¡ALEGRÍA, UNA ENERGÍA LIMPIA!
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 07/11/2010 13:40:27
por Oliveira Fidelis Filho - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Cuando pienso en alegría – en la sonrisa y en la risa – soy llevado a relacionarla con la energía pura, generadora de fuerza. Este concepto encuentra un respaldo bíblico que dice: “… por tanto, no os entristezcáis, porque la alegría del Señor es vuestra fuerza”. El libro sagrado cristiano señala el hecho de que la alegría que expresa fuerza tiene su fuente en el Señor, o sea, en Dios, en lo Sagrado.
No toda alegría (sonrisas, risas o carcajadas) provienen de energía limpia. Es importante distinguir entre humorismo y buen humor. No todos los humoristas son personas de buen humor, aunque provoquen estruendosas carcajadas. El humorista, para afirmarse, generalmente se funda en prejuicios, desvalorización, humillación, desconsideración, discriminación, lo cual, aunque dé origen a muchas risas y carcajadas, ciertamente no puede ser entendido como alegría sagrada, energía limpia. Ciertamente es incluso posible conocer el carácter de alguien a partir de lo que lo mueva a reír o llorar.
El verdadero buen humor, la alegría en el Señor, que emana de lo que es sagrado, limpio y puro, se caracteriza por actitudes optimistas y bondadosas, capaces de llevar a quien las sostiene a ver el lado alegre y bueno de las personas, de las cosas y de los acontecimientos, creando y esparciendo en derredor una risa franca, generosa y entusiasta.
La alegría sagrada, esta energía limpia, es fruto de la Luz, de la libertad, del amor, del Sol del alma. Es fruto del Viento, o como dice otro texto bíblico, es fruto del Espíritu.
La pura energía de la alegría me lleva a rescatar de los archivos de la memoria las factorías eólicas que generan energía a partir de la acción del viento; ¡pura magia! De los modernos paneles solares que, a semejanza de girasoles, acompañan al sol en su cortejo real; ¡pura mística! Me hace recordar los automóviles eléctricos, con sus diseños futuristas, deslizándose silenciosos sin agredir a la Naturaleza. No obstante, pensar en la densa energía de la tristeza me remite a las estructuras agresivas, amenazadoras, de las plataformas de petróleo, de las minas de carbón; ¡constantes fuentes de agresión y muerte! Me hace recordar la humareda oscura y nociva, que surge de las chimeneas y de los tubos de escape de los automóviles, que en su mayoría aún se mueven impulsados por esas energías fósiles.
La energía pura viene de las fuentes puras como el Sol y el Viento, generando fuerza y movimiento sin contaminar, sin afear la Tierra. La energía de la alegría, de modo semejante, emana del Viento del Espíritu y del Sol del alma, o sea, de la esencia divina presente en todo y en todos, pero utilizada por pocos aún.
Cuando tristes, estamos produciendo energía que contamina la psiquis y el cuerpo, además de contaminar el ambiente de relación y el planetario. Cuando alegres, produciendo y consumiendo energía limpia, que aparte de conferir fuerza y movimiento – librándonos de la postración – proporciona asepsia personal, de relación y planetaria.
Alentar la pureza psicosomática es tan importante como mantener limpio el Planeta, hasta porque es imposible permanecer insensible en relación a la Naturaleza externa cuando cuidamos bien de la Naturaleza interna. Siendo así, es preciso tener conciencia de que la tristeza es una energía contaminante, con muchos residuos tóxicos generadores de enfermedades psíquicas y somáticas, mientras que la energía de la alegría es limpia y genera salud.
Además, hemos de percibirnos como eficientes factorías ambulantes de reciclaje emocional. Con independencia de la basura emocional a que estamos expuestos, nos incumbe, como hijos de la Luz, asumir el desafío de transformar las energías contaminantes y nocivas, como el odio y la tristeza, en energías limpias tales como el amor y la alegría.
En lo que atañe al efecto terapéutico de la alegría, haremos bien el observar las siguientes orientaciones bíblicas: “El corazón alegre hermosea el rostro, pero con la tristeza del corazón el espíritu se abate. Todos los días del afligido son malos, pero la alegría del corazón es banquete continuo. El corazón alegre es buen remedio, pero el espíritu abatido hace secar los huesos”.
La plástica que la alegría proporciona al rostro es de causar envidia a cualquier cirujano plástico; y ninguna cirugía plástica estará completa sin el toque de la alegría.
Para los que viven bajo la energía de la tristeza, todos los días son malos; en cambio, para los que se alimentan de alegría, todos los días son fiesta, el banquete es continuo.
La energía de la alegría es buen remedio, pero para quien vive bajo la energía de la tristeza, haya remedio…
Los efectos terapéuticos de la alegría – la terapia de la risa – su capacidad de tonificar la existencia es, por tanto, del conocimiento humano desde antiguas fechas. Hipócrates, el Padre de la Medicina, en el siglo IV a.C. ya se servía de animaciones y bromas en la recuperación de los pacientes.
Freud, en su trabajo El Chiste y su Relación con el Inconsciente, escrito en 1916, ya afirmaba que una escena cómica y la risa que ésta producía mejoraban la salud física y mental.
En 1987 Frans Alexander, del Instituto de Psicoanálisis de Chicago, concluyó en sus investigaciones que “el carácter liberador de la risa es un medio de extravasar las tensiones y de evitar las dolencias psicosomáticas”.
En Alemania un estudio hecho por el departamento de psicología de Dusseldorf demostró que “reír es tan bueno para el organismo como practicar deporte”.
En Francia Jeanne Louise Calment, fallecida en 1997 a los 122 años, afirmó que el secreto de la longevidad es “sonreír siempre”.
Desgraciadamente mantenemos una herencia cultural oriunda de la creencia que valora el sufrimiento. Alimentamos constantemente tales patrones de pensamientos y sentimientos al declarar: “la vida es dura”, “sufriendo es como se aprende”, “la vida no es un mar de rosas”, y por ahí va… Y mal va quien por ahí camina. El resultado es un número grande de personas de cara fea, cara larga, cara triste, cara de enfadado, en fin, cara de bobo. Todo eso es energía contaminante que infecta la mente, el corazón, las relaciones y el Planeta.
Queda recordar que la energía de la alegría está en el Universo y en nosotros, que la vida es generada en medio de una explosión de amor, placer y alegría. Que ser alegre es una opción personal e intransferible y que cada cual es responsable por generar su propia alegría.
Las dificultades enfrentadas con alegría espantan los “buitres” de la tristeza, mantienen encendida la esperanza, llenan de Vida la vida, es como exponer hielo al sol…