¿Cómo sobrevivir con padres narcisistas perversos?
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2017 10:48:34
Traducción de Teresa
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Los hijos de padres narcisistas perversos, desde muy pronto son programados para satisfacerlos en sus infinitas demandas, a fin de que sus egos queden enaltecidos. Como regla general, cualquier expresión que pueda ofuscar la imagen de grandiosidad, el escenario y el brillo que estos padres tanto persiguen, debe ser exterminada. En este acuerdo silencioso queda subliminalmente concertado que jamás puede parecer que los hijos son más que los padres y que éstos bajo ningún concepto deben siquiera pensar en mostrar que tienen luz propia, so pena de pasar por toda suerte de represalias. Como si no bastase, los que osan despertar e incluso aquellos que, sin noción de lo que ocurre, quedan a merced de esa especie de subyugación, son además inducidos, sin alternativa, a presentarse ante el mundo como prototipo de la familia ideal.
Cuando existe cierta clareza sobre el drama en que se hallan envueltos, al menor signo de rebelión reciben como fuerza coercitiva toda clase de humillaciones, descalificaciones e inserciones de culpas. Una dictadura dentro de una cárcel que tiene por objetivo devolverlos a la inconsciencia de los hechos, manteniéndolos al servicio de ellos.
En sus artimañas, tales padres, cuando se ven descubiertos, suelen comportarse como víctimas, acusando a los hijos de ser malos, y abusando del papel que tienen como progenitores, introducen en ellos el sentimiento de culpa con el propósito de hacerles dar marcha atrás en sus percepciones. Con ello suelen desplegarse en maniobras manipuladoras, como el gaslight, que es un patrón de abuso psicológico en el cual las realidades vivenciadas se vuelven a contar de modo totalmente distorsionado y donde los hechos importantes son omitidos, descalificados o inventados. La intención de esos padres de tipo patológico es hacer que las víctimas, para el caso los hijos, duden de sus recuerdos, sus percepciones y salud mental, para poder ellos continuar existiendo por encima de todo y de todos.
El hijo que osa revelar lo que sucede bajo esas acciones camufladas recibirá toda suerte de ataques emocionales. Los padres se le enfrentarán con la ciega certeza de que conseguirán nuevamente anestesiar a su “cría”.
Uno de los aspectos más terribles de ese estado enfermizo del psiquismo consiste en la real imposibilidad emocional de reconocer el daño que hacen a los propios hijos. Invierten sus responsabilidades jugando pesado cuando les acusan de sobredimensionar las situaciones desagradables por ellos provocadas, intentando minimizar lo que hicieron o dijeron. La mayor paradoja ocurre cuando tratan de descalificar la importancia de lo que hacen, pero en sus palabras se advierte que están muy disgustados con la excesiva proporción que los hijos dan a lo sucedido, a menudo con empleo de la ironía.
Mientras estos hijos no comprendan que sus padres tienen una enfermedad patológica, probablemente transitarán en medio de sentimientos angustiosos, siempre a la espera de un nuevo ataque, el cual inevitablemente llegará.
Aprender que los padres narcisistas perversos suelen minar toda y cualquier expresión optimista que un hijo pueda tener ante la vida. Aprender que cuando desenmascarados en sus “juegos”, referencias descalificadoras, o palabras no edificantes se enfurecerán de forma alucinada, y lograr salir de esos escenarios difíciles, es tarea ardua que las más de las veces necesita mucha terapia para que el auto-rescate pueda efectivamente producirse.
Comprender que se pueden poner límites cuando las personas no son legales, que se puede elegir sin miedo a ser abandonado, que uno es libre para validar quien uno es de verdad, sin tener que ponerse ansioso ni híper vigilante con temor a alguna crítica, juzgamiento, humillación o represalia, vale una vida. ¿No te parece?
¿Abuso emocional?? ¡No!!
¡Cuanto más despiertos, mejor!