¿Cómo es vivir según el corazón?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 21/12/2012 18:28:39
por Rodrigo Durante - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
El momento en que pasamos a interesarnos por las cuestiones de nuestra alma se verifica cuando nuestro corazón nos hace un llamamiento. Vivimos en la ignorancia hasta entonces, reaccionando frente a las emociones sin al menos darnos cuenta de que éstas existen dentro de nosotros.
Vamos tapando los agujeros con capas y capas de ilusión y así creando una situación en nuestra vida que llega al punto de ser insostenible, tal es la distancia que estamos poniendo entre nosotros y nuestro verdadero camino.
Creamos realidades utópicas y perseguimos aquello como si fuese la salvación para nuestra vida, considerando que teniendo solo aquella satisfacción más, lograríamos ser felices. Es el camino insaciable del ego, que piensa que la felicidad es tener suplidas todas sus carencias, cuando la verdadera felicidad es simplemente no tenerlas.
Así, vamos llevando la vida impulsados por las carencias ilusorias y alimentados por la sociedad consumista que hemos ayudado a crear, hasta que nuestro corazón empieza a emitir ciertas alertas como enfermedades, depresiones, estancamientos, y solo entonces advertimos que hemos llegado a nuestro límite, el punto donde, o prestamos atención a lo que nuestro corazón intenta decirnos, o padeceremos allí en tristeza y desalineación con el Amor Divino.
Es un momento mágico, en el cual tenemos todas las opciones en nuestras manosy la oportunidad de asumir nuevamente nuestro poder.
Notamos, entonces, que nada sabemos sobre este guía amoroso que traemos dentro de nosotros. El ego lucha en nuestra mente para no perder el control, originando dudas e inseguridades, haciéndonos pensar que el camino conocido es mejor que aquel donde no sabemos cómo será el día de mañana.
La lucha interior terminará en el momento en que humildemente uno acepta las propias limitaciones y la incapacidad para crear la perfecciónfuera de nuestro corazón y, por consiguiente, de Dios. Empezamos entonces a fijarnos en nuestras motivaciones y paso a paso vamos curando las emociones que requieren nuestra atención.
Por eso existen los chakras inferiores, cada uno es responsable por emociones estructurales específicas necesarias para este momento de paso del ego al corazón. Así, vamos construyendo nuevos cimientos que permitirán la sustentación del corazón como el nuevo faro de nuestra vida.
Como estamos desacostumbrados con este modo de vida, principalmente al principio de esta transición tenemos la sensación de estar perdidos o sin rumbo. En este momento, la manera más eficiente de empezar a actuar según el corazón es poniendo atención a lo contrario, percibiendo cuando no es el corazón el que está dando las órdenes. Si lo que nos motiva es miedo, culpa, carencia, deseo de suplir una falta, inseguridad, necesidad de protección, de aprobación, de asegurar un resultado, ciertamente no es el corazón el punto de partida de esa intención.
El corazón vive en el aquí y el ahora, no prevé ni quiere determinar el futuro. Él siempre está en condiciones de vibrar con lo que tenemos ahora, no necesita nada externo para ello. Solo necesita que tú estés ahí para ti mismo, que tú te abraces y te digas a ti mismo que te amas, que te apoyas y que siempre estarás de parte de ti mismo.
Cuando uno se rebaja, se compara con otros, entregamos nuestro poder al mundo externo, nos victimizamos, actuamos por miedo o culpa, hacemos algo que nos desagrada para obtener el reconocimiento ajeno o de alguna forma dejamos de apoyarnos, él se protege y se esconde, y da muchísimo trabajo encontrarlo nuevamente.
El corazón es sereno, no tiene carencias ni deseos, él ama, sin importarle las condiciones externas. Actuando en su frecuencia vamos guiándonos por esta sintonía, por donde todo fluye fácilmente. La vida simplemente “acaece” por el cardíaco. Es el camino de la no-acción, diferente del de la reacción.
En él, percibimos una puerta que se abre y amorosamente damos un pequeño paso en esa dirección, entonces, la vida se encarga de presentar un nuevo escenario que vamos descubriendo y aprovechando. Nuevamente percibimos otra puerta que se abre y así vamos caminando, un paso de cada vez, aprovechando y vibrando con las novedades que la vida nos presenta, en el tiempo natural del universo, no en el de nuestro ego.
El camino del corazón es el camino de la confianza y de la entrega. En él, entendemos que desde nuestra pequeña personalidad no estamos en condiciones de hacer nada, que solo Dios puede hacer algo en nuestra vida. La prueba está ahí en el mundo egoísta que hemos ayudado a crear.
Las emociones que antes nos esclavizaban en las realizaciones efímeras, poco a poco van siendo tratadas y curadas. En un ritmo perfectamente bueno para nosotros vamos sintonizándonos cada vez más con nuestro nuevo guía, desarrollando nuestra confianza y entregándonos en sus amorosas manos.
¡Sigue bien!
Rodrigo Durante
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