¿Cuán disociados estamos de nosotros mismos?
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 13/07/2010 16:05:37
Traducción de Teresa - [email protected]
Hacer desaparecer de la conciencia experiencias desagradables es una de las muchas tácticas adoptadas por nuestro cerebro a fin de que nuestro sistema emocional sobreviva. Disociación es uno de los nombres utilizados para este tipo inconsciente de tentativa. Hay otros varios ejemplos especificando los significados de la palabra disociación.
Aquí pongo de manifiesto uno dentro de los principios que abordaremos. O sea, cuando pasamos por una experiencia muy mala, de impensable digestión, nuestros mecanismos de defensa y de supervivencia recolocan la experiencia con todo el significado e impactos comprendidos en el momento, como si estuviesen en una cajita congelada en algún sitio de nuestro cerebro con el cual la mente consciente no se comunica.
El problema que surge cuando se producen eventos de este tipo es que acabamos siendo víctimas de esta clase de invento.
Voy a explicarlo mejor con el ejemplo de un paciente mío que, no obstante amar profundamente a su esposa, era frecuentemente acometido de compulsión desmedida por relaciones extraconyugales, que han sido siempre una constante en su vida. Desde los tiempos de noviazgo su historia era siempre la misma. Al comienzo, y hasta hace poco tiempo, procuraba convencerse de que lo hacía por el simple hecho de ser hombre y ser hombre implicaba tener relaciones extra, según creía.
Con el paso del tiempo empezó a percibir que no era tan dueño de la situación como suponía.
Se sentía impulsado, como si fuese un mero esclavo de oscuros aspectos suyos, como si algo secreto lo comandase. Lo peor era el después, cuando los sentimientos depresivos y de culpa lo asolaban.
Racionalmente se disculpaba, al fin y al cabo estaba inserido en un determinado contexto social de aceptación y había encontrado una tribu de adeptos.
- Adviértase que aquí no estamos hablando, bajo ningún concepto, de cualquier sentido moral, sino de bienestar o malestar generados por alguna actitud adoptada sin el comando del yo consciente. Hablamos de cuando somos víctimas de nosotros mismos, de cuando somos nuestros propios verdugos.
Este es un ejemplo típico de disociación… En que el motivo, por más investigado que fuese en la terapia, no cambiaba el contexto de los actos y mucho menos de las angustias generadas.
¿Cómo romper un ciclo disociativo?
Aquí hay que ser muy escrupuloso para conocer si la persona tiene estabilidad emocional para unificarse y definitivamente curarse. Por veces, el proceso puede llevar más tiempo debido a ciertas fragilidades personales. El terapeuta tiene obligación de comprender cuál es el estado emocional de su paciente, para poder reconducirlo a sí mismo con la mayor eficacia, sin correr el riesgo de fragmentarlo todavía más.
En el caso de este paciente, tras algunas sesiones de EMDR, durante el reprocesamiento, él se vio en su casa de la infancia, en un pueblo del interior, entró en contacto con innumerables escenas que había olvidado totalmente y cuando revivió algunas de ellas, durante algunos momentos recuperó algunas peripecias emocionales que estaban enclaustradas debido a fuertes sentimientos reprimidos desde su infancia. Durante el reprocesamiento se produjo la descongelación de escenas que habían permanecido pairando en su cerebro, en un tiempo emocional muy distante de su tiempo adulto de ahora, pero que le estaban afectando sobremanera. Su aspecto adulto pudo entrar en contacto con su niño asustado, liberándolo del miedo y de la desilusión en que estaba y, así, unificándose, pudo unificarse a sí mismo y traer a su universo actual aspectos de ese niño curado. Como efecto de esa unificación, se ha vuelto más espontáneo y mucho más presente en su ahora. En este momento rediseña sus proyectos futuros y asimismo puede reprocesar eventos traumáticos del pasado bajo una nueva comprensión emocional.
En este caso específico, sus tendencias extraconyugales han perdido sentido; y otros significados, anteriormente impensables en su vida, le surgieron en la mente como ideas innovadoramente sorprendentes.
Presente, pasado y futuro, todas las dimensiones de un solo ahora… Ininterrumpido, intenso y mutante, basta posicionarse, atreverse y conquistarlo – EMDR – Cura emocional a la máxima velocidad.
