Astrología: Un Universo de Significados
por Ceres Maier em STUM WORLDAtualizado em 28/12/2007 05:52:06
Traducción de Teresa - [email protected]
La primera pregunta que hace un escéptico a quien trabaja o cree en la astrología es: “¿Cómo un cuerpo celeste, tan distante de nosotros, puede influenciarnos?” Está claro que esa pregunta se hace como un arma contra el interlocutor.
Los planetas y las constelaciones son contemplados por la Astrología Humanista como símbolos. No hay que olvidar que somos todos – planetas, plantas, seres humanos... parte de un todo; y que formamos parte de un engranaje mayor que se llama Universo.
Por tanto, no es el planeta allá lejos el que se “mueve” causando en nosotros 2268determinado efecto. Ese punto de vista lo dejamos para los astrónomos o para los escépticos que solamente consiguen ver y entender al Universo y a la vida como causa y efecto que, lógicamente, consiguen demostrar objetiva y científicamente.
Nuestra propuesta es entender la subjetividad de la vida y todas las tramas que están, claramente, fuera del alcance de nuestros ojos y sentidos conscientes y obvios, pero que percibimos sucediendo en nuestra vida, en nuestro día-a-día.
En cuanto a la astrología, considero muy poco el usarla apenas como instrumento de previsión. Está claro que es posible. Pero la astrología nos ofrece mucho más. Ella nos proporciona la posibilidad de tener un mapa de un territorio, que somos nosotros mismos, y que incluso para nosotros resulta muchas veces desconocido.
¿Quién ha dicho que no nacemos con “manual de instrucciones”? Pues sí, el Mapa astral sería como un manual de instrucciones de nosotros mismos.
La importancia de un Mapa Astral, más que hacer previsiones, es de ayudar en el proceso de auto-conocimiento. Es un poderoso instrumento de auxilio para comprender cómo funcionamos, por qué tenemos determinadas reacciones y ciertas necesidades, por ejemplo. E igualmente para descubrir nuestros potenciales latentes y muchas veces “ocultos” para nosotros mismos, al objeto de, entonces, poder invertir en ellos.
Cuando hacemos un Mapa Astral, la posición de los signos en las casas, los planetas en sus localizaciones y sus inter-aspectos, representan simbólicamente cómo el individuo, dueño de este Mapa Astral, aprehende subjetivamente la vida y, por consiguiente, cómo se expresa y actúa.
Las casas representan simbólicamente los “departamentos” de la vida; tu sentido de Identidad, tu auto-estima, tus bienes materiales, tu relación con tus hermanos, vecinos, familia, cómo se desarrollan tus relaciones amorosas y así en adelante. Son doce “departamentos”. Los signos contenidos en las casas dan a éstas el “colorido”, como si fuesen “lentes”. Son doce lentes. Por ejemplo, un Sagitario en una casa daría un colorido más filosófico o aventurero; sin embargo, con un Cáncer en esa misma casa tendríamos una “lente” más emocional y extremadamente sensible, y, a veces, incluso chantajista.
En cuanto a los planetas, según se encuentren localizados en el Mapa Astral, tendremos actuando determinadas energías conforme a su representatividad. Son diez planetas.
Dentro de la Astrología Humanista los planetas tienen representación simbólica análoga a los arquetipos, tan bien definidos por Jung. Los arquetipos, según Jung, serían los modelos típicos del Ser. Por ejemplo, la Luna ostenta la representación de la madre. El modelo arquetípico de la madre es, por ejemplo: ser acogedor, que nutre, que ampara, en suma, representa las emociones y la forma femenina de lidiar con la vida. Dependiendo del signo en que se encuentre la Luna, el término acogedor (citando apenas dos de las posibilidades) puede significar “escuchar” o bien “hacer algo por”. En las dos situaciones se lleva a cabo el acogimiento, pero de forma diferente. Siendo así, para que se cumpla el arquetipo materno (Luna) es necesario que se esté actuando con algunas de las cualidades del modelo arquetípico.
Las posibilidades de actuación del arquetipo materno representado por la Luna son poco menos que infinitas, pues la Luna se posiciona en los doce signos, en las doce casas, además de formar aspectos con los otros planetas. Todo esto multiplicado por dos, puesto que se pueden usar las energías positivas o negativas de la Luna. Por ejemplo: la cualidad negativa del amparo es el desamparo o abandono.
Continuando con nuestro ejemplo, la Luna representa a nuestra madre, pero también la manera como reaccionamos emocionalmente frente a situaciones y personas. Podemos percibir bien la actuación de la energía de la Luna en la vida de la persona a través de los varios hijos de una misma madre: cada uno tiene una relación diferente con la misma madre; pues, con toda seguridad, cada uno de esos hijos tiene a la Luna en un signo diferente, en una casa diferente, y formando aspectos también diferentes con diferentes planetas.
Finalmente, los aspectos son las relaciones que establecen entre sí los planetas, dependiendo del grado que los distancia. Los aspectos pueden ser armónicos o inarmónicos. Cuando los planetas forman aspectos armónicos entre sí, el uno ayuda a la expresión del otro. Cuando los aspectos son inarmónicos, un planeta dificulta la expresión del otro, generando conflictos emocionales en el dueño del Mapa Astral.
Astronómicamente, por ejemplo, ningún planeta forma “aspecto” con otro. Los aspectos, además, tienen una lectura simbólica que significa intercambio energético armónico o inarmónico entre los planetas.
Siguiendo aún con la Luna como ejemplo: Cuando la Luna está bajo aspecto armónico en un Mapa Astral, hay mayor tendencia a expresar más los aspectos positivos de su energía (llevando a la persona al bienestar emocional), mientras que si se da un aspecto de inarmónico a “afligido”, predominarán las energías negativas (originando angustias, depresiones, ansiedades, por ejemplo).
He puesto a la Luna – aquel luminar que vemos casi todas las noches en el cielo, a veces estrellado, y que en astrología “llamamos” planeta – para que te hagas una idea de que la Astrología Humanista “contempla” a los planetas como símbolos energéticos actuantes.
Por tanto, la Astrología Humanista entiende al ser humano como un ser que forma parte de la naturaleza, que participa del intercambio energético a través de un entramado invisible (de energía), en el cual todos afectan a todos.
Dentro de esta perspectiva, todos los elementos – signos, planetas, casas y aspectos – del Mapa Astral, tienen una representación simbólica y una multiplicidad de significados. Y así se lleva a cabo su lectura e interpretación.