Cómo retardar el envejecimiento
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 19/04/2010 12:25:16
por Lucia Kawakami - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
En el corre-corre de nuestro día a día, muchas veces no percibimos siquiera el proceso del envejecimiento verificándose en nuestro organismo. La cara es el lugar más visible, pero en el cuerpo están produciéndose también varias modificaciones; el metabolismo, que muchas veces se vuelve más lento (a partir de los 35-40 años), ya no tenemos bríos para aquellas veladas con los amigos hasta la mañana, sentimos dolores en la espalda con más frecuencia… De pronto, cuando realmente miramos o percibimos nuestro rostro y cuerpo… Preguntamos: ¿de dónde ha venido ese cansancio? ¿Esas arruguitas? Y la flacidez ¿cómo revertirla?
Los enemigos de la buena salud y la belleza son: tabaco, contaminación, bebidas alcohólicas, sol en exceso, estrés mental o emocional, sedentarismo y alimentación desequilibrada. En fin, la causa son nuestros hábitos de vida que aceleran el temido envejecimiento orgánico y facial.
A decir verdad, el trabajo para combatirlo depende de que cada uno de nosotros sea consciente de los daños, y trabaje para tratar de preservar o mejorar la salud, el organismo en general y que, como consecuencia, pueda revitalizar la delicada piel del rostro.
Básicamente, las actitudes benéficas que actúan como anti envejecimiento y que preservan el cuerpo y la mente son:
. Alimentación saludable y equilibrada: muchos vegetales, muchas frutas, carnes magras, grasas insaturadas (como nueces, castañas, en cantidad moderada, que contienen ácidos grasos que activan el colesterol bueno del organismo).
. Actividad física moderada: está científicamente comprobado que su práctica regular ayuda al organismo para que tengamos salud. Una simple caminata de 30 minutos, 3 veces por semana, ya es un comienzo para salir del sedentarismo.
. Beber agua: es el líquido esencial para la vida y también hidrata, limpia nuestro organismo de toxinas.
. Aliviar el estrés: tomando medidas simples o más elaboradas que proporcionen bienestar, desde un simple contacto con la naturaleza, tener hobbies diversos, conversar con amigos y familiares, viajar para conocer personas y lugares interesantes, recibir masajes o acupuntura, etc.
La longevidad con calidad de vida depende de los saludables hábitos de vida descritos, y con ellos adquirimos el bono para vivir bien todas las “estaciones” de nuestro cuerpo: vida fetal (relacionada con la primavera), infancia (verano), adolescencia (alto verano), vida adulta (otoño) y tercera edad (invierno).
Otro factor esencial es el placer de vivir cada estación que nos trae bendiciones variadas, pues el sentimiento de la alegría es lo que genera luz en nuestra vida y por otra parte, la tristeza y la amargura disminuyen nuestro brillo.
