Autoestima x individualismo…
por Rosana Braga em STUM WORLDAtualizado em 22/05/2006 12:48:19
Traducción de Teresa - [email protected]
Un juego que nos ha conducido a la soledad.
En un tiempo en que la autoestima viene siendo tan ovacionada, las personas han confundido el amor propio con individualismo y egoísmo.
Entusiasmadas con la posibilidad de gustarse más y de reconocer con más propiedad sus cualidades, han perdido el equilibrio entre ‘ser’ y dejar espacio para que el otro ‘sea’.
Pasan a valorar tanto la idea de que deben amarse como son y especialmente de que merecen ser amadas exactamente de la manera que son, que se equivocan en cuanto a lo que sea una relación, intercambio, amor y felicidad.
Tanto que viene siendo muy frecuente oír a alguien decir convictamente cosas de tipo: ’si fulano realmente me ama, tiene que aceptarme tal como soy’. Aunque exista un fondo de verdad en esta afirmación, hay una enorme diferencia entre que te acepte tal como eres y que trague todo cuanto haces sin imponerse, sin reaccionar ante nada.
Cuando se dice ‘no voy a cambiar sólo porque el otro cree que estoy equivocado’, sin siquiera reflexionar ni considerar lo que se está diciendo, esto no es amor propio, sino falta de humildad y arrogancia.
Las relaciones son vehículos sensacionales para que consigamos percibir nuestras limitaciones y nuestras dificultades, pero si nos colocamos como dueños de la razón, nos tornaremos ciegos hacia la oportunidad de revisarnos, ceder en algunos puntos y admitir que muchas veces estamos equivocados.
Necesitamos considerar nuestras equivocaciones, dando la razón al otro, para que podamos, a través de los encuentros, construir la verdadera autoestima, y no muros que nos distancian de las personas, tornándonos prepotentes y muy poco atrayentes.
La auto-aceptación es un sentimiento excelente, siempre y cuando incluya la noción de que cometemos errores y principalmente de que sólo se puede ser feliz si, en la misma medida, sabemos aceptar al otro. En caso contrario, caeremos en la armadilla de la soledad como consecuencia de un egoísmo que repele en vez de atraer.
Distingue la diferencia entre individualidad e individualismo. La primera sugiere nuestra divina singularidad y la segunda sugiere el radicalismo de la primera. Ocurre cuando dejamos de reconocer la divina individualidad del otro.
Amarte a ti mismo sólo puede ser de veras una conquista cuando comprendes que no puedes crecer sin la presencia de las personas, sin intercambiar con ellas, cediendo e imponiéndote según el ritmo de las circunstancias…
Como en una danza – ¡la danza de amar y ser amado!