¡Cree si quieres!
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 18/05/2008 10:01:51
por Wilson Francisco - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Ya he hablado de esto en otros artículos, vuelvo a reflexionar sobre esa cuestión. La magia de los procesos que el Universo nos permite realizar. Insisto, el Universo es pródigo, hay por allá una usina extraordinaria, que recicla, que recrea, que funciona día y noche, sin parar. ¿Su producto? La magia de la transformación.
Esta usina modifica todo, como en un toque de magia. Y la magia es sencilla, basta el amor. ¿Pero qué amor será ese? ¿Dónde estará ese sentimiento, que todo el mundo comenta, pero que parece desconocido de la humanidad?
En los patrones actuales de la sociedad, esto puede parecer una herejía, decir que el amor está ahí y que es ese sentimiento que produce la magia del vivir, cuando se advierte tanta violencia, actitudes hediondas, las criaturas humanas caminando como cucarachas despistadas, moluscos que llevan sus casas y causas a cuestas.
En verdad, el ser humano no cree. Es religioso, teme a Dios, tiene una vaga noción de que Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Pero ¿caminar por las sendas divinas, deshaciéndose de las mallas encarceladoras del miedo, de la desconfianza y de la incredulidad? Eso aún es muy extraño y difícil.
Y por más que las cosas sucedan aún así, las criaturas se preguntan: ¿Será cierto que está sucediendo? Es como si de repente, de la oscuridad surgiese la luz del día, clareando nuestro patio, el balcón, la calle y las personas que pasan para ir a trabajar.
Sí, se hace claro, hay un Sol por ahí “naciendo” en el horizonte. No obstante, el Sol no nace todos los días, él existe siempre, apenas surge por un efecto natural. También es así con los demás fenómenos, los que envuelven nuestra vida.
Tú estás en cierta dificultad, lloras, te embriagas de lamentaciones, uno se acerca a ti y dice: eso es así, tienes que pasar por eso; ah... pero tú ni lo imaginas, mi pariente, el de Itaquaquecetuba, está pasando por eso también y bla, bla, bla. Y tú estás allí sufriendo tu dolor. Hasta que cierto día, decides levantarte de la silla y de tus dolencias, te das un baño, cambias de ropa y vas en busca de un camino. Aleluya. ¡Gloria a Dios! Diría mi cuñada evangélica. Por fin, te has dispuesto a hacer algo por ti mismo.
En la Eutonia está la información de que en el momento en que una persona decide internamente que va a hacer tal cosa, ocurre algo así como una revolución interna en su cuerpo. Millones de células “despiertan” y empiezan una verdadera brigada de trabajo voluntario, convocando a todas las otras para almacenar recursos, aunar fuerzas y salir a campo para estar preparadas porque nuestro dios, el ser humano, ha decidido actuar.
Es preciso que estén preparadas, las neuronas se encienden, forman conexiones, todo se transforma allá por dentro de nosotros. Y fuera, los ángeles despiertan, mirando desde arriba y casi no creyendo que has decidido salir de ti misma y de tus dolencias. Y empiezan a bailar felices, agitando sus alas y haciendo diluviar en el escenario de tu vida, una lluvia de estrellitas, con el objetivo de premiarte y aclarar tus caminos.
Todo listo. ¡Ángeles y células a sus puestos! Es hora de cambiar de rumbo. Está ahí tu curación. El Universo ha respondido, tu cuerpo se llena de júbilo y te premia con la transformación tan soñada.
¿Piensas que ha terminado aquí nuestra historia? Craso error. Leed con atención los testimonios de estas amigas mías:
- “Buenos días amigo, es increíble, ayer después de que me has mandado las oraciones, leí en aquel momento la de los ancestros y parece mentira lo que voy a decir, pero no lo es, me sentí muy calma de veras, como si estuviese anestesiada, aquella ansiedad respecto de si él me llama o no, de salir con él o no, había pasado, y empecé a verme en primer lugar.”
- “Mira, Wilson, llegué a casa ayer y él estaba muy mohíno y cansado. Le amamanté y adormeció (como hace todos los días) pero siempre despierta al poco rato. Ayer no se ha despertado, se durmió directamente. Mientras yo lo tenía en brazos, hice las oraciones que me has mandado y me vi transportada para un lugar diferente, parecía el centro de la tierra y allí yo veía a mi hijo adormecido y enfermito acostado todo apretujado dentro de la cáscara de una romana, pero todo era en miniatura, incluso las criaturitas que estaban de guardianas de esa escena, eran seres pequeñitos. En seguida la conexión se deshizo.
Luego me fui a dormir y nuevamente hice las oraciones y soñé con el mismo lugar de la experiencia anterior, incluso con el nombre del ser pequeñito que estaba allí de guardián de la situación en que mi hijo se encontraba. Desperté y no consigo acordarme de su nombre. Él durmió mucho mejor durante la noche y sólo despertó una vez para mamar. Estaba muy quieto por la mañana, algo soñoliento. ¿Habré imaginado todo esto o ha sido real?
- “Ocurrió una cosa estupenda ayer, Wilson, entré en Internet cuando llegué a casa, hice mis cosas y fui a comer una fruta, cuando regresé al computador adivina quién estaba allí llamándome para conversar, era L., caramba, he quedado impresionada, porque pocas horas atrás tú me habías dicho que aguardase un contacto esta semana y fue más rápido de lo que yo esperaba. Él estaba súper receptivo, me habló de sus planes.
Y lo más impresionante después... fui a dormir... agradecí a Dios por la oportunidad de haber hablado con él... de madrugada desperté, fui al baño y cuando me acosté te oí decirme que fue estupendo eso que ocurrió, que él estaba buscándome y quería compartir esas novedades profesionales que anda buscando... tú me dijiste algunas otras cosas, pero no las recuerdo ahora... fui relajándome con lo que me decías y acabé por dormirme. ¿Has ido de veras a decirme eso ayer por la noche?
No, no te rías de esas personas que, después de hechos y experiencias tan claras e importantes me hacen esas preguntas, como si no creyesen en aquello que sienten y ven.
La criatura humana todavía no ha desarrollado completamente algunos talentos divinos de que es portadora. Por ello todas esas dudas. Pero me conforta y alegra, por lo menos esas personas están buscando y haciendo su parte.
Con esa disposición íntima, la revolución interna se da, los ángeles danzan de alegría allá en el cielo y el Universo os contempla con salud y paz. Esto es lo que cuenta... ¿y lo demás? Un día, estaremos diferentes, con certeza. Y entonces miraremos para el pasado y diremos: caramba, ¿cómo esa gente no cree que Dios existe?
