Aceptación
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 19/01/2010 14:18:09
Traducción de Teresa - [email protected]
Una de las lecciones más difíciles que tenemos que aprender durante nuestra vida es la aceptación. Sea lo que fuere lo que estamos viviendo, por más doloroso que sea, será más fácilmente soportado si logramos aceptarlo con todo nuestro corazón.
Pero llegar a esta fase no es algo que se produzca repentinamente, o sin alguna resistencia por nuestra parte. Por el contrario, cuando un acontecimiento nos causa gran sufrimiento, tendemos a rechazarlo con todas las fuerzas y a dejarnos invadir por los sentimientos de inconformidad y rebelión.
Solo cuando conseguimos alcanzar un estado de consciencia en el cual percibimos de modo claro que todas las situaciones que vivimos son providenciadas por la existencia, porque constituyen lecciones esenciales para nuestro crecimiento interior, es cuando el proceso de la aceptación empieza a volverse natural.
Hasta que esto se produzca, experimentamos innumerables crisis que, en su mayoría, hacen todavía más duras las probaciones a que tenemos que enfrentarnos. La madurez y la sabiduría traen consigo el precioso don de la aceptación. A partir del momento en que las desarrollamos, la vida se convierte en un caminar más tranquilo, donde vamos vislumbrando en cada acontecimiento una lección que aprender.
Cuanto más pronto lleguemos a entenderlo así, mayores serán las posibilidades de liberarnos de la angustia y del inconformismo.
“Cualquier situación en que te encuentras, es una situación dada por Dios – no la rechaces. Es una oportunidad, una ocasión para crecer. Si te escapa la oportunidad, no crecerás.
Aquellos que se van a las cuevas del Himalaya y se ponen a vivir allá, se vuelven muy ligados a las cuevas, permanecen sin crecer. Se mantienen infantiles. No se hacen experimentados. Si los traes para el mundo, serán destruidos, no serán capaces de soportarlo.
...Sí, es bueno de vez en cuando moverse a las montañas, es bonito. Pero convertirse en vicioso, empezar a pensar en renunciar al mundo es totalmente equivocado – porque es en las tempestades del mundo donde surge la integridad. Es en los desafíos del mundo donde se cristalizan. Lu-Tsu dijo: acepta la situación en que estás. Debe ser la situación ideal para ti, por eso estás en ella.
La existencia cuida de ti. Ella se te ha dado no sin una razón. No ha sido casualidad. Nada es accidental. Todo lo que necesitas se te da. Si fuese tu necesidad estar en el Himalaya, habrías estado en el Himalaya. Y cuando surja esa necesidad, considerarás que deseas irte al Himalaya o el Himalaya vendrá hasta ti.
Sucede... cuando el discípulo está preparado, el maestro llega. Y cuando tu silencio interior está dispuesto, Dios llega. Y lo que sea necesario por el camino, siempre te es proporcionado; la existencia cuida como madre.
Entonces, no te preocupes. En vez de eso, aprovecha la oportunidad. Este mundo de desafíos – esta agitación constante en el exterior – tiene que ser usado. Tú tienes que ser un testigo de eso, verlo. Aprende a no ser afectado por él. Aprende a permanecer inalterado, tocado por él – como una hoja de loto en el agua. Y entonces estarás agradecido, porque solo por estar alerta de todo el tumulto ha ocurrido que un día, de repente, “los dioses están en el valle”. Tú ves la desaparición del mercado, muy lejos, como un eco. Ese crecimiento es real.
Y si puedes ser meditativo en las ocupaciones normales de la vida, no hay nada que no pueda suceder contigo. La luz empezará a circular, solo mantente vigilante. Medita por la mañana y a continuación, mantente cerca de tu centro. Camina por el mundo, pero consérvate cerca de tu centro, ve acordándote de ti mismo.
Permanece consciente de lo que estás haciendo... Y cuando surjan las cosas, actúa, pero no te identifiques con la acción. Sigue siendo un espectador... Haz lo que sea necesario, solo como un reflejo. Haz lo que sea necesario, pero no te conviertas en un hacedor, no te envuelvas con el hacer. Hazlo y finaliza con él, como un reflejo”.
OSHO – El secreto de los secretos.
