10 pasos para lidiar mejor con personas difíciles
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 02/08/2014 10:28:19
por Maria Silvia Orlovas - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Donde más aprendemos sobre la espiritualidad es en la convivencia familiar.
Tú puedes ir a la iglesia, hacer cursos, frecuentar centros y grupos de estudios, pero el lugar de entrenamiento, pruebas y evolución es en la convivencia familiar, lo cual no es algo malo. Mejor dicho, es gratificante tener pensamientos positivos al respecto, pues se trata de un movimiento inevitable.
No tenemos cómo escapar a la familia, pues aunque vivamos en el extranjero y hagamos nuestra vida alejados de nuestros familiares, tarde o temprano crearemos nuevos lazos y tendremos un nuevo núcleo de aprendizajes que pueden no tener ningún vínculo sanguíneo, pero presentarán los retos naturales de la convivencia.
Aprendí con los mentores que cuando nos estamos enfrentando a algo difícil debemos preguntarnos qué es lo que tenemos que aprender con ese reto. Porque no somos víctimas, aunque a ciertas personas ese pensamiento pueda parecerles el más correcto.
Hay muchas situaciones en que la curación sólo puede ser espiritual, pues todos los caminos del buen sentido, racionalidad y ponderación, ya no sirven. Ya fueron recorridos y descartados, y ahí es donde suele entrar la terapia de Vidas Pasadas. Las personas buscan en otras vidas la explicación de sus problemas actuales, y la curación que puede aliviar el dolor y atenuar la tensión.
En mi consultorio escucho los relatos más diversos, porque cada persona es una historia y cada historia es única; sin embargo, con el paso del tiempo, he ido aprendiendo a descubrir las similitudes, los puntos en común. Y voy a delinear algunas conductas y curaciones que pueden ayudarte, amigo lector:
1. Cuando veas el mal en el otro, puedes estar seguro de que ese mal también existe en ti. Puede que hoy tú ya seas bastante mejor, más leve, más amoroso, pero en algún punto de tu ser, ese mal aún existe. Entonces, en vez de intentar curar al otro, cambiar al otro, cambia tú.
2. Si hablar, pedir, gritar no te ha funcionado, prueba a estar más en silencio y aliviar la convivencia en lo que sea posible.
3. Observa que a veces decimos cosas buenas, somos incluso amables con las palabras, pero la energía que estamos emanando del corazón es pesada y llena de críticas, de ira; y la otra persona recibe eso. Puede incluso que ni tú ni el otro tengáis conciencia de la emanación energética, pero ésta existe. Haz una prueba: ve a un lugar público y mira directamente a un desconocido, y observa que en pocos segundos aquella persona mirará para ti. Somos más transparentes de lo que suponemos.
4. Hay un motivo para que tengas que convivir con esa persona difícil. Busca las causas. Puede que ella o él estén en tu vida únicamente para que puedas reparar un mal que hiciste en otras vidas. Quizá has robado, maltratado, traicionado, matado a este ser que hoy te perturba. Intenta perdonar, intenta que no te importe, intenta cambiar el foco de tu atención, intenta crear estrategias para cambiar de casa, de empleo, de grupo de amigos. En fin, ¿te acuerdas del viejo dicho "el que no esté a gusto que se ponga"? Pues bien, amigo lector, eso continúa vigente.
5. Algunas relaciones se sanean solamente con el alejamiento físico, porque se reducen las ocasiones de conflicto, lo cual es muy bueno, pero otros, aun estando alejados, siguen compartiendo con nosotros sus vibraciones; entonces, es preciso mirar dónde aquello sigue reverberando dentro de nosotros. Y tener el coraje de preguntar si no seremos nosotros los equivocados. Vale cuestionarse.
6. El perfeccionismo nunca ha ayudado a nadie a ser feliz. Observa si en la convivencia tú no estarás siendo pesado en exceso. A veces uno no se da cuenta de que se ha vuelto irritable, susceptible, pesado. Miramos más a los otros que a nosotros mismos y con eso la llave de transformar la vida queda en manos precisamente de la "persona difícil".
7. Nuestros más poderosos profesores siguen siendo nuestros enemigos, porque éstos no tienen tolerancia con nuestros errores, no nos aman, ni nos perdonan; con eso, somos obligados a caminar, a transformarnos. ¿Te has parado a pensar que tenemos que dejar de portarnos como críos mimados que necesitan tener sus deseos satisfechos? Todo el mundo quiere ser feliz y tienes todo el derecho a querer una buena vida y compañeros amorosos, pero, y tú ¿cómo estás actuando? A veces, la vida se cierra precisamente para que tengas ocasión de observarte, sin disculpas o justificativas.
8. Cuando la vida se pone muy mal, es hora de cambiar. No sirve de nada protestar, el problema es tuyo, el karma es tuyo; enfócate en el bien, enfócate en tu luz y camina. todo irá bien.
9. Practica la meditación, la oración, perdona, haz el Ho'oponopono. Con toda seguridad tú ya conoces muchas formas de cura, muchas técnicas. Cuando nos suceden situaciones de conflicto o disputas, es hora de poner en práctica todo cuanto hemos aprendido.
10. Tú eres mucho más que el conflicto. Tú eres un ser de luz. Tú eres un ser de amor. ¿Por qué afincarte en el dolor? Cambia tu visión. Mira hacia otros lados de tu historia, procura hacer otras cosas, conocer otras personas. Ábrete. El mayor problema, en lo que atañe a las relaciones, es quedarnos en nuestra fijación, queriendo solucionarlo a nuestra manera, querer afirmar que tenemos razón, que la vida debe ser tal como la hemos idealizado, y a nuestro tiempo. Pese a todo, los demás no están a nuestra disposición, principalmente cuando son difíciles. Entonces, vamos a la luz, y abre la mente y el corazón.