Ciclo de la Evolución IV
por Saul Brandalise Jr. em STUM WORLDAtualizado em 09/03/2006 18:11:42
Traducción de Teresa - [email protected]
Nuestra mente funciona, mal comparando, como una emisora de radiofrecuencia, pero, para dejar algo en claro, es preciso tener todos la capacidad de entender de la misma forma. Ella, la mente, es la responsable por nuestras actitudes. De la manera como nos sentimos, emocionalmente, en el momento, contaminamos todo el ambiente.
¿Consigues tú estar feliz mientras saludas a una persona que no te mira a los ojos?
Si queremos paz, tenemos que reglamentar nuestras actitudes propagando buenos sentimientos. Es preciso pensar en momentos agradables y no permitir que nuestra mente, por fuerza del sentimiento del momento, domine nuestras actitudes.
En situaciones de cólera (normales o no), cuando corremos el riesgo de perder el control emocional, es recomendable no hacer nada. Abandonar el lugar, si la situación lo permite, porque en él ya se ha instalado la energía negativa.
Es importante que cambiemos nuestra frecuencia vibratoria, de este modo, si fuese posible, o tan pronto lo sea: acuéstate en el suelo, con la palma de las manos hacia arriba y cuenta pausadamente de cincuenta a cero, entre una respiración profunda y otra. No permitas que tus pensamientos estorben. Si lo hiciesen comienza nuevamente en cincuenta. Puede llevarte tiempo. No tengas prisa…
Al final del ejercicio percibirás que has vuelto a tomar el control de tus sentimientos. Esto se llama Dominio de la Mente, control de la situación personal. Es sencillo, pero funciona. Ya lo he probado…
Este texto se ha inspirado en un e-mail que he recibido de una amiga virtual:
“Querido amigo Saul
He vuelto a leer nuevamente tu texto, pues muchas veces me pasan desapercibidas las entrelíneas, y esta frase sobre la energía que vivenciamos en aquel momento fue una más de las cosas que me hacen parar y pensar.
El lugar donde vivo es un caserío en que soy fungicultora, vivo en la armonía de la naturaleza, en la fidelidad de los animales y convivo con personas sencillas que poseen valores humildes.
Pero un acontecimiento me ha hecho perder totalmente mi equilibrio psíquico y emocional, no he podido contener la ira, me enfadé y lo peor de todo es que he sentido mucha rabia (no soporto ver maltratar a un animal).
Mi día comenzó a transformarse en un montón de problemas, cosas que raramente tengo. Muchos aparatos se estropearon (eléctricos y electrónicos).
Por más que procurase el equilibrio, mi corazón insistía en el enojo.
Fue un duro trabajo el que tuve que hacer conmigo misma, pues ¿cómo podría cambiar mi modelo vibratorio si mi corazón estaba encolerizado?
Procuré alejar de mí ese sentimiento que no me pertenece, y calmar mi mente… las cosas comenzaron a volver a la normalidad.
La energía vivida en aquel momento en que he visto al casero maltratar a mi animalito fue tan violenta que transformó todo mi modelo vibratorio; no quiero volver a vivir ese sentimiento, por eso estoy vigilando cada vez más mis pensamientos y mis actitudes.
Tus textos siempre llegan en la hora adecuada.
Gracias”
Do Carmo
En nuestra mente comienza todo. Nuestras realizaciones y nuestros fracasos. Saber pensar es el principio de nuestra felicidad o de nuestros problemas. Contribuye a esto la energía instalada en el lugar donde estamos viviendo. Nunca hago una palestra sin antes “limpiar el lugar” de la eventual energía negativa que en él vive.
Nuestras emociones descontroladas - o de amor - son las responsables por nuestras cosechas. Y la energía, buena o mala, vive, sí, donde ha nacido. Y así, después de pensar, verbalizamos, tomamos nuestras actitudes y consecuentemente creamos nuestros hábitos. Ciertamente, de ese modo, damos forma a nuestro destino. Somos lo que pensamos. Por tanto, vivimos en el medio que nuestros sentimientos han producido. Cosechamos, sí, lo que hemos plantado.
Somos, en realidad, aquello que queremos ser.
Claro que no es fácil. Si lo fuese, seríamos Maestros Ascensionados, Santos, seres Búdicos o como prefieras que se definan. En el fondo, todo es lo mismo. Seres de LUZ.
Nuestra energía, la que emitimos y propagamos, lo contamina todo. Aparatos eléctricos, plantas, el ordenador, la segadora del césped, o un ser humano. Todo tiende a vibrar en la misma frecuencia instalada en el momento. ¿Alguna vez has visto a alguien feliz en un velatorio?
Créelo. Tu vida puede cambiar. Pero, exige esfuerzo… ¿o tú eres de aquellos que quiere vivir en una chabola esperando la caridad del Gobierno? En este caso tenemos a dos equivocados. Uno que no hace nada por sí mismo y el otro, el gobierno, que enseña cómo estar sin hacer nada… Bonito ejemplo.
Sé que nos veremos.
Beso en el alma