Coraje
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 25/11/2009 15:54:38
Traducción de Teresa - [email protected]
Aceptar con tranquilidad los cambios que la vida nos trae es un aprendizaje difícil y por ello nuestra tendencia inicial es a resistirnos a ellos durante algún tiempo.
Muchos seres humanos miran toda la vida los imprevistos como amenazas. Siguen cultivando un miedo a lo nuevo que puede hacer que su jornada se vuelva mucho más difícil, llevándolos a desarrollar disfunciones emocionales bastante serias, como el síndrome del pánico.
Cuánta más resistencia se ponga en enfrentar las transformaciones, mayores son las oportunidades de que la enfermedad y el desequilibrio se instalen rápidamente. Solo hay una manera de minimizar el temor y la ansiedad que un cambio acarrea, y es contemplarlo como una valiosa oportunidad para probar nuestra fuerza interior.
Esa diferencia de postura es esencial para poder vencer nuestros bloqueos e inseguridades frente a situaciones desconocidas. Hay numerosos recursos terapéuticos que pueden ayudarnos en este camino; solo tenemos que tomar la decisión e ir en busca de aquellos que pueden hacer que el desafío del cambio se vuelva menos arduo.
Resistirnos a lo nuevo como si éste significase siempre una promesa de infelicidad, forma parte de la estrategia de la mente para mantenernos paralizados, víctimas de la estagnación y del miedo.
Muchas veces, aquello que visualizamos como seguridad, no es más que una prisión en la cual permaneceremos durante mucho tiempo, agarrándonos a la ilusión de que allí el sufrimiento no nos alcanzará. Pero lo peor que podríamos experimentar ya se encuentra presente, y es la incapacidad de movernos de modo confiado hacia otras direcciones.
Mientras cultivemos esa resistencia, todo continuará oscuro, y la luz de la consciencia jamás se hará presente. Derribar el muro que nos separa de la felicidad y de la paz exige mucha fuerza de voluntad y, por encima de todo, un gran coraje para ir de encuentro a lo desconocido sin temor alguno.
Yo estoy tanteando a oscuras. Osho, ¿podrías quitarme de eso?
“Yo no veo oscuridad por ninguna parte. Tú eres quien mantiene los ojos cerrados. La oscuridad no existe. Es creación tuya. El sol está en todas partes, la luz está en todas partes, estamos en pleno mediodía. Pero tú sigues apretando tus ojos, manteniéndolos cerrados. De ahí la oscuridad. Ahora bien, nadie puede forzar tus ojos a abrirse.
...Hay algunas cosas que tú tienes que hacer por ti mismo. Esta es una de las cosas más fundamentales de la vida. Si no fuese así, incluso en tu libertad, serías un esclavo. Si yo pudiese quitarte de tu oscuridad, o cualquier otra persona, aquella luz no sería muy luminosa. Tú estarías aprisionado en aquella luz, tú no has venido por tu libre y espontánea voluntad, no has florecido espontáneamente.
¿Has observado alguna vez a un crío intentando abrir el capullo de una flor a la fuerza? El capullo puede ser abierto, pero no será una flor, algo le estará faltando, algo de gran significado. El alma le estará faltando. La flor tiene alma cuando florece espontáneamente, entonces ella tiene vida. Cuando tú la fuerzas, la destruyes. Todo lo que es bello en la vida solo puede suceder; no puede ser hecho.
...Estás manteniendo tus ojos cerrados, y malgastando mucha energía para mantenerlos cerrados. La misma energía que los está manteniendo cerrados, si los relajas, va a ayudarles a abrirse.
...Un maestro es compasivo contigo, él tiene compasión. ¿Qué más puede hacer? Un maestro verdadero no puede llevarte de la mano, porque esto te mantendrá siempre dependiente. Sacarte fuera a la fuerza, es lo mismo que mantenerte aún dentro. En el momento en que el maestro suelte tus manos, tú volverás a tu viejo mundo, a tu vieja mente. Aquello aún no estaba cerrado, estaba todavía agarrado dentro de ti.
Un maestro verdadero ayuda sin ayudar... Su ayuda es muy indirecta, él nunca viene inmediatamente a ayudarte. Él viene de manera muy sutil. Se acerca a ti como una brisa muy frágil, no como una ventolera salvaje. Se acerca a ti como un aura, invisible. Él te ayuda ciertamente, pero nunca te fuerza. Te ayuda tan solo hasta donde tú estás preparado para ir, nunca un paso más allá. Él nunca te empuja violentamente, porque cualquier cosa hecha violentamente será perdida, tarde o temprano.
Aquello que tú no has desarrollado por tu libre y espontánea voluntad, lo perderás. No puedes disfrutar de aquello que no ha crecido en tu ser espontáneamente. Tú disfrutas de tu propio crecimiento. Yo puedo incluso darte la verdad, y tú la echarás fuera, porque no la reconocerás.
... Nadie puede ser despertado antes de su hora, ni debe serlo.
...Mira para mi puño: si yo tengo que mantenerlo como un puño, tendré que tenerlo cerrado. En el momento en que yo deje de cerrarlo, él empezará a abrirse espontáneamente. Estar abierto es natural, estar cerrado es antinatural. Para mantenerlo cerrado tienes que poner en él mucha energía. Para abrirlo, ninguna energía es necesaria.
...Un puño cerrado es antinatural; una mano abierta es natural. Cualquier día, mantén tu puño cerrado durante todo el tiempo y al final de la tarde te sentirás realmente cansado. Tu natural es la mano abierta.
Un corazón abierto es un fenómeno natural; un ser abierto es simplemente natural. Un ser cerrado es muy antinatural, muy artificial; tú tienes que poner toda tu energía en ello. Esa es mi observación en miles de personas: ellas dan toda su energía para mantenerse miserables.
Permanecer en el infierno requiere una gran inversión. No es fácil, es muy difícil. Has de ser muy fuerte para estar en el infierno, muy tozudo, decidido. (...) Tienes que ser duro como un diamante, solo entonces puedes permanecer en el infierno. Si no es así... nadie está impidiendo tu camino. Basta relajarte y entras en el cielo, la relajación es la puerta.
Dices: Yo estoy tanteando en la oscuridad. Relájate. En el momento en que te relajes, tus ojos empezarán a abrirse, tal como un capullo se abre y se convierte en una flor, tal como un puño que ya no se mantiene cerrado empieza a abrirse y se convierte en una mano abierta.
Yo no estoy aquí para forzar esto. Estoy aquí para aclararte de qué modo esto sucede. Yo puedo hablar respecto de este proceso, pero no puedo hacerlo por ti. Una vez comprendido, él sucede. No te prometo nada. Solo te prometo una cosa: lo que ocurrió conmigo yo haré que se haga obvio para ti. Desde ahí, a ti te corresponde seguir...
Buda dijo: los budas solo indican el camino, pero eres tú quien tiene que ir, a ti te corresponde seguir el camino.”
OSHO – Zen: the Path of Paradox