¡Aprende a amarte!
por Rosemeire Zago em STUM WORLDAtualizado em 17/01/2009 15:55:52
Traducción de Teresa - [email protected]
¿Te has fijado en que por veces queremos abrazar el mundo, cuando en realidad no logramos abrazarnos a nosotros mismos? ¿Cuál fue la última vez en que tú te abrazaste?... Queremos cuidar de todos, mientras que no logramos o no sabemos, cuidar de nosotros ni de aquellos a quienes amamos.
Cuando no hemos recibido en la infancia amor y atención de nuestros progenitores en la forma que deseábamos, pasamos la vida en busca de este amor en forma de reconocimiento y aprobación. Esperamos siempre, consciente o inconscientemente, que alguien reconozca nuestro valor y, cuando esto no ocurre, perdemos nuestro referente interno y también nuestra autoestima. Esperamos aprobación por lo que hacemos y, por encima de todo, por lo que somos y realizamos. Y por no ser reconocidos, principalmente por personas significativas, dejamos de creer en nuestra capacidad. Así, pasamos a buscar amor siempre en el otro, y nunca dentro de nosotros. Olvidamos lo esencial que es aprender a amarnos. En algunos momentos, perdemos nuestro amor propio y con él la confianza en nosotros mismos, por eso la opinión de los demás se vuelve tan importante. ¿Cuántas veces te has hablado a ti mismo de tu propio amor? ¿Cuántas veces te has dicho que te amas? ¿Nunca? ¡Puede ser! Pero siempre se está a tiempo para empezar.
Del mismo modo que nuestro físico necesita agua y comida, nuestras emociones también necesitan ser alimentadas. Sin embargo estamos siempre esperando a que el otro nos ame, nos abrace, a que reconozca nuestro valor, demuestre lo importante que somos, pues no nos sentimos capaces. ¿Por qué no nos amamos? ¿No nos aprobamos? ¿No nos sentimos importantes? ¿Has pensado en que si no nutrimos estos sentimientos por nosotros mismos, cómo podemos esperar que alguien lo haga, y aún más, que lo haga mejor que nosotros? ¿Por qué despreciamos tanto nuestra capacidad? ¿Has pensado ya sobre esto?
Es preciso aprender a identificar cada sentimiento, sabiendo lo que sientes y a continuación respetar estos mismos sentimientos y no despreciarlos. No nos respetamos y luego protestamos porque los demás no nos respetan. ¿Cuántas veces has sentido algo y pasaste por alto este sentimiento hacia ti mismo? Generalmente esto sucede porque durante la vida, las personas que se tienen como significativas, han pasado por alto tus reales necesidades emocionales y con el tiempo tú has aprendido a hacer lo mismo. Porque hayan despreciado tu dolor ¿vas a hacer tú lo mismo? Detén ese círculo vicioso. Mira hacia dentro de ti. No como quien mira en un espejo, superficialmente e intentando encontrar algún defecto, hasta porque en ese momento la imagen se refleja invertida. Mira de verdad para dentro de tu ser, de tu alma. Deja el miedo de lado, pues él no permite que tú crezcas. Enfréntate a él y ten por seguro que vas a descubrir muchas cualidades que quizá nadie reconozca, pero que hay dentro de ti. Y si encuentras defectos ¿quién no los tiene? Contémplalos con cariño, para cambiar cada uno, si quieres.
Transforma este momento en lo que podemos llamar de veras crecimiento, evolución. Libérate de las necesidades no suplidas de amor, aprobación, reconocimiento y ten en cuenta que solo tú puedes aprobarte. Aprende a abrazarte, respetarte, aceptarte, amarte. Date a ti mismo todo el amor que esperas recibir de alguien, pues solo así podrás realmente ser amado y amar. ¡Libérate de las culpas, perdona y perdónate! Libérate también de las amarguras y resentimientos del pasado que solo aprisionan y lastiman tanto.
Ahora, con las manos libres, haz el siguiente ejercicio: coloca tu mano derecha sobre tu brazo izquierdo y tu mano izquierda sobre tu brazo derecho. ¡Ya está! Tú estás aprendiendo a abrazarte. Abrázate con cariño, habla de cuánto eres capaz, de cuánto puedes conquistar con tus propios méritos. Habla de cuánto crees en ti y, principalmente, de cuánto te amas. Di que a partir de ahora, solo tú mismo puedes aprobar o no lo que haces. Si nadie te ama, tú te amas. Si nadie vibra con tus conquistas, tú más que nadie pasarás a valorar y a celebrar cada una de ellas.
No esperes más a que el “otro” venga a salvarte, venga a aprobarte y a reconocer todo cuanto haces de bueno. Deja de colocar tu vida y tus sentimientos, que es todo cuanto tienes de más valioso, en las manos de alguien. Claro que puedes compartir todo eso con alguien que sea muy especial y que te ame mucho, de lo contrario, guarda todo solo para ti.
Ahora mira hacia dentro de ti, sin miedo, para que puedas descubrirte. Percibe tu esencia, deja brillar tu luz, pues solo así encontrarás paz y podrás valorar tu mayor dádiva: ¡tu vida en este momento presente! Al fin y al cabo, el pasado ya se ha ido… y el mañana, ¡ah, el mañana! ¿Quién lo sabe? ¡Por eso, la hora de comenzar es ahora, da lo mejor de ti ya! Empieza irradiando amor… primero por ti, después podrás contagiar a aquellos a quienes amas.
