Ámate
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 01/04/2009 18:32:41
Traducción de Teresa - [email protected]
Desde muy pronto se nos entrena para amar más a otros que a nosotros mismos, pues aprendemos que al ofrecer nuestro amor, recibimos de vuelta la atención del otro. Y esto es cuanto necesitamos para tener avaladas nuestras cualidades y nuestro valor.
Desgraciadamente, la mayoría de los padres no es consciente de lo importante que es estimular y hacer crecer en los hijos el amor propio y la autoestima.
En vez de eso, les exigen la perfección o los comparan con otros niños y jóvenes a los que consideran más talentosos que los propios hijos.
Crean, entonces, personas miedosas, inseguras e incapaces de ver en sí cualidades suficientes para ser valoradas por los demás.
Como no se puede borrar el pasado, de nada sirve culpar a los padres o ponernos a lamentar lo que no sucedió. Lo que nos resta es desmantelar ese yo y hacer nacer en su lugar alguien que consiga percibir en sí las cualidades con que ha venido al mundo.
Nadie, por más desencaminado que esté por la negatividad y el desamor, está desprovisto de algún talento y de potencial para su realización. Esta es una condición inherente al ser humano, visto que lo divino nos dota a todos de los mismos poderes, sin distinción.
Las condiciones de vida de cada cual son las que determinarán el grado de distanciamiento de ese estado natural.
La tarea no es fácil, pero sí es posible revertir el sentimiento de auto-rechazo que muchos aún arrastran. Es necesario un esfuerzo consciente para borrar los registros negativos que quebrantaron la fe en su propio poder.
El primer paso es dejar de compararnos con otros, pues no importa que existan seres más inteligentes, guapos o realizados que nosotros.
La tarea primordial consiste en escuchar nuestro corazón y descubrir lo que él tiene para decirnos sobre lo que de hecho somos, y de qué necesitamos para ser felices.
La respuesta siempre llegará, a poco que nos empeñemos verdaderamente en oírla. El paso siguiente es reunir el coraje necesario para corren en pos de nuestros objetivos, siendo conscientes de que la vida algunas veces habrá de colocar obstáculos en nuestro camino.
Pero si vamos plenamente imbuidos de compasión y de amor incondicional por nosotros mismos, nada será capaz de hacernos desistir de la felicidad que creemos merecer.
Cuanto más logremos reírnos de nuestros tropiezos y de nuestra tendencia a asumir el papel de mayores víctimas del mundo, más cerca estaremos de aceptar amorosamente quienes somos y contemplar con claridad nuestras virtudes.
Creando la propia vida
Creamos continuamente posibilidades en torno a nosotros, pero nos sorprendemos cuando éstas se verifican. Vigila bien tus ideas y observa como ellas crean tu vida. Alguien piensa que es un fracaso, que no va a hacer nada en la vida. Realmente, esa persona no hará nada porque su idea está creando su realidad. Cuanto más le parezca que no está consiguiendo nada, cuanto más reforzada sea esa idea por la retroalimentación, más le parecerá que está convirtiéndose en un fracaso. Se crea un círculo vicioso.
Quien piensa que va a tener éxito, es exitoso; quien piensa en hacerse rico, enriquece; quien piensa que no va a enriquecer, permanece pobre. Haz la prueba y quedarás admirado; algunas veces, ni siquiera lo creerás.
Si un hombre piensa que jamás encontrará un amigo, no lo encontrará. Levantó en torno a sí la Muralla China; no está disponible. Él necesita probar que su idea es acertada, recuérdalo. Aunque alguien se acerque con gran cordialidad, será rechazado. Él necesita probar su idea; está muy comprometido con ella. No se desviará de esa idea, porque ella es una parte importante de su ego. Él necesita probar al mundo que tenía razón, que nadie puede ser amigo suyo, que todos son enemigos. Y poco a poco todos se convertirán en enemigos suyos.
Observa tu mente. Estás constantemente creando tu vida, estás constantemente fabricando tu vida.
Osho, del libro “Ve Con Calma”