Conoce tu verdadera misión
por Sergio Scabia em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:35:04
Traducción de Teresa - [email protected]
Santo de casa no hace milagros, todo el mundo conoce esta máxima.
En el último boletín comenté acerca de algo fundamental: si soy capaz de cambiar mi vida, es más que obvio que la transformación (para mejor) puede ocurrir con cualquier persona, aunque tenga la cabeza dura como piedra.
Bueno, sucedió con mi hermano, que tiene negocios con empresas brasileñas y frecuentemente arriba a São Paulo, permaneciendo aquí en mi casa una semana por término medio.
Ayer llegó de viaje mucho más sereno, relajado, loco por intercambiar impresiones, relatar experiencias, aprender más y más. El Universo es persistente, enfocado, amoroso, ya sabes. ¡Mi hermano ha despertado! Entre un viaje y otro - habiendo empezado a meditar (¡juntamente con la familia!) en un evento gratuito que reunió nada menos que a 250 personas en Vicenza, al norte de Italia. ¡Algo absolutamente insólito! Y a partir de ahí empezaron las sincronías.
Él hizo comentarios acerca de la belleza de la experiencia, de la energía que se apoderó del grupo y además contó sobre el responsable por el evento, una persona sencilla y comprometida, que está continuamente viajando al norte de la India donde ayuda activamente en una escuela/orfanato piloto que reúne a niños huérfanos y pobres, quienes, aparte de estudiar, aprenden los mantras sagrados, la meditación, los rituales milenarios hindúes y asimismo el idioma sánscrito, para poder leer las antiguas escrituras directamente en la fuente.
¡Ocurre que pocos minutos antes de que él llegase del aeropuerto, yo había estado mirando con mi hijo menor precisamente un documental en uno de los canales Discovery, que me emocionó profundamente, cuya filmación retrataba ese mismo lugar! Pero hay mucho más, pues aquel "orfanato" con sus disciplinas y programas choca de frente contra las reglas de la sociedad india, que no permiten a los "intocables", los más desfavorecidos entre las varias castas existentes, tener acceso a oraciones, mantras, estudio religioso y meditación. Alguien, un ser de expresión franca, de largos cabellos y barba, valiente y resuelto, había decidido que el concepto de Unidad era más sagrado que la tradición religiosa y empezó a aplicarlo en aquellos 107 niños, que con sus miradas, sonrisas, expresiones y gestos, consiguieron transmitirme una sensación de felicidad verdadera, espontánea, inmensa. No tiene precio, toca hondamente el corazón ver a los niños llevando a cabo con perfección y respeto los rituales del fuego, los de los ancestros, meditando en grupo, en silencio y concentrados; de repente, corriendo por la casa alegres y llenos de vida, de esperanza, a camino de una existencia muy diferente de aquella que les había estado reservada al nacer.
¿Cuántas posibilidades había de que mi hermano llegase a hablarme de ese lugar? ¿Y de que yo, minutos antes, hubiese estado mirando aquel documental en la TV? ¡Sí, quedamos estupefactos! Principalmente él, pues yo ya estoy casi acostumbrado con tantas "casualidades" que me suceden diariamente al caminar por la vida.
¿¡Cuántos ejemplos necesitamos aún, de esos individuos rompiendo barreras, tabúes, prejuicios, tradiciones obsoletas que solo a unos pocos benefician?! Uf. soy repetitivo, lo sé, pero es algo muy fuerte que viene de dentro, es como un grito contenido, un nudo en la garganta.
Parece que el tiempo se nos está escapando y que todavía queda tanto por hacer. ya no se puede seguir así, más espectadores que actores, más perdidos que hallados, funcionando en una mínima fracción de nuestro real - y prácticamente desconocido - potencial. Muchos asimismo se han olvidado de su misión de vida y están luchando ahora en el caos de las ciudades grandes en pos de una aparente seguridad financiera, viviendo el miedo, el estrés, la fatiga de un modelo de vida que oprime, angustia, aplasta a quienes se dejan envolver por su falso brillo y sus ilusiones traicioneras, rehenes del control ejercido de forma cabal sobre aquel que ha renunciado a la verdadera libertad, eligiendo ser guiado, formateado y explotado por el sistema vigente.
Encontré este fragmento de la querida Elizabeth Cavalcante que con maestría añade al contenido del boletín un toque precioso, suave y femenino:
"Sin darse cuenta, aceptan esta condición como algo definitivo, y se resignan a llevar una vida en que la inseguridad predomina y en la cual los desafíos son evitados a toda costa. Para liberarnos de los paradigmas y de las creencias que dominan nuestra mente, es necesario un profundo trabajo de auto-conocimiento. Poco a poco, éste nos permitirá comprender que, contrariamente a lo que suponíamos, encarar los desafíos no traerá sufrimiento, todo lo contrario, puede llevarnos al encuentro de la sabiduría y de la madurez.
Aprender a mirar hacia dentro y vislumbrar dónde reside nuestro mayor potencial es una aventura que demanda paciencia y coraje. Pero vencida la resistencia inicial, descubrimos que somos detentadores de un poder que no es otorgado por ninguna entidad exterior a nosotros.
Es intrínseco a nuestra naturaleza, siempre ha estado allí, a la espera de ser reconocido. No pertenece a la dimensión mundana de la vida, sino que tiene su raíz en la inteligencia creativa que ha dado origen a todo cuanto existe en el Universo. Y, por eso mismo, no puede ser destruido a no ser por nuestro propio escepticismo.
Confiar en este poder es la única manera de permitir que se fortalezca cada vez más y se convierta en nuestra única identidad".
El despertar de la conciencia es algo individual, tan único como nuestras huellas dactilares o nuestra caligrafía, pero es la gran tarea que se nos ha dado al encarnarnos en el planeta. La tarea está en total sintonía con el potencial de que disponemos; será tan solo un paso más, hacia delante y hacia arriba, del alma inmortal. La jornada evolutiva no tiene fin y, en meditación profunda, mal llegamos a tener vislumbres de escenarios alucinantes y percepciones de energías celestiales que mal pueden ser descritas con palabras. Es entonces cuando verificamos cuánto se puede ensanchar todavía nuestro conocimiento del Todo y nuestra participación en el proyecto de la Luz.
¿Cuántos seres ascendidos están anhelando el éxito de nuestra andadura, esperando amorosamente que nuestras decisiones sean sensatas y sabias? ¡¿Cuántas dimensiones aún aguardan a ser descubiertas y vivenciadas por nosotros?!
Cuánta belleza y éxtasis esperan nuestra transición, cuántas moradas cósmicas están pacientemente aguardando nuestra presencia, puestos por fin "a cero", libres de apegos, fardos y todo lo demás que vaya en contra de la Unidad y el Amor Incondicional.
El momento es ahora, semillas estelares. presentaos, mostrad a qué habéis venido y sed felices.
Inlakesh (Yo soy tú y tú eres yo - Idioma Maya)Agradezco aquí a los queridos y pacientes Guías y a toda la pandilla que permite que este Website exista: Rodolfo, Sandra, Teresa, Marcos, Anderson, Ian, Lidiane. ¡y Tú!
