Cuando los sentimientos se vuelven inadmisibles
por Bel Cesar em STUM WORLDAtualizado em 05/03/2009 15:25:21
Traducción de Teresa - [email protected]
En tibetano, la palabra Chog Shes significa aceptación de la vida simplemente tal como es, es decir, mantener una relación directa con nuestras experiencias, ya sean de alegría, miedo, expectativa o resentimiento. Chog Shes es, por lo tanto, la ausencia de neurosis, pues cuando estamos neuróticos, hacemos exactamente lo contrario: rechazamos la vida tal como es.
En general, cuando algo nos desagrada, nuestra primera reacción es decir: ¡No lo creo! En un intento de no sufrir, buscamos, sin darnos cuenta, métodos para anestesiarnos de la frustración inminente. Algunos de esos métodos pueden funcionar temporalmente, pero cuando somos tomados por la indignación estamos condenados a sufrir más, pues estamos exagerando, echando leña al fuego de las emociones que ya están hirviendo dentro de nosotros.
Cuando lidiamos con las emociones tal como llegan hasta nosotros, empezamos a atenuar nuestra visión neurótica de la vida. El secreto está en no resistir a lo que emerge en nosotros y, al mismo tiempo, en saber no adicionar algo más a esta experiencia.
¡Pero tampoco es tan sencillo, toda vez que hemos sido educados para ser buenos y eficientes y, por ello, hemos aprendido a mirar nuestros defectos como inaceptables!
No hemos aprendido a auto-acogernos o a tener compasión de nosotros mismos. ¡Al no saber cómo lidiar con nuestros defectos, pasamos a rechazarlos, y rechazándonos a nosotros mismos, rechazamos la vida!
Podemos reconocer que estamos perdiéndonos cuando exageramos nuestras reacciones emocionales. Por ejemplo, cuando nos sorprendemos diciendo: Yo no debía estar sintiendo esto. No puedo creer que yo haya hecho esto nuevamente. Qué vergüenza, nunca más quiero que me vean la cara, o incluso Qué rabia que él haya hecho eso conmigo nuevamente…
Si algo es contemplado como inaceptable, no hay arreglo ni negociación. Entonces, instintivamente ocultamos y negamos estos impulsos inaceptables. Así, una vez más nos alejamos de nosotros mismos.
El temor a no ser capaz de lidiar con nuestra sombra o a ser excluidos por el otro, caso éste la vea, nos lleva cada vez más a negar nuestro lado no desarrollado. Aquello que no se combina con el desarrollo de nuestro ego ideal, se convierte en sombra. En este sentido, en la medida en que procuramos ser buenos y hacer el bien, vamos reforzando una imagen idealizada de nosotros mismos. De esta forma, vamos creando polarizaciones cada vez más distintas: soy así y no asá. Vamos empujando para lejos de nosotros aquello que no somos ¡y sin darnos cuenta, dejamos de cuidar de nuestras sombras!
Por eso, cuando surgen los sentimientos inadmisibles, tenemos la oportunidad de encarar de frente aquello que, hasta entonces, estábamos evitando. Solamente cuando aceptamos sentir lo inadmisible, volvemos a ser ‘uno’ en nuestro mundo interno. Dicen que Jung le habría preguntado a uno de sus pacientes: ¿Tú prefieres estar entero o ser bueno?