Cómo lidiar con la ansiedad
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 10/03/2014 11:21:36
por Margarita Baxauli Moscardo
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Traducción de Teresa - [email protected]
La ansiedad tiene como objetivo preservar la vida del ser humano. Se vuelve negativa al actuar como mecanismo de defensa neurótico que se activa a resultas del miedo del individuo a morir o a ser abandonado. Este miedo normalmente es exagerado y proviene de percepciones distorsionadas de su inconsciente. La ansiedad puede tener origen en temores que, por lo regular, tienen relación con el miedo básico de negación de la vida, o el miedo a la muerte resultante del abandono.
Ansiedad, miedo, abandono y rechazos son demostraciones de vulnerabilidad o descontrol. Actualmente nos preguntamos: ¿Será posible controlar lo desconocido? ¿Cómo no sentir ansiedad en un mundo que escapa a nuestro control? Todos nosotros somos ansiosos. Logramos mantener cierto grado de control hasta el momento en que se manifiestan síntomas psicosomáticos tales como taquicardia, transpiración, falta de aire, agitación e incluso fatiga, que son estados que escapan a nuestra pauta normal de ser.
Se sabe que el ser humano pasa por innumerables situaciones de hostilidad, de dificultad, de tensión, que producen reacciones de fuga, deseos de escapar, de correr, o bien se presentan impulsos de atacar y combatir aquello que le molesta. Estas respuestas de lucha o fuga preparan el cuerpo para las condiciones de enfrentamiento o huida. A menudo la sociedad no nos permite actuar por impulsividad y, al no ejecutar la acción, queda un depósito residual de energía que acaba permaneciendo y se retiene en nuestro organismo. En las diversas veces en que se ponen en marcha pensamientos ansiosos, esa energía acaba por quedar somatizada en el cuerpo, lo cual, en el transcurso de los años, puede propiciar la aparición del estrés o de otras enfermedades más graves.
El estrés puede sobrevenir tras un gran esfuerzo físico o un trabajo exhaustivo, y asimismo puede provenir solamente del esfuerzo mental mediante el trastorno de la ansiedad.
Estamos obcecados con el futuro, pues nos orientamos hacia la realización de objetivos; y también procuramos prevenir situaciones de riesgo y programarnos para éstas con nuestras defensas por medio de un mecanismo de guardia, defensa y preservación. Independientemente de nuestro presente, necesitamos concentrarnos en el futuro y no podemos vivir en el pasado; pero tampoco podemos vivir en el pasado ni en el futuro y esta postura nos aleja del tiempo presente. Tenemos, entonces, la culpa que nos remite al pasado y la ansiedad que nos hace vivir en el futuro.
La culpa nos advierte de que hemos obrado mal en el pasado, siempre mostrando que no somos lo suficientemente buenos, que somos inadecuados, malos o indiferentes. La ansiedad nos hace pensar en el futuro y si no nos sentimos seguros frente al porvenir, entramos en pánico. Planificamos mucho e intentamos más imaginar lo que seremos en el futuro que visualizar y vivenciar lo que somos hoy. Necesitamos comprender que el concepto del porvenir es únicamente una idea y no una garantía. La ansiedad representa una postura fuera del aquí y ahora y de que estamos siempre con la mente pensando varias cosas simultáneamente. La culpa y la ansiedad son destructivas, pues actúan para hacernos daño, impidiéndonos evolucionar, paralizando nuestra acción.
Debemos, sí, desarrollar el estar más centrados en el presente. Cuando vivimos en el aquí y ahora, no queda tiempo para sentir culpa ni ansiedad. Nada es seguro, ni siquiera el futuro, y es ilusión pensar que se puede controlar todo lo que sucede en nuestras vidas. Sentir ansiedad significa imaginar algo que no deseamos y permanecer preocupados con episodios y acontecimientos que no han ocurrido. Sólo cuando ocurran podremos adoptar una actitud.
Lo paradójico es observar que el futuro se resuelve si vivimos en el presente concentrándonos en el perfeccionamiento de nuestras cualidades. La culpa, a su vez, nos remite siempre al pasado perpetuando el mal comportamiento y nos aprisiona en un ámbito doloroso, desmotivador, en el que sí perdemos tiempo. Relájate, por tanto, y aprende a vivir más en el momento presente, a hacer uso de la meditación y a observar tus emociones estando en tu centro, percibiendo tus exigencias exageradas, aceptándote tal como eres para propiciar la cura de la ansiedad negativa, así como de los síntomas psicosomáticos causados por ésta.
Vive bien el momento presente intentando permanecer en el aquí y ahora y estando consciente de tu proceso emocional, de la fuerza de tus potenciales internos, para poder contar con ellos, a fin de vivir una vida plena. Deja de querer controlar los acontecimientos, las situaciones. Emplea tu fuerza y tu energía para establecer metas adecuadas y una acción más coherente con tus reales necesidades de vida. Busca ayuda en un terapeuta, invierte en ti, aumenta tu autoconocimiento con relajación y meditación y vive la vida plenamente, sin tanta ansiedad ni arrepentimientos.