Construyendo el futuro en el presente
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 15/06/2007 19:40:04
Traducción de Teresa - [email protected]
Resignificación existencial
“Somos la somatización del estado en que se encuentra la conciencia.”
Nuestro cuerpo es resultado de los estados en que nuestra conciencia se encuentra, tal como toda enfermedad también lo es.
Siendo el movimiento expandido por la ampliación de la conciencia lo que facilita procesos transformadores que realizan importantes remodelaciones energético-conscienciales, sabemos que la conciencia, a partir de la acción de ese tipo de intención, sale de un patrón de manifestación continuo, encaminándose a una formatación totalmente nueva. Ese proceso es por sí terapéutico y acaba generando modificaciones bioquímicas y cerebrales en todo el cuerpo físico. Los campos energéticos de la estructura de la conciencia comienzan entonces a actualizarse constantemente, en armonía con los procesos de su ampliación.
Nuestra conciencia está compuesta por pura energía y cuando se encuentra presente en esta actualidad terrena totalmente dinamizada e implicada en experimentaciones creativas, acaba generando enorme placer en nuestro existir. Funcionando así, automáticamente pasamos a dinamizar todo nuestro complejo bioenergético, promoviendo la salud a los más diversos niveles.
Tenemos el status, como energías que somos, de funcionar como seres atemporales y no lineales. Nuestro estado consciencial está totalmente fuera del tiempo, por tanto, pasado, presente y futuro coexisten.
En el caso de las dolencias físicas, existen muchas vertientes que están vinculadas en medio de diversos tiempos existenciales. Las vidas pasadas, como se dice en la actualidad, sólo tendrán sentido en cuanto algún aspecto emocional de la conciencia insista en perpetuarse más allá de la realidad elegida y programada para existir. Como evidencia de este hecho, el yo de la persona acaba ausentándose de su aquí, de su vida y de su cuerpo físico, no tan sólo pareciendo que está, sino de hecho estando, en cualquier otro lugar menos en el aquí. En este sentido, la vida pasada, como muchos enuncian hoy día, puede ser un aspecto de la vida pasada en esta misma existencia; sea como fuere, es importante saber que todo se evidencia en el aquí, por tanto no concebimos esto como pasado y sí como aspecto presente dentro del psiquismo, puesto que está influenciando a la persona hoy y en su ahora. Todo coexiste.
En determinadas situaciones, cuando no estamos satisfechos con algunos aspectos de nuestra realidad y aún no entendemos cómo podríamos alterar ese contexto, nuestra conciencia, que es creativa por excelencia, comienza a buscar salidas “saludables” que generen más placer, aunque esto ocurra en otra realidad. Muchos se ausentan del aquí, y tan sólo se deslizan por el presente, sin de hecho hallarse comprometidos con su estar; se imaginan en otros lugares y la gran mayoría de las veces ni siquiera se dan cuenta de que están como suspensos en estado de coma consciencial.
El problema es que, debido a este patrón, la conciencia acaba por ausentarse del espacio de manifestación terreno que ha creado para experimentarse, y en este caso se ausenta del propio cuerpo.
Durante el período de remodelación es frecuente que ocurran varias sensaciones y sentimientos aparentemente inconexos.
Son “psicomomentos” de extrema importancia, donde en micro fracciones de segundo la persona siente como si necesitase sujetarse fuertemente a algún objeto más denso a fin de continuar en la seguridad de que es. Aquí el antiguo patrón conocido deja de tener sentido y es precisamente en ese momento cuando se tiene la oportunidad de un nuevo comenzar en una misma existencia, trascendiendo de una estructura psicológica tradicional para un lugar aún no denominado, pero no obstante conquistado.
La Psicología posibilita la agilización de la resignificación existencial del individuo de modo totalmente diferenciado, auxiliando en los momentos de transición, cuando se trasciende de las fases de sonambulismo de la conciencia, en busca de un estado más significativo.
La psicología auxilia a la persona en una nueva denominación del aprender, sentir y ser, posibilitando una visión de sí misma bajo un prisma inconcebible anteriormente. Facilita la concepción de lo nuevo en lo antiguo, al mismo tiempo que ayuda a la persona a ser simultáneamente actuante y observadora dentro de sus cuestiones personales, acelerando los procesos de toma de conciencia.
Al trabajar con la meditación asociada a la psicología, enveredamos por caminos que aportan una visión más afinada sobre lo que viene a ser el existir en medio de las influencias interdimensionales en que estamos implicados.
De este modo, la psicología aliada a procesos que generan centramiento, como la meditación, favorece la reconexión de la persona con quién de hecho ella es, ayudándola a existir mejor, es decir, con más eficiencia.
La modificación y la vitalización energética son visibles y, como respuesta, la persona comienza a percibirse de modo totalmente diferente del estado anterior. Como ejemplo, podemos imaginar a alguien que se encuentre en estado de profunda depresión y, como el propio nombre sugiere, podemos pensar en esta persona como teniendo su energía vital muy lejos de lo ideal.
En la meditación y adquisición de conciencia promovidos por ambas, psicología y meditación, pasará por algunos momentos de sensaciones diferenciadas en las cuales su complejo bioenergético será activado mediante la energía vital.
Según nuestros estudios, ya sabemos que esta persona obtendrá un nuevo impulso que facilitará en gran manera su transformación personal a varios niveles.
Estando mucho más dinamizada y fortalecida para conseguir profundizar en su ‘sí misma’, la persona podrá transformarse de modo más auto-consciente y centrado, trayendo a sí misma para fuera y finalmente reconociéndose.
