Ángeles del bien
por Sergio Scabia em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:34:58
Traducción de Teresa - [email protected]
Seguro que tú también conoces a muchos de ellos, pues están por todas partes.
Son amigos, parientes, vecinos de hace tiempo, jefes o compañeros de trabajo; personas estupendas, inteligentes, honradas, cumplidoras de sus deberes. muchas incluso son devotas, orgullosas de pertenecer a determinado grupo religioso. Son padres y madres que ya han pasado la mitad de su existencia, buscando desde pequeños - con ahínco - alcanzar una buena educación formal, constituir enseguida su núcleo familiar, iniciar la conquista de la tan necesaria seguridad material, mantener la salud del cuerpo (llevando a cabo chequeos periódicos para verificar y controlar la tensión arterial, glucemia, colesterol, triglicéridos y otros).
Algunas quizá sean sedentarias, otras posiblemente sientan la absoluta necesidad de dejar la gran ciudad durante los fines de semana para tratar de olvidar el estrés que a diario les acompaña.
Muchas, aplastadas por el ritmo alocado de la vida de hoy, quizá solo ahora se aperciban de cuánto han crecido sus hijos y de las muchas oportunidades que han perdido de acompañarlos algo más de cerca en el camino de la vida, al haberlos confiado ciegamente a tradicionales y caras instituciones de enseñanza, quizá olvidándose de darles, de regalarles todo el amor que ellos - los hijos - esperaban o necesitaban.
Quizá se hayan olvidado de algo más. y no únicamente ellas.
Y este algo no es cualquier cosa banal, trivial. Se han olvidado de su naturaleza divina.
Han vivido - y siguen viviendo - de acuerdo a patrones y valores externos, definidos, implementados por grupos de poder que saben perfectamente lo que hace falta para controlarlas. engatusarlas, dominarlas.
El bombardeo mediático es puntual, incesante, masivo; alcanza a todos, incluso a indios, caiçaras, quilombolas, a críos que aún no van a la escuela; con cada noticia, cada spot, cada clip, la máquina, la matrix perversa avanza. Los más sensibles pueden notar con mayor claridad el alcance y la fuerza de este ataque que penetra en lo recóndito de la mente de las personas por medio de imágenes, sonidos, colores, conceptos, grabando "cookies" específicas en nuestro cerebro, permaneciendo en él como un virus de ordenador, un "troyano" siempre activo, un gatillo permanente, a modo de maléfica forma-pensamiento adherida como obsesor en el aura, perturbando profundamente el poderoso campo de fuerza vital, la lucidez, la percepción de la verdad.
Es tarea fundamental - aunque sea muy complicada su ejecución - que hagamos algo inteligente para ayudar a esas personas a reencontrarse, a desintoxicarse y a despertar para que al fin asuman su cometido, su misión de vida aquí en la Tierra.
Somos todos hermanos, lo que nos aleja unos de otros son factores transitorios, que ya hemos aprendido a identificar y a desarmar. Los conocemos muy bien: el ego, la ambición, la vanidad, y la pérdida de contacto con la Fuente, el centro de Luz que vive en nuestro interior.
Pienso que cuantos están leyendo este boletín son todos misioneros de la Luz. Algunos más engajados, más dispuestos y enfocados, otros que poseen todo un potencial latente y solo necesitan algún estímulo, algo que los motive a perseverar en la búsqueda, en la donación, para servir de coherente ejemplo en la sembradura de Luz y amor incondicional.
Yo mismo he despertado por el dolor, tras dar muchos testarazos y sufrir innumerables enfermedades, por la mano amiga de un verdadero Ángel que el Universo ha puesto en mi camino (Miguel Petrucci es su nombre). La ayuda llegó puntual, por un gesto sencillo pero que se manifestó determinante: ¡un libro! En él encontré aquello que necesitaba leer, absorber; estaba claro que todo era pura y simple elección mía, que yo era el único dueño de mi vida. Ciertamente había llegado el momento oportuno; bueno. estábamos en 1986, era mucha hora. devoré el contenido del regalo y además, como por milagro, encontré y aprendí en aquellas páginas una sencilla pero eficiente técnica de meditación, que aún hoy me acompaña en el día a día, ejercicio maravilloso que solucionó en pocas semanas un grave (para la medicina clásica) problema de salud.
Comprueba esta técnica en el artículo de Saúl Mirar y VER. Escuchar y OÍR, al final.
¿Por qué no podríamos también nosotros conspirar para el bien con movimientos guiados por la energía espiritual, distribuyendo "cookies de Luz", virus de Amor? Estaríamos permitiendo que aquellos que están a nuestro alrededor pudiesen iluminarse por nuestro amor, permaneciendo conectados, viviendo en el momento presente, el único que existe, en el aquí y ahora. Percibiendo su fuerza innata, descubriendo quiénes son de verdad, comprendiendo que el gran viaje no es el de la vuelta al mundo, sino ese que desvenda el Gran Misterio, el que se hace en el silencio, muy dentro de nuestro corazón; que asuman la total responsabilidad por todo cuanto pasa en su vida, atrayendo, finalmente, con sus decisiones y su vibración más y más sutil, los acontecimientos y las personas adecuadas, indispensables para el cumplimiento de su Jornada terrena, siempre - a partir del gran primer salto - perseverando en la conciencia despierta, plena, refinando sus emociones, transformándolas en sentimientos suaves, de Unidad, de Divinidad. equilibrando el aspecto masculino, lógico, mental, racional, con el femenino intuitivo, creativo, compasivo, espiritual. Nada más que eso, y nada menos que eso.
Puede ser nuestro "momento de Ángel" facultarles el acceso al autoconocimiento, reenviándoles un interactivo, un boletín, un texto que contenga una técnica de alivio del estrés, del dolor, de la angustia. Un buen libro - claro está - también es una opción buena.
El Universo, la Tierra, nosotros. todo es vibración. Si modificamos - el mayor número posible de seres humanos - la calidad de nuestra frecuencia, habremos de modificar TODO el campo electromagnético del Planeta, nuestro escudo cósmico, nuestra realidad.
La Luz de la verdad está allí fuera, esperando a que la dejemos entrar.
¿¡Vamos a abrirle puertas y ventanas de par en par?!
Lo siento mucho
Te amo
Gracias
¡Sí, somos todos Uno solo!
Agradezco aquí a los queridos y pacientes Guías y a toda la pandilla que permite que este Website exista: Rodolfo, Sandra, Teresa, Marcos, Anderson, Ian, Lidiane. ¡y Tú!
Namastê (El Dios que existe en mí saluda al Dios que habita en Ti). Sergio - STUM