Autoaceptación
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 20/08/2013 13:54:00
Traducción de Silvana Partucci - [email protected]
La mayoría de nosotros sigue, a lo largo de la vida, tratando de encajarse en un determinado modelo de persona como el ideal. Pero, como las fórmulas en general suelen ser irreales, este es un ejercicio inútil, pues todo lo que es artificial, en algún momento caerá por si mismo.
Las fantasías que cultivamos acerca de la persona ideal que deberíamos ser traen muchas cualidades difíciles de ser alcanzadas por la mayoría de los seres humanos.
Entonces, al compararnos, acabamos teniendo una sensación de incapacidad, como si el otro estuviese siempre un escalón más arriba que nosotros. La ilusión de inferioridad hace que nos focalicemos siempre en los talentos ajenos, en vez de concentrarnos en nuestro propio valor.
Si en un análisis frio y objetivo, concluimos que nos falta algo que nos gustaría tener, es necesario estar alerta para percibir si aquello es de hecho esencial para nuestra realización interior.
Si la respuesta es si, podemos buscar una manera de despertar o perfeccionar aquella habilidad sin preocuparnos con los demás.
Nuestro propio desarrollo debe ser el foco y no la necesidad de superar a los otros. Amarse a si mismo presupone aceptarse incondicionalmente, reconociendo las propias limitaciones, pero sin hacer de esto un motivo de sufrimiento.
Cuando nos conectamos con nuestra esencia interior, percibimos, finalmente, que nada de hecho nos falta, que nada nos falta, ya somos lo que pretendemos ser. Todo el esplendor que buscamos en el exterior, se encuentra dentro de nosotros.
"Para ser compasivo, debes tener compasión contigo mismo en primer lugar. Si no te amas, nunca serás capaz de amar a alguien. Si no eres gentil contigo, no pues ser bueno para nadie.
…Sea lo que seas contigo mismo, lo serás con los otros. Deja que sea un dictado básico. Si te odias, vas a odiar a los otros – y ustedes han sido enseñados a odiarse a si mismos. Nadie jamás te dijo: “¡Ámate!”.
La propia idea parece absurda, ¿amarse a si mismo? La propia idea no tiene sentido ¿amarse a si mismo? Siempre pensamos que para amar es necesario otro. Pero si no aprendes contigo mismo, no serás capaz de practicarlo con los otros.
Estuviste oyendo, constantemente condicionado, que no tienes ningún valor. De todas las maneras te mostraron que eres indigno, que no eres lo que deberías ser, que no eres aceptado como eres. Hay muchos deberías flotando sobre tu cabeza, y los deberías son casi imposibles de cumplir. Cuando no puedes cumplirlos, cuando caes, te sientes condenado. Un odio profundo hacia ti mismo surge en ti.
...El primer paso es: aceptarte como eres, soltar todos los deberías. ¡No lleves ningún deber en tu corazón! No eres otra persona, no esperes hacer algo que no te pertenezca, tú eres apenas tú mismo.
¡Relájate! Y apenas sé tu mismo. Sé respetuoso con tu individualidad y ten el coraje de firmar tu propia firma. No sigas copiando firmas de terceros.
…Cuando no estás intentando volverte cualquier otra persona, simplemente te relajas, surge entonces una gracia. Entonces estas lleno de grandeza, esplendor, armonía. Porque, entonces, no hay ningún conflicto; hacia donde ir, nada para luchar, nada que forzar, imponer a ti mismo violentamente. Te vuelves inocente.
En esa inocencia, sentirás compasión y amor por ti mismo. Vas a sentirte muy feliz contigo mismo y aunque Dios venga, golpee tu puerta y te diga: “¿Te gustaría volverte otra persona?” dirás: “¿Enloqueciste? ¡Yo soy perfecto! Gracias, ¡pero nunca intentes nada parecido! Yo soy perfecto como soy”. En el momento que puedes decirle a Dios: “Yo soy perfecto como soy, yo soy feliz como soy”, esto es lo que en Oriente lamamos shraddha -confianza, entonces te has aceptado a ti mismo. Y aceptándote a ti mismo, aceptaste al Creador. Negándote, niegas a tu Creador.
…Las rosas florecen de forma tan bella porque ellas no están tratando de volverse loto. Y los lotos florecen de forma tan bella porque no escucharon las leyendas sobre otras flores. Todo en la naturaleza va tan de acuerdo, porque nadie está intentando competir con nadie, nadie está tratando de volverse otra persona, todo es como es.
¡Basta ver y listo! ¡Basta ser tú mismo! Y recuerda: no puedes ser otra cosa, todo lo que hagas, todo el esfuerzo será inútil. Tienes que ser tú mismo.
Existen apenas dos maneras. Una de ellas: rechazando, puedes permanecer el mismo, condenando puedes permanecer el mismo. O, aceptando, entregándote, gustando, deleitándote, puedes ser el mismo. Tu actitud puede ser diferente, pero te quedarás de la manera que eres, la persona que eres. Después que te aceptas, la compasión surge. Y, entonces, comienzas a aceptar a los otros".