Sexo, Amor, Erotismo y Pornografía - Parte 3
por Flávio Gikovate em STUM WORLDAtualizado em 02/06/2008 12:43:34
Traducción de Teresa - [email protected]
EL DESTINO DE LO REPRIMIDO ES LA FANTASÍA
Nuestra razón es fantástica. Ella se ocupa de orientarnos en las cosas que conciernen a la realidad que nos rodea; registra además las sensaciones, emociones y dolores de nuestro mundo interior y sobre ellas nos orienta. Nos permite percibir a las demás personas y sus derechos, y nos despierta para una reflexión moral, o sea, nos hace pensar hasta dónde van nuestros derechos y dónde comienzan los derechos de los demás. La razón, después de ponderar sobre todas estas cuestiones – externas, internas y morales –, nos lleva a las decisiones y a la acción. Es lo que me hace estar escribiendo este texto, y lo que te hace leerlo e intentar percibir su mensaje y eventual utilidad.
La razón humana ha venido desarrollándose tanto, que a partir de un determinado momento hemos pasado a ser capaces de ir más allá de la realidad que nos rodea. Hemos pasado a ser aptos para procesos que no reflejan la descripción de lo que existe, sino que inventan mundos irreales. Podemos, pues, crear historias, situaciones, imágenes y objetos que no existen a nuestro alrededor. Pasamos, entonces, a tener una capacidad mental extremadamente ampliada. Es probable que esa capacidad de ir más allá de aquello que nos rodea haya colaborado en los grandes descubrimientos que nos han llevado a la construcción del mundo real que tenemos hoy. Sí, pues no es imposible que esos “inventos” sean el embrión de cosas que, más adelante, lleguen a existir.
La capacidad de imaginar puede colaborar también para aliviarnos de las tensiones interiores. Es lo que ocurre, por ejemplo, durante el sueño, con muchas de nuestras ensoñaciones. Si sentimos hambre, soñamos que nos deleitamos con un banquete. Si tenemos sed, nos vemos bajo una fuente de agua cristalina. Así, equilibramos la situación durante algún tiempo más, de modo que no sea necesario interrumpir el sueño. Esa es una de las características de nuestros sueños: la realización de deseos de los cuales nos encontramos privados. Es evidente que, en ciertas fases de la vida, los sueños tendrán naturaleza sexual; y tendrán exactamente el mismo significado: la realización de deseos de los cuales estamos carentes. Los sueños pueden ser tan reales que conduzcan a la eyaculación, en los hombres, o al orgasmo, en las mujeres.
Las tensiones, especialmente las de naturaleza sexual, no se manifiestan apenas durante las horas de sueño. Fuertes deseos pueden perseguirnos durante el día y provocar tensiones, pues no siempre podemos realizarlos. Entonces “construimos sueños” mientras estamos despiertos. Son nuestras fantasías o devaneos. Y ¿cuál es el contenido de nuestras fantasías eróticas? Éstas corresponden a los deseos que tenemos y no podemos realizar. El impedimento, en realidad, deriva de las reglas sociales, que hoy día están aflojando. Sin embargo, otros ingredientes seguirán existiendo. Es el caso, por ejemplo, de un muchacho que siente fuerte deseo por una chica que no está interesada en él. Sólo podrá, por tanto, satisfacer sus impulsos en relación a ella con fantasías eróticas, que, como regla, acompañan a las experiencias de la masturbación.
La razón humana ha venido desarrollándose tanto, que a partir de un determinado momento conseguimos ir más allá de la realidad que nos rodea.
El mundo de nuestra imaginación es fantástico e ilimitado. Puede que, en una primera fase de la adolescencia, las fantasías eróticas correspondan apenas a la “realización” de vivencias que no podrían darse en la realidad. Sin embargo, a partir de cierto momento, el imaginario sexual adquiere vida propia y pasa a recorrer territorios que desbordan los límites de nuestras frustraciones personales. El sexo tiene esa peculiaridad de provocar una inquietud agradable – y que por ser agradable es buscada activamente. Pensar en ello, excitarse, es algo que gusta. En esos momentos la fantasía corre a sueltas, de modo que los muchachos pueden imaginarse asediados por mujeres lindísimas – lo cual no suele suceder en la realidad –, todas ansiosas por tener intimidad con él, sedientas de deseo por ellos, etc. ¡Las chicas pueden imaginarse en un escenario, haciendo striptease, dejando a todos aquellos hombres boquiabiertos, dispuestos a cualquier sacrificio para tener acceso a sus “favores” sexuales!
Listo, ya está abierta la ruta que conduce a la fantasía sexual, que realiza deseos frustrados, para un dominio mucho más amplio y rico de nuestra vida interior. Está abierta la ruta que hará de la sexualidad uno de los ingredientes principales de nuestra creatividad y de nuestras funciones intelectuales en general.