Amores por Internet: la vida en un instante
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 09/07/2008 12:22:11
Traducción de Teresa - [email protected]
Él – perfil: cabellos castaños, ojos azules, 1’87 de estatura. Formación universitaria con especialización en el exterior, 45 años.
Profesión: Ejecutivo de multinacional.
Personalidad: romántico; me gustan las cosas bonitas, buen rollo y estoy a bien con la vida. Me encantan detalles que demuestren buen gusto.
Esparcimiento: vela, hípica, escuchar buena música, cine, teatro, actividades culturales.
Qué busca: busco un amor de verdad, una persona agradable y a bien con la vida.
Ella – perfil: morena, 1’65 de estatura, ojos castaños. Formación universitaria, 42 años.
Profesión: Empresaria
Personalidad: romántica, amiga y compañera.
Esparcimiento: correr y lectura. Comer en buenos restaurantes, cine, libros y teatro.
Qué busca: una relación que pueda ser algo más que una simple relación.
Él: subterráneos que no se cuentan:
1) Viene de un matrimonio desmoronado y sale angustiado en busca de alguien que pueda suplir su soledad. Está ansioso por encontrar a una persona que resuelva sus carencias más profundas. Está solo e incomodado con la situación de la separación, después de 15 años de matrimonio.
2) Cuando está muy angustiado, abusa de la bebida.
3) Sabe que este ha sido uno de los factores determinantes para que culminase su separación, pero no lo toma en serio porque cree que ese no fue el principal motivo.
Ella: Subterráneos que no se cuentan:
1) Ha tenido una vida de sumisión en sus relaciones anteriores y desde la más tierna infancia aprendió a ser así.
2) Tiene tendencia a la depresión.
Después de largas conversaciones por la net e intercambio de e-mails, él y ella sienten que han nacido el uno para el otro. Aún algo recelosos por no conocerse totalmente, ambos consideran que la “conexión” tan intensa, vía net, por sí sola, ya ha sido suficiente para que un fuerte sentimiento naciese entre ambos.
- Y el día del encuentro ha llegado.
Ella, según lo acordado, lleva una blusa azul turquesa; él, traje azul marino. Están dentro de una bocatería, en un centro comercial de mucho movimiento del centro de São Paulo. La primera mirada entre ambos es de encantamiento, como si fuese una especie de reencuentro mágico, tal vez de vidas pasadas... Algo subjetivo, perdido en las profundidades de sus tiempos anteriores e interiores, súbitamente emerge, ampliando el clima de pasión que ahora efectivamente se materializa. La visión de ambos ha quedado ofuscada debido a todo este montante emocional que gana la delantera. Parece que ambos se reconocen instantáneamente. Piensan que finalmente han reencontrado lo que desde hace mucho no emergía a la superficie. ¿Sería el amor lo que finalmente se abría camino entre ambos?
A partir de este encuentro, él y ella vivieron momentos de gran pasión. Perdieron el apetito y llegaron a pensar que todo a su alrededor no era más que una película y que la única cosa que valía era el amor que sentían el uno por el otro.
Repentinamente, empero, como en toda pasión que se precia, la realidad tal como es empieza nuevamente a tomar espacio en la vida de los dos. Ella, por tener un patrón de funcionamiento tipo “cuidador”, a principio había cedido a lo que le parecía importante, en nombre de las exigencias de él respecto a sus excesos en los detalles. Todo pasaba a presentarse ahora como cuestiones de perfeccionismos extremos y en nombre de una estética personal de él. Poco a poco ella empezaba a sentirse agobiada. Sentía que por más que intentase agradar, nunca era lo suficiente para él... y lo peor de todo: ella lo sabía. Esta era una situación en su vida que siempre se repetía. Donaba, donaba sin nunca a cambio sentirse reconocida.
Él a su vez, empezaba a irritarse profundamente con ella, con su modo siempre equivocado de hacer las cosas. Nuevamente se sentía aislado y solo. Con una compañía que, además, lo irritaba de modo dulce. Al mismo tiempo que ella le daba rabia, sentía culpa. Empezó a desestabilizarse nuevamente y a beber. Ella se asustó con lo que vio.
- La relación terminó.
En un segundo momento, ambos parten para nuevas búsquedas, tal vez por la net.
Analizando la situación expuesta, deseo dimensionar por dónde camina el psiquismo humano cuando existe búsqueda del amor/pasión. Recordando que una de las posibilidades de encuentro en nuestra actualidad pasa ciertamente por los medios de comunicación que Internet propicia. La cuestión central entrevera el universo de las ilusiones creadas y de la angustia por la falta de algo que en un tiempo remoto ya se ha vivido o incluso que se tiene la ilusión de que finalmente se podrá vivir en plenitud. Fijaos en que esta es la fórmula del enamoramiento. Un lugar de dentro de nosotros que emerge cuando nos parece encontrar a alguien que haga resonancia con ese nuestro universo interior tan inexistente... El problema es que este enamoramiento, como una fiebre que nos acomete, tiene plazo de duración. Y al final existen dos caminos a tomar: el del desarrollo del amor genuino, que implica amar en el otro – inclusive – muchos de los aspectos nuestros que aún están en desarrollo/conflicto, o terminar, por la equivocación que el entorpecimiento de la pasión había ocasionado, partiendo hacia un nuevo emprendimiento/pasión.
Hay mucho que hablar sobre relaciones por Internet. Empiezo por la cuestión del enamoramiento que no exime el uso de la net como un camino de contacto más. Muchos dicen que han tenido mala suerte en encuentros de este tipo, pero ni se enteran de que puede que hayan pasado por el proceso de enamoramiento que incluso independe de la herramienta net. Obviamente existen también historias afortunadas. Todos saben esto. Vamos poco a poco profundizar en varias cuestiones que pueden ocurrir por Internet, pero, por ahora, pienso que este punto puede ser uno de los gatillos que conducen a la mayoría de las personas a buscarse, sea por el camino que fuere...
Mi sugerencia para ti que estás emprendiendo la aventura de encontrar a alguien por Internet es que a principio entres en contacto con esa experiencia del modo menos emocional posible. Te lo explico: contempla la aventura de tu conciencia y la de la persona con quien entras en contacto, como si estuvieses mirando una película en la cual a veces tomas parte, a veces la creas y a veces observas. Evita a toda costa envolverte de modo ciego. Estudia quién eres tú en esta búsqueda existencial tuya. Extrae provecho de esos momentos en que estás fuera de pantalla y reflexiona de modo más lúcido sobre lo que está pasando. Esto requiere entrenamiento.
Intenta percibir dónde te sientes más vivido y qué viene faltándole a tu vida, pregúntate qué sentido tiene esa búsqueda, evitando zambullirte en la situación afectiva apenas por carencia o vicio...Permanece atento a fin de no hacer, en modo alguno, nada que te corrompa interiormente. Si tienes alguna pequeña señal, por menor que sea, de que estás sobrepasando tus propios límites personales o los del otro, inmediatamente congela en tu mente la imagen de tu experiencia y reflexiona sobre lo que pueda estar pasando.
Tu vida es un instante sagrado y tú, ciertamente, mereces vivir tu mejor en todo. Concédetelo. Ten el coraje de entrar en contacto con lo que te rige y transfórmate sin miedo.
Tu vida es preciosa. Sé feliz.
Recuerda: la elección siempre será tuya...