Antes de juzgar, respeta
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 24/06/2018 07:08:55
Autora Ana Carolina Pafetti
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Traducción de Teresa
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Cada uno de nosotros, a lo largo de la vida, vivimos momentos malos y buenos, pasamos por diversas experiencias. Hasta aquellas circunstancias o personas que consideramos y creemos que pasarían desapercibidas pueden resurgir más tarde de alguna forma en nuestras vidas. Incluso para tendernos la mano cuando más lo necesitamos y sorprendernos con una bondad inmensa en el corazón.
Hay una historia por detrás de cada persona. Historia triste o feliz, de sufrimiento o victorias. No importa, no tenemos el derecho de juzgar a nadie. Hay una razón por la cual las personas son como son y a nosotros nos toca respetar.
Cada uno tiene su historia de vida y reacciona a cada situación de forma diferente a otro. Si para ti es fácil enfrentar cierta situación o expresarte de determinada forma, eso no significa que el otro tenga la misma facilidad.
Somos el reflejo de algunas creencias limitantes creadas desde nuestra infancia y de las experiencias buenas o malas por las que hemos pasado. Es preciso mirar más allá de lo que los ojos pueden ver y considerar que cada persona tiene una historia, experiencias, sentimientos, emociones, encuentros y desencuentros.
No somos nadie para juzgar o criticar el comportamiento ajeno y tampoco se puede esperar que en una sola conversación sea posible conocer verdaderamente a una persona. Por otra parte, escuchar al otro y tener en mente que su comportamiento es resultado de sus experiencias de vida nos ayudará a intentar comprenderle.
Sólo acuérdate que por detrás de cada persona hay un alma fuerte pero también sensible, que tiene sus heridas y cicatrices, que tiene su historia.
¿Quién nunca ha juzgado a alguien? Todos nosotros, en algún momento de la vida ya hemos juzgado, quizá por pura ignorancia. Como aprendizaje de vida, después de un tiempo enfrentamos una situación semejante a la que habíamos criticado. Esa persona juzgada y criticada no pasará desapercibida y resurgirá en nuestras vidas para ayudarnos, sin críticas ni juzgamientos y sin pedir nada a cambio, ¡sólo para tendernos la mano! Con ello percibimos que la mayor cualidad está en el corazón puro del ser humano. ¡No es sólo amistad, es mucha admiración! ¡Y los juzgamientos hechos se convierten en experiencias de vida, para que no cometamos el mismo error!