Agosto – Sin Influencias Nocivas
por Miriam Carvalho em STUM WORLDAtualizado em 03/08/2007 12:13:33
Traducción de Teresa - [email protected]
El mes de agosto está asociado a egrégoras de supersticiones o creencias basadas en situaciones relativas a fechas, animales, objetos etc., tales como: viernes y 13, gato negro, pasar por debajo de una escalera, 13 personas a la mesa.
La costumbre de asociar a AGOSTO con un mes de disgustos, de locura o de “perros rabiosos” tuvo su origen atribuido al emperador romano César Augusto, que dio su nombre al mes. Augusto padecía epilepsia y se consideraba que sus ataques estaban relacionados con la locura.
Por otra parte, coincidentemente, diversas tragedias ocurrieron en agosto, tales como:
* Sacrificio de Juan el Bautista, decapitado en agosto del año 31.
* Noche de San Bartolomé, agosto de 1572, batalla entre protestantes y católicos en la que murieron miles de personas.
* Inicio de la 1ª guerra mundial – agosto de 1914
* Bomba de Hiroshima y Nagasaki – agosto 1945
* Suicidio de Getúlio Vargas – agosto 1954
* Carmen Miranda – colapso fulminante – agosto 1955
* Muerte de Marilyn Monroe – Sobredosis de calmantes – agosto 1962
* Renuncia de Jânio Quadros – dando lugar al golpe de 1964
* Muerte de Juscelino Kubitschek – agosto 1976
* Lady Di – accidente automovilístico – agosto 1997
Y así, la humanidad ha ido asociando a agosto con un mes de disgustos, olvidando que AGOSTO es un mes como otro cualquiera, con aspectos neutros, positivos y negativos.
El Ser humano es producto de egrégoras de sus acciones, creencias y formas-pensamiento. La evolución espiritual, entre otras actitudes, está en vigilar las emociones, sin convertirse en un imán negativo para miedos, angustia, dolor, resentimientos, ira, envidia, venganza, que bloquean los chacras contaminando el aura y la mente. Eso es subjetividad nociva, nos movemos en círculos, sin crecer y sin salir del mismo lugar.
Los sentimientos negativos deben ser ennoblecidos, sustituidos por la manifestación de la Luz Divina a través de la fe, del amor, de la esperanza y de la objetividad.
El nivel de consciencia dimensional de cada cual depende directamente de la calidad y cantidad de energía que él añade a sus actitudes como norma de conducta. Comprendiendo y analizando tales emociones dentro de sí y, principalmente, en el otro, estará perdonándose, extrayendo de sí mismo lo mejor, evolucionando, al desarrollar actitudes positivas con amor, perdón, compasión y, principalmente, con esperanza.
La plenitud del Ser (salud, prosperidad, amor, éxito, paz y armonía) dependerá única y exclusivamente de la calidad de las emociones creadas.
Esto es lo que diferencia al Ser consciente de un Ser común.
Creamos nuestra luz y nuestra tiniebla.
¡El pensamiento de amor y esperanza es un escudo!