hace un año, en este día, en la aurora de la juventud, de la salud y de la fuerza, en un segundo, un terrible y fatal accidente te ha llevado para siempre de este mundo donde tu madre y yo todavía vivimos. De todos los jóvenes que he conocido, tú eras el más puro, el más noble, el más honrado, el de mejor corazón. En la empresa de la vida, tú eras laborioso, honesto, leal, inteligente y digno de la más amplia confianza. Cómo nos hemos sentido con ocasión de tu pérdida – cómo aún nos sentimos – no lo registraría, aunque pudiese. Deseo hablar aquí de mi esperanza confiada, no de mi dolor. Yo diría que, mediante las experiencias que constituyen la base de este volumen, he aprendido que, pese a la muerte y a la sepultura, a pesar de que te encuentres más allá del alcance de nuestra vista y oído, aunque el universo sensorial dé testimonio de tu ausencia, tú no estás muerto ni de hecho ausente. Tú permaneces vivo y bien, y no te encuentras lejos de mí, en este momento. Si me hubiese sido permitido, no entrar, pero – a través de la estrecha rendija de una puerta entreabierta – lanzar una mirada rápida a ese otro mundo divino, ciertamente yo podría, entonces, estar apto para vivir aquellas iluminadas palabras de Montana que el tiempo tan sólo hace imprimir cada vez más profundamente en mi cerebro.
Ahora, falta apenas un poco más para que estemos juntos otra vez y, con nosotros estarán aquellas otras almas nobles y bienamadas que han partido antes. Estoy convencido de que te encontraré y a ellas también; tú y yo conversaremos acerca de mil cosas y también sobre aquel día inolvidable y todo cuanto ha sucedido después; y percibiremos, claramente, que todo formaba parte de un plan infinito que en su todo era sabio y bueno. Tú ¿me ves y apruebas, mientras escribo estas palabras? En ese caso, sabes cuánto te quería mientras has vivido lo que, aquí, denominamos vida, y cómo te has vuelto todavía más querido desde entonces.
Debido a los vínculos indisolubles de nacimiento y muerte, forjados entre nosotros por la naturaleza y por el destino, gracias a mi amor y a mi tristeza, y por encima de todo, a causa de la confianza inextinguible e infinita que existe en mi corazón, te dedico a ti este libro. A pesar de que está lleno de imperfecciones, que lo hacen indigno de tu aceptación, se ha originado en la certeza divina nacida de la más profunda percepción de los más nobles miembros de tu raza.
¡Hasta pronto, mi querido muchacho!
- Tu Padre
Por Richard Maurice Bucke
8 de diciembre de 1899.- Fragmento extraído de la introducción del libro “Consciencia Cósmica”, de Richard Maurice Bucke, publicado en Canadá en 1901. Se trata de la mejor obra producida sobre el fenómeno de la expansión de la conciencia – también llamada samadhi (del sánscrito).
Ese gran libro ha sido publicado por primera vez en el Brasil por la Editora Rener, de Río de Janeiro, en 1982. Posteriormente, ha sido publicado por la Editora Ordem Rosacruz – AMORC. Es obra de referencia sobre el tema de la conciencia cósmica.
Para más detalles acerca de la obra, véase el sitio web de la AMORC: link .
Obs.: Hay otro libro con el mismo título, publicado por la editora Lorenz, de autoría de Rosabys Camaysar. Es un buen libro, pero ni tan siquiera se acerca al tratado realizado por el autor inglés.