Conversando con los alimentos
por Wilson Francisco em STUM WORLDAtualizado em 08/10/2006 14:49:54
Traducción de Teresa - [email protected]
Angélica tiene 14 años y hace el Projeto Mutação (Proyecto Transformación) con su madre. Tenía dificultades para alimentarse; su cuerpo rechazaba los alimentos de todo tipo; tenía náuseas. Le expliqué que los vegetales, legumbres y carnes se componen de seres vivos, con la misión de estar en la cadena alimenticia para auxiliar en la sustentación del cuerpo humano. Lo comprendió y aceptó el proceso. Todos los días, cuando iba a alimentarse, oraba y meditaba, conversando y agradeciendo los alimentos, por el apoyo a su cuerpo. En pocos días eliminó toda animosidad contra la alimentación.
La primera vez que he oído hablar de experiencias de ese tipo ha sido con el Dr. Rezende. Él decía tener un hábito que reputaba como salutífero: conversaba con los alimentos (arroz, fríjoles, vegetales), reportándose mentalmente al plantío y crecimiento de cada uno de ellos y alabando a Dios por todo eso.
Me ha gustado la lección que aprendí y además de colocarla en práctica, he incorporado el proceso en el Projeto Mutação.
Acostumbro a realizar un proceso para mi hígado. Extravagancias de la juventud, con alcohol, alimentación y resentimientos han dejado este órgano mío en condiciones no muy adecuadas. Entonces, cuando por uno u otro motivo he de comer fuera del horario o me salgo un poco del régimen, alimentándome de comida pesada, converso antes con él, me explico, envío una energía de amor y después paso a saborear aquel alimento. Así, la digestión se hace con facilidad y sin graves consecuencias.
En ese proceso de rechazo al alimento, hay también un componente psico-emocional – por algún motivo que no siempre se logra descubrir – la criatura no consigue digerir situaciones con personas o acontecimientos de la vida. Por ejemplo, la madre o el padre pueden haber dicho durante la gestación o la infancia: “no era momento para que llegase esta criatura...” o “ este niño es imposible...”. Son palabras fuertes, pesadas que derrumban a una criatura. Ella, sin embargo, por amor o miedo, no puede contraponerse a ese proceder... Entonces, bloquea el impulso instintivo de atacar o agredir a los padres y archiva el impulso en su campo emocional, transfiriendo el rechazo hacia otras personas o alimentos.
En verdad, la criatura no ha tragado aquella frase, ésta se ha quedado atravesada, obstruyendo la digestión (mala digestión / esofalgia) la ingestión de alimentos (falta de apetito) o inclusive la expresión de sentimientos.
Cualquiera de estos procesos podrá afectar profundamente el comportamiento de aquel crío en el futuro. Y esto es lo que ha ocurrido con Angélica.
Otro suceso que puede afectar al proceso de aceptación de alimentos es el hecho de amamantar. Amamantar es una misión sagrada y de importancia fundamental para el crecimiento físico y emocional de la criatura.
Allan, uno de mis nietos, tenía un hábito interesante: desde bebé él solamente permanecía con el pezón de la madre (Marcela) en la boca si ella estaba mirando para él. Era una manera de obtener de ella la atención y el cariño. Hay madres que no son conscientes de esto y además de la desatención, transforman ese momento muy especial y único de la criatura en un vendaval de emociones desarmonizadas, amamantando con odio, pronunciando malas palabras contra la vida o contra otras personas, o entonces, durante la toma, permanecen escuchando o mirando programas de mala calidad en la radio o en la televisión.
Es importante que toda mujer sea consciente de que esta criatura que está en sus brazos, ha dejado su útero, donde recibía la alimentación sin el mínimo esfuerzo y que está entrando (nacimiento) en otro “Universo hostil”. Acaba de “salir” del útero donde recibía el alimento preparado y el oxígeno necesario para su supervivencia. De repente “entra” en otro mundo, recibe una ráfaga de viento y es obligada (para sobrevivir) a respirar por sí misma. Y para alimentarse, necesitará contar con el amor de la madre, de quien recibe el seno con el alimento preparado, que él chupa con alegría y placer (otra tarea más que ha de realizar: chupar del seno).
A pesar de los contratiempos y dificultades a que se ve sujeta, la criatura se da cuenta de que aquel es un tiempo todo suyo. Va a recibir el calor y la protección del regazo maternal. Es el encuentro de un nuevo camino, que la criatura debe recorrer, incorporando hábitos nuevos, obligaciones diferenciadas para vivir.
Por eso, cuando la criatura es destetada o no recibe la debida atención, puede “sentir” que no es deseada, que ha dejado de pertenecer a alguien. Esta sensación de no pertenencia puede afectar a la estructura emocional de la criatura, dejando en su psiquismo una “sombra-comando” para el resto de su vida.
¿Qué significa “sombra-comando”?
Es así: en cualquier relación o situación, esos sentimientos vividos en aquel momento pueden emerger y transformarse en una barrera infranqueable. Todas las veces que la persona va a comenzar una relación, un nuevo empleo, en fin, cuando se encuentre frente a una situación nueva, ella podrá “sentir” la “sombra-comando” en su cuerpo y en su alma diciendo: ¡cuidado, puedes no ser aceptada! Así, ella inicia todo un proceso de indecisión, miedo o apatía, que perjudica su desempeño.
Laura, una integrante del Projeto Mutação, llegó con un proceso de ese tipo y sólo tras muchos ejercicios y plena consciencia, consiguió salvar ese bloqueo, restaurando su psiquismo.
Roberta que fue amamantada por un ama de cría, es hoy una mujer extremadamente delgada y anémica. Realizados algunos procesos, hemos descubierto que la ausencia de la madre en la lactancia podría estar causándole aquella situación física. La consciencia de esa situación, aliada a algunos ejercicios energéticos, como el perdón, retorno al útero y otros, han permitido la eliminación de los bloqueos y su equilibrio orgánico está siendo finalmente reconquistado.