10 Pasos para volverse su propio Maestro - 8º paso
por Izabel Telles em STUM WORLDAtualizado em 16/10/2004 12:31:32
Traducción de Sandra - [email protected]
La mente, como el cuerpo, precisa de musculación
En el primer paso Ud. aprendió que creencias negativas crean experiencias de vida negativas. Creencias positivas crean experiencias y acciones en la vida, positivas.
Con el segundo paso vivenció una conexión inseparable entre el cuerpo, la mente y el espíritu.
En el tercero paso aprendió que la deshabituación es una forma de quebrar la rutina repetitiva de nuestras experiencias, hábitos y acciones.
En el cuarto paso prometimos que siempre vamos a ver primero el lado bueno de nuestras experiencias.
En el quinto paso revivimos los 10 mandamientos en una óptica bien práctica, diferente de aquella que la iglesia católica nos mostró.
En el sexto paso hablamos de nuevos descubrimientos de la neurociencia que está probando que, en verdad, existen dos cerebros. El cerebro emocional que guarda nuestras memorias en forma de símbolos, imágenes, metáforas y que está conectado al cuerpo físico; y el cerebro cognitivo, más reciente, que almacena nuestro lado racional, nuestra conciencia, nuestra forma de organizar las cosas (descubrimiento este que ya había sido hecho, de otra forma, por iluminados, científicos, astrónomos, espiritualistas y sabios desde los tiempos más remotos).
En el séptimo paso mostramos que la parte contiene el todo y cuanto sentí esta experiencia al morder una pera portuguesa. Sentí – en el primer mordisco - todo el país, Portugal, en aquella textura, en aquel sabor.
En el octavo paso vamos a hablar sobre la musculación que precisamos hacer todos los días con la mente.
Así como vamos al gimnasio a cuidar de nuestro cuerpo para, en la repetición de los movimientos, calcular cuanto queremos engrosar, diseñar y embellecer nuestros músculos, lo mismo debe ser hecho con nuestra mente.
Para eso existen muchas prácticas como la meditación, el yoga, la pureza de nuestros pensamientos, la generosidad, el rechazo constante y vigilado de andar chusmeando, de juzgar o evaluar a las personas. O todo eso al mismo tiempo.
Habiendo practicado ejercicios con imágenes mentales y a través de ellos puedo sentir el cambio increíble de mi vida, cada día. Veo este resultado también en la mente de mis pacientes que después ser nuevamente visualizada, en una segunda sesión, después de que el paciente ha hecho los ejercicios de corrección de sus imágenes muestra las nuevas imágenes allá colocadas por la repetición.
- Todas las mañanas, al despertar, me siento en la orilla de mi cama, cierro mis ojos y hago un ejercicio de limpieza de la mente, colocando allá todo lo que deseo vivir en aquel día.
Después lavo mi cuerpo y aprovecho siempre el agua que escurre de la ducha para pedirle a mi mente que limpie mis células por dentro como si aquella agua estuviese viniendo de una fuente saludable, descontaminada, limpia, con el poder de llevar para el desagüe todas mis impurezas de pensamientos, palabras y acciones.
- Después, paso el resto del día intentando impedir que pensamientos nuevos o repetitivos invadan los espacios de mis minutos y hago eso imaginando flores abriéndose, cantando mentalmente mantras sagrados, rezando oraciones cortitas que invento mientras manejo o ando en la calle.
- Cuando veo algo violento que sucede al alcance de mis ojos digo mentalmente para mi misma:
Eso que mis ojos están captando y mis sentidos sintiendo está pasando fuera de mi. Dentro de mi ser hay luz y paz, belleza y gratitud. Dentro de mi ser hay un jardín de lirios blancos y el perfume de estos lirios exhala por todo este momento llevando - para esta situación que mis ojos ven y mis sentidos sienten - armonía, dulzura, entendimiento y perdón.
Dentro de mí hay un altar igual al altar que construí fuera de mí y sobre este altar están mis ofrendas de abundancia y generosidad que extiendo, en este instante, a esta situación que mis ojos ven y mis sentidos sienten.
Esta es una forma de ejercitar la mente, obedeciendo apenas lo que ya decía el Gran Maestro: “Vigila y ora”!
Me gustaría mucho que Ud. tuviese la noción concreta del poder de la mente. Ella es capaz de realizar todos sus deseos. Para ella, la imaginación o la realidad son perfectamente la misma cosa. La mente no califica o distingue. Ella apenas obedece. Exactamente como nos fue contado a través del cuento de Aladín.
Recuerde este cuento sabiendo que: la lámpara es nuestro cuerpo físico, el genio la mente y Aladín cada uno de nosotros.