Biografía del Maestro Chico Xavier
por Wilson Francisco em STUM WORLDAtualizado em 29/08/2006 11:01:55
Traducción de Teresa - [email protected]
Partió de su residencia en Uberaba/MG el Maestro Chico Xavier
N 02/04/1910 M 30/06/2002
INFANCIA
Francisco Cândido Xavier nació en Pedro Leopoldo (MG) el día 2 de abril de 1910.
Hijo de obrero inculto y de humilde lavandera, quedó huérfano de madre a los cinco años. Su padre se vio obligado a entregar a algunos de sus nueve hijos a los cuidados de personas amigas y Chico Xavier quedó con su madrina, mujer nerviosa que lo maltrataba cruelmente.
En sus momentos de angustia, un ángel de Dios, que había sido su madre en la Tierra, lo asistía, cuando, desarbolado, oraba en el fondo del patio: “¡Ten paciencia, hijo mío! Tienes que crecer más fuerte para el trabajo. Y quien no sufre no aprende a luchar”.
El niño aprendió a callarse cuando era golpeado, sin llorar.
Diariamente, por la tarde, con marcas de azotes en la piel y la sangre corriéndole en delgados hilillos por el vientre, él, con ojos secos y brillantes, se dirigía al patio, a fin de reencontrarse con su querida mamá, viéndola y oyéndola, después de la oración.
Algún tiempo después, terminó su martirio.
Su padre volvió a casarse y su madrastra, alma buena y caritativa, lo recogió cariñosamente, a él y a todos los hermanos que estaban desperdigados. La situación era difícil. La guerra había terminado y cundía la gripe española. El salario del cabeza de familia daba escasamente para lo necesario y los niños tenían que estudiar.
Entonces la buena madrastra tuvo una idea: plantar una huerta y vender las legumbres.
En algunas semanas, el niño ya estaba por la calle con el cesto de verduras. De esta manera, consiguieron llenar el cofre y volver a frecuentar las clases.
En enero de 1919 Chico Xavier comenzó con el ABC. Al salir el cabeza de familia para el trabajo y los chicos para la escuela, la madrastra era obligada, algunas veces, a dejar la casa sola, pues necesitaba ir a buscar leña a distancia. Entonces surgió un problema: la vecina, aprovechándose de la ausencia de todos, pasó a recoger de las verduras y, sin verduras, no habría dinero para los gastos de la escuela.
Preocupada, la madrastra, no queriendo ofender a la amiga, pidió a Chico Xavier que solicitase un consejo al espíritu de su madre.
Al atardecer el niño fue al patio, rezó como hacía siempre que quería conversar con su madre y le contó el problema. Su madre le dijo que realmente no debían reñir con los vecinos y le dio una sugerencia: que cada vez que su madrastra se ausentase, dejase la llave de la casa a la vecina, para que ella la cuidase.
De esa manera, la vecina, responsable por la casa, no volvió a tocar las hortalizas.
Pasados todos esos problemas, el niño ya no vio a su genitora con tanta frecuencia. Pero empezó a tener sueños.
Por la noche, se levantaba agitado y conversaba con interlocutores invisibles. Por la mañana, contaba las peripecias de personas muertas, ¡cosas que nadie podía comprender!
El padre decidió llevarlo al vicario de Matozinhos, que, después de oírlo, recomendó que el chiquillo no leyese más periódicos, revistas, libros. Le dijo que nadie vuelve a conversar después de la muerte y que era el demonio quien lo estaba perturbando.
El niño lloraba en brazos de su madrastra, criatura piadosa y comprensiva.
Al conversar con su madre, triste por no ser comprendido por nadie, escuchó de ella que tenía que modificar sus pensamientos, que no debería ser un chico indisciplinado, para no procurarse la antipatía de los demás. Debería aprender a callarse y que, cuando se acordase de alguna lección o experiencia recibidas en sueños, permaneciese en silencio. Tenía que aprender la obediencia para que Dios, un día, le concediese la confianza de los demás.
Y durante 7 años consecutivos, desde 1920 a 1927, él ya no volvió a tener cualquier contacto con su madre. Integrado en la comunidad católica, obedecía a las obligaciones que le eran indicadas por la Iglesia. Confesaba, comulgaba, comparecía puntualmente a la misa y acompañaba las procesiones.
En 1923 terminó el curso primario, en el Grupo. Se levantaba a las seis de la mañana para comenzar, a la siete, las tareas escolares; entraba para el trabajo en la fábrica a las tres de la tarde, para salir a las once de la noche.
En 1925 dejó la fábrica, empleándose en la tienda del Sr. José Felizardo Sobrinho, donde el trabajo iba desde las seis y media de la mañana hasta las ocho de la noche. Las perturbaciones nocturnas continuaron. Después de dormir, caía en trance profundo.
En 1927 una de sus hermanas cayó enferma. Un matrimonio de espíritas, reunido con familiares de la enferma, realizó la primera sesión espírita que tuvo lugar en la casa. En la mesa, dos libros: “El Evangelio Según el Espiritismo” y “El Libro de los Espíritus”, de Allan Kardec.
A través de la mediumnidad de Dª Carmen, su madre se manifestó: “Hijo mí, he aquí que estamos juntos nuevamente. Los libros que están ante nosotros son dos tesoros de luz. Estúdialos, cumple con tus deberes y, en breve, la bondad divina nos permitirá señalarte tus nuevos caminos.”
La primera y única profesora de Chico que descubrió su mediumnidad psicográfica fue Dª Rosália. Hacía paseos campestres con los alumnos, quienes deberían, al día siguiente, llevarle una composición, describiendo el paseo. La de Chico siempre quedaba en primer lugar.
Desconfiada, Dª Rosália, un día, hizo el paseo más temprano y, a la vuelta, pidió que los alumnos hiciesen la composición en su presencia. Chico, nuevamente, se lleva el primer lugar, escribiendo una verdadera página literaria sobre el amanecer, en la que extrae conclusiones evangélicas.
Rosália mostró a los amigos íntimos la composición y todos fueron unánimes en reconocer que aquello, si no había sido copiado, era entonces de los espíritus.
ACTIVIDADES MEDIÚMNICAS EN PEDRO LEOPOLDO - Minas Gerais
Al entrar de funcionario público, como mecanógrafo, en la Hacienda Modelo del Ministerio de Agricultura, comienza a demostrar su admiración por la naturaleza. Distante 6 kilómetros de la ciudad, en contacto con la naturaleza, ama hasta a las piedras y a los montes pensativos.
Ve en todo poesía y oración, trata a los árboles como a hermanos y comprende como pocos el alma del gran todo. Ve en todo poesía y vida, verdad y luz, belleza y amor y, por encima de todo, ¡la presencia de Dios!
En mayo de 1927 se realiza la primera sesión espírita en el hogar de los Xavier, en Pedro Leopoldo. En junio del mismo año se consideró la fundación de un núcleo doctrinario.
A finales de 1927 el Centro Espírita Luiz Gonzaga, con sede en la residencia de José Cândido Xavier, que se hizo presidente de la institución, ya era muy frecuentado.
Las reuniones se realizaban los lunes y viernes.
