¿Cuál es el mejor día de la semana para ti?
por Rosemeire Zago em STUM WORLDAtualizado em 21/12/2010 12:42:48
Traducción de Teresa - [email protected]
¿Te has parado a pensar sobre la pregunta del título? ¿Qué día de la semana es tu preferido? ¿La noche del viernes, el sábado, el lunes? Muchos pueden decir: “Está claro que prefiero el fin de semana”, pero has de saber que no todos. A decir verdad, la respuesta prefiriendo a uno o a otro día puede representar que algo no anda bien. Si prefieres los días en que trabajas es importante cuestionar qué es lo que no anda bien en tu vida personal. Y si la preferencia es por los días de descanso, también es válido identificar si hay algo que no va bien en el área profesional. Hay además quienes no se sienten felices ni entre semana ni en fin de semana. En todo es preciso equilibrio. Es evidente que hay excepciones, como las personas que trabajan en turnos, pero la mayoría trabaja de lunes a viernes y descansa el sábado y/o el domingo. Lo ideal es sentir satisfacción y placer, tanto en el trabajo como en la vida personal, compartiendo los momentos de descanso con los seres amados, o quién sabe, a solas. Pero cuando advertimos que estamos insatisfechos, irritados, intolerantes, es hora de parar y reflexionar sobre los probables motivos.
Para quienes tienen el fin de semana libre, la programación comienza ya el viernes por la noche, con happy-hour, viajes, fiestas u otras actividades en que se pueda descansar y olvidar los problemas. Al fin y al cabo, con tanto estrés, el esparcimiento hoy se ha vuelto una necesidad. Eso mismo, ne-ce-si-dad. El fin de semana es propicio para reponer las energías y cada cual lo hace a su manera.
Quienes prefieren el fin de semana esperan cada segundo para que llegue la noche del viernes, ya sea para salir o para quedarse en casa. Pero cuando llega el domingo, parece sobrevenirles cierto desánimo, deseando que las horas pasen más despacio y que el lunes tarde mucho en llegar. Para la mayoría, la vuelta al trabajo puede representar retorno a las obligaciones, responsabilidades, horarios que cumplir. En lenguaje freudiano, diríamos que durante la semana somos regidos por el superego, el que dicta las normas, y el sábado, regidos por el id, que representa el placer. Claro que esto no es una regla básica, sino solamente para proporcionar una reflexión sobre cómo te vas encontrando cada día de tu vida. ¿Cómo te sientes durante la semana? ¿Y al final de la semana? El sentimiento que prevalece ¿es semejante? ¿No? ¿En qué difiere? ¿Has pensado sobre ello?
Cuando el desánimo empieza el domingo por la tarde, acentuándose durante la noche y poniéndose casi insoportable el lunes por la mañana, haciendo que vayas al trabajo arrastrándote, es preciso buscar la causa. Si el trabajar se está convirtiendo en sinónimo de sufrimiento, desgaste e insatisfacción, es preciso averiguar qué es lo que está pasando. ¿Estás solamente cumpliendo una obligación? ¿Estás sin motivación? ¿No te gusta lo que haces? ¿O el ambiente? ¿O bien el salario está por debajo de tus necesidades o de lo que mereces? Piensa sobre todo esto, pero recuerda que como mínimo lo mantienes por alguna recompensa, ya sea por el salario, para aprender más, esperando un ascenso; alguna ventaja tendrá, o entonces, empieza a pensar en la posibilidad de buscar algo nuevo, que corresponda más a tus expectativas.
Siempre que estamos en un camino, debemos recordar el objetivo inicial que nos hizo optar por él, pues por lo regular sobre la marcha tendemos a olvidarlo. Procura recordar el motivo por el cual has iniciado tu trabajo actual. Revisa si el objetivo sigue siendo el mismo o ha cambiado. Recuerda una fase de tu vida en que tu actuación profesional te hacía feliz. ¿Qué era lo que hacías? Piensa cómo podrías mejorar tu actuación actual, o si realmente deseas cambiar, buscar otros caminos.
Mientras algunos borrarían el lunes del calendario, otros cuentan los segundos para que llegue la hora de ir al trabajo. Para estos, lo insoportable es el fin de semana en casa, con la familia o con la falta de una. El trabajo se convierte en el encuentro con personas entre las cuales se sienten bien, compañía para almorzar, conversar, el lugar donde encuentran personas que compensan el fin de semana solitario o insatisfactorio.
Es en el trabajo y solo en él, donde muchos se sienten valorados, estimulados, reconocidos, seguros. La mayor parte de las veces, la búsqueda excesiva de realización profesional oculta una insatisfacción enorme en la vida personal y/o afectiva, pues el trabajo representa una fuente de reconocimiento y seguridad que no siempre se logra en la vida afectiva. Para algunos, parece más fácil vencer en la profesión que construir relaciones afectivas saludables y duraderas. Hoy, quizá, incluso por miedo, muchos prefieren el trabajo al amor.
Hombres y mujeres, a decir verdad, necesitan descubrir ese punto de equilibrio entre la realización afectiva y la profesional, que no tienen por qué ser antagónicas, sino que deben y pueden ser complementarias. Es preciso estar atento para no hacer del trabajo o del fin de semana un escudo o una fuga constante de tus sentimientos y del encuentro contigo mismo, como si fuese una elección, donde uno compensa la falta del otro. Cuando ocurre eso, es momento de parar, pensar y evaluar valores y elecciones, considerando que se puede, sí, obtener placer y satisfacción, tanto en el trabajo cuanto en la vida personal.
¡Lo más importante no es solo estar bien durante la semana o al final de la semana, con el trabajo o con alguien, sino principalmente con uno mismo, haciendo cosas que nos gustan, sin preocuparse del día de la semana, sino haciendo de cada día una fuente rica de satisfacción y placer!
