Auto-conocimiento III
por Rosemeire Zago em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:34:55
Traducción de Teresa - [email protected]
Cuando no nos conocemos no sabemos lo que queremos en nuestro íntimo, porque no conseguimos oírnos. Así, acabamos oyendo a los demás y haciendo lo que éstos desean, originando cada vez más una insatisfacción interna cuyo origen no siempre logramos identificar, hasta que la somatizamos y nos ponemos enfermos.
En principio, la depresión puede instalarse como si fuese un grito de nuestra alma, que implora que miremos un poco más dentro de nosotros mismos, sin miedos ni recelos. ¿Por qué no escuchar un poco nuestra voz interior, tan sabia? Escuchar la propia intuición puede significar conseguir la respuesta para varias de nuestras dudas. Estamos en nuestras propias manos y ¿por qué insistimos en ponernos en manos de otros? A menudo por falta de consciencia de los propios valores, o sea, falta de auto-conocimiento.
¿Cómo podemos conocernos? El Auto-conocimiento implica: el deseo sincero de conocernos, o sea, estar dispuestos a identificar los aspectos positivos tanto como los negativos. Y ese es uno de los motivos de algunas personas para temer conocerse: miedo a lo que puedan encontrar dentro de sí.
No es posible conocernos sin identificar las máscaras que todos usamos. Podrás decir: ¡yo no tengo máscaras! Y yo te digo: todos las tenemos, desde muy pequeños, puesto que es un proceso que se verifica con independencia de nuestra voluntad, inconsciente.
Las máscaras empiezan a formarse cuando empezamos a desarrollar los mecanismos de defensa, en torno a los 6, 7 años, y solo con el paso de los años, cuando empezamos a reflexionar, a mirar dentro de nosotros mismos, podemos percibir cuánto nos hemos distanciado de quienes somos realmente. Y ese trabajo de regreso a nuestra esencia, a nuestro yo verdadero, al self, al sí-mismo, como lo llama Jung, que contiene tanto el consciente como el inconsciente, y cuyo encuentro solo es posible a través del proceso de análisis o psicoterapia, es lo que verdaderamente denominamos auto-conocimiento.
¿Cómo saber quién eres si no consigues siquiera identificar los sentimientos que hay dentro de ti? Y ¿cómo ser quién realmente eres si desconoces partes de ti mismo? Para saber quién eres, o mejor, para empezar a conocerte, pues eso requiere un constante ejercicio, proceso que debe durar toda nuestra vida, podrás preguntarte: ¿Qué siento? ¿Pienso? ¿Deseo? ¿Cuáles son mis valores? No, no es nada fácil identificar nuestros verdaderos valores, pues por lo regular están contaminados por las creencias que siempre hemos tenido por nuestras, y solo conseguimos realmente distinguir entre lo que es nuestro y lo que no lo es con un profundo deseo de reconocimiento. También podrás preguntarte:
¿A quién de mi familia me parezco más? ¿Por qué? ¿Quién me molesta más? ¿Por qué?
¿Qué acontecimientos o experiencias anteriores me dan o me han dado la mayor alegría? ¿Y la mayor tristeza?
¿Qué es lo que más me gusta en mí?
¿Hay algo en mí que me gustaría modificar? En caso afirmativo, ¿qué?
¿Qué o quién me impide realizar esa u otras modificaciones?
¿Qué sentimientos he venido teniendo con frecuencia?
Si quieres también puedes hacer una línea del tiempo, en la cual pondrás por fechas, años, edad, o como mejor te parezca, los acontecimientos que más han marcado tu vida, ya sean positivos o negativos. Por ejemplo:
_______1975 - primer día de escuela/5 años_______1980 - nacimiento de hermano/10 años _______1985 - fallecimiento abuela materna/15 años_______1987 - graduación/17 años_______
Y así sucesivamente. También puedes poner cada tipo de acontecimiento en un color distinto, como las pérdidas en rojo, las alegrías en azul, las decepciones en verde, etc. Al final, tendrás un gráfico de tu vida de fácil visualización. Si quieres, recurre a fotos, ellas nos ayudan a recordar muchos acontecimientos. Escribe al lado de cada situación el sentimiento que te ha producido. Ese ejercicio puede llevar cierto tiempo, no quieras hacerlo corriendo ni en un solo día. Procura hacerlo poco a poco, pues al empezar tu inconsciente irá paso a paso liberando recuerdos hasta el momento reprimidos, que se podrán ir añadiendo progresivamente. Todo esto son sugerencias, pero vale recordar que ninguno de estos ejercicios llegará a sustituir el acompañamiento por parte de un profesional que facilite el trabajo de auto-conocimiento, proporcionando un ensanchamiento de la conciencia. ¡Pero empieza por ti mismo, tú eres capaz! ¡Empieza con pequeñas reflexiones diarias sobre tus comportamientos, sentimientos, valores, creencias, todo aquello que pueda ayudarte en este rico proceso de crecimiento y evolución!