Compasión por ti
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 15/05/2015 20:24:12
por Vera Marfeza - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Toda cura emocional se inicia por la compasión hacia sí mismo. Sin eso, nada funciona. Somos asolados por conceptos, dogmas, reglas que solo aportan dolor y juzgamiento. Ya hemos venido "averiados" de fábrica y estamos aquí para un "recall" constante. Dios, en realidad, ya nos ha perdonado antes incluso de que naciéramos. Quien no ha perdonado hemos sido nosotros mismos.
Durante la vida hemos caído en la celada de la búsqueda del amor, de la aprobación y del triunfo, dependiendo del sistema y de los valores de inclusión en que se vive. Hemos olvidado que somos espíritus momentáneamente encarnados, no lo contrario. Somos dioses manifestándose en un cuerpo, durante un determinado tiempo, para crecer, vivir experiencias, aprender. Culpa, auto-flagelación, auto-conmiseración, no sirven para nada, solamente para desenfocarte. Somos una recopilación de tentativas, aciertos y errores, no hacia fuera, sino hacia dentro. Hay que preguntarse siempre si aquella elección fue buena para ti y si no lo fue, tener la tranquilidad de rehacer o descartar.
Juzgarse como alguien que se ha equivocado o que ha acertado es sentarse en el banquillo de los acusados de un tribunal que está en las mismas condiciones que tú. Nadie en el planeta Tierra tiene ese derecho. Juzgar a los demás nos quita la posibilidad suprema de integrar nuestros rinconcitos oscuros que solamente vemos a través de provocaciones externas, pues nadie tiene ojos vueltos hacia dentro. Situaciones, personas, están constantemente revelándonos quiénes somos y cómo estamos en ese momento.
Cuanto más nos acogemos en todas nuestras partes, más enteros quedamos y salimos de la dualidad. El planeta está condicionado a ese holograma dual que es el bien x el mal e intentamos elegir el lado bueno para ser amados, aprobados y tener éxito. Pero no somos totalmente buenos como tampoco somos totalmente malos. Esa búsqueda del modelo ideal para la inclusión social nos aleja de nuestra verdadera misión que es auto-conocernos y mejorar nuestro "modo de ser". No para aprobación externa, sino para una convivencia agradable con nosotros mismos. Los sistemas políticos, sociales, económicos y religiosos vigentes no nos enseñan a amarnos, aprobarnos y mirar hacia dentro con la seguridad de que desarrollaremos nuestro talento natural, obteniendo así el éxito en aquello en que nos impliquemos.
A cuenta de esa incesante búsqueda de amor, aprobación y éxito, nos olvidamos de nosotros y empezamos a dejarnos llevar por lo que al otro le parece. Tropezamos en una nueva contradicción, pues siendo los seres humanos únicos, individualmente hablando, a nadie tiene que parecerle nada. Lo único que nos hace iguales es nuestra esencia divina y el amor para amar a cualquier persona; hemos de descubrir ese sentimiento primeramente dirigido hacia dentro. Acogernos, amarnos, tener compasión por nuestras propis dificultades, limitaciones y transgresiones, es iniciar la verdadera cura para un mundo mejor.
Observa si estás levantando una bandera contra algo en el mundo y percibe que primero tienes que curar eso mismo dentro de ti. Un ejercicio que me parece estupendo para acelerar el proceso de auto-conocimiento e integración es imaginar estar en una isla donde no conoces a nadie, por tanto, no hay papeles que desempeñar. Imagina también que no hay reglas ni leyes para la convivencia social. Las personas que viven allí están conviviendo con la naturaleza y sobreviven con los recursos de ella. A partir de ese escenario, empieza preguntándote qué es lo que te gusta en ti. Tus características más atrayentes externas e internas. Si escribir te lo facilita, hazlo.
Después pasa a lo que no te agrada en ti y quieres cambiar. Cuando identifiques esa parte, no te juzgues. Tan solo reconoce que esas características son tuyas y que tú en aquel momento las acoges e integras para un cambio saludable. Ahora lo más difícil: localiza dentro de ti aquello que sabes que puede ir contra tu crecimiento, pero que todavía no tienes claro que quieres modificar. Puede ser desde lo más leve hasta lo más grave, según veas. Acógelo del mismo modo, diciéndote a ti mismo que a pesar de aún no haberte desprendido de aquello, te aceptas y te acoges. Al final, la sensación será de PAZ.
Si todos hacemos así, en lugar de señalar con el dedo acusatorio hacia fuera, entonces tendremos un real cambio de vida en este lindo planeta azul.
Recordad: "la Verdad liberta y el Amor transmuta".