ESPECIAL STUM: Corazones en sintonía
por Sergio Scabia em STUM WORLDAtualizado em 22/08/2008 09:58:12
Tengo un gran respeto a las personas en general, claro, pero siento algo más, muy profundo y cariñoso con relación a quien suele leer, comentar y reenviar los boletines que salen (o deberían salir) cada quince días. Pero debido a que tenemos una estructura pequeña, no siempre logramos enviar el especial con regularidad, y cuando algo retrasa su envío me quedo bastante frustrado, pues aquel intercambio sano y positivo queda algo así como en suspenso e imagino que puede que haga falta a las personas que lo leen, habiéndose convertido para muchos en un hábito saludable y placentero.
Considero que con cada mensaje tiene lugar, seguramente, algún tipo de alquimia sutil mediante la cual los lectores y quien escribe producen juntos una fuerza, una sinergia suave que acaba por manifestar lo que el grupo necesitaba compartir. Y en esta más o menos bien escrita sinfonía de letras, todos los implicados se benefician de alguna manera, sin excepción... los queridos mentores espirituales, inclusive.
Es como si por la participación mental colectiva, vía telepatía o sintonía de pensamiento, todo el mundo teclease ahora conmigo en el ordenador, formando una red en torno al planeta que alimenta y – al mismo tiempo se nutre – de toda la energía emanada en el proceso; energía que toma forma visible en el monitor, convirtiéndose en aquella sopita de palabras que se esparce por el éter y que realmente representa a todos...
Sí; si aunque sólo una pequeña parte de este texto “te habló al corazón” considera que has sido tú quien la ha sugerido; si te pareciese que muchas otras personas pueden haber imaginado lo mismo... mejor todavía; quiere decir que la sintonía es fuerte y que estamos todos más y más sintonizados y formando parte integrante de la gran Mente Espiritual, la Suprema Inteligencia que rige el Universo. Por tanto, tan sólo puedo aquí humildemente agradecer de corazón tu preciosa participación, que solamente no te garantiza derechos de autor en función de la gratuidad del boletín.
La distancia, el espacio, ya no nos separan... el tiempo es algo subjetivo que se acelera cuando estamos haciendo nuestros deberes de casa y se detiene en un eterno ahora cuando nos convertimos en Luz...
Cada vez más percibimos cuánto estamos en transformación, reciclando valores, simplificando nuestro caminar y abriendo más y más los canales que nos conectan a la Fuente, utilizando mejor la intuición, el sentir, la “llave del amor” que abre todas las puertas. ¿No es justamente así?
Aunque hasta aquí no hayas dado aquel paso más decisivo hacia delante y hacia arriba, tal vez porque – quién sabe – no te ha llegado la hora, o por necesitar de un poco más de confianza, coraje y determinación, seguramente tú te das cuenta de cuál es el derrotero, qué es lo que debe hacerse, el instante propicio...
Creo que este momento de mutación, de percepción y de la manifestación global de la Unidad, puede estar a punto de asomar en el horizonte. ¡Estamos ahora tal como el Sol poco antes de la aurora, la estrella de la vida que poco a poco se preanuncia al diseminar sus rayos, quebrando a continuación inexorablemente la noche oscura para finalmente reinar absoluto en medio del cielo!
Además de estar todos conectados, comunicándonos libremente por la Net (imagina qué ventaja tenemos respecto de las generaciones que nos han precedido) estamos todos buscándonos mutuamente (de forma subconsciente), utilizando cada vez mejor las poderosas herramientas de la mente, adentrando y siendo absorbidos por aquel 95% de energía de Luz que a todo entrevera y que también forma parte de nosotros. Aun sin tener respuestas, retornos conscientes o lógicos (la dimensión de la Luz ya no funciona así), estamos llevando a cabo un trabajo firme y profundo, sembrando lo que es necesario en torno a nosotros, ya sea por el poder de la palabra, hablada y escrita, o por el ejemplo de la paz, equilibrio y serenidad. Y la expansión de la conciencia nos lleva a vivenciar aún más intensamente la Unidad, a ver al otro en nosotros mismos, a sentir que sí, somos uno sólo, redimensionando o haciendo desaparecer la presencia otrora dominadora y complicada del ego, de la vanidad, de nuestra supuesta superioridad con relación a otros.
Los frutos están ahora en nuestro interior y continuarán madurando sin cesar, basta que observemos nuestras reacciones actuales, nuestras creencias en relación al pasado. Hemos cambiado de veras, para mejor.
La cuenta en el banco puede incluso haber quedado en números rojos, aquellos sagrados viajes de las vacaciones anuales pueden haber desaparecido, el coche que se cambiaba cada dos-tres años... Ya lo era, pero nuestro centro está bastante más ligero, amoroso, consciente... El viaje ya no tiene que transportarnos a lugares exóticos, o particularmente energizados para colmar nuestra Alma, para realizarnos, pues de nada sirve cambiar de lugar si continuamos arrastrando con nosotros las heridas del Alma, las carencias, los resentimientos, las frustraciones.
Y hay además otro aspecto importante, bien conocido por los buscadores: “El camino se hace al caminar”. Es el permanente cambio en nuestros pensamientos, en nuestro modo de proceder y en nuestras emociones, en las pequeñas o grandes actitudes en nuestro día-a-día, ahora mismo, en el lugar donde estamos, rodeados por las personas que tienen que estar en torno a nosotros, ora apoyándonos, ora obligándonos a rescatar algo pendiente o balizando nuestro rumbo. Todo tiene su razón de ser y enriquece con colores y luces nuestra andadura.
Y aquí esta conexión se completa, con mucho cariño, con mucha alegría, con aquella grata sensación que viene cuando hasta la responsabilidad es compartida, pues así es como funciona. Todos escribimos, todos nos beneficiamos – sólo puede ser de esta forma – y a cada paso seremos más libres, conscientes y felices, en sintonía firme con el Universo, esparciendo amor incondicional y construyendo, paso a paso los puentes hacia un futuro de infinita armonía y belleza.
Que seas feliz, recibe las bendiciones que te mereces.
¡Somos Todos UNO!
San Paulo - Brasil - 22 de Agosto de 2008