Cuestión de enfoque
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 26/08/2008 15:03:26
Traducción de Teresa - [email protected]
Sanidad versus Locura, una perspectiva Multidimensional y Cuántica
Nuestra existencia en la Tierra está relacionada con el enfoque que un aspecto de nuestro self total dirige hacia aquí. Funcionamos de acuerdo con los colores de la lente psicológica con que nuestro yo presente observa la realidad.
Estamos compuestos por otros muchos aspectos que están latentes dentro de nuestro psiquismo. Concebimos nuestra existencia multidimensional a medida que entramos en contacto consciente con estos y otros aspectos que forman parte de nuestra totalidad.
Estos aspectos siempre han existido, pero no son susceptibles de ser reconocidos mientras no haya apertura de la mente para recibir informaciones conscientes provenientes del self total. De este modo, no hay cómo dirigir el punto de mira de nuestra atención hacia algo que ni siquiera sabíamos que existiese. Sería como la imagen de una hormiga en un hormiguero, donde para ella el universo es apenas su propio espacio. Sin saber que todo el restante universo existe.
Crecemos cada vez que actualizamos nuestras instancias antes no visibles. De este modo integramos nuestro interior como nuestro exterior y nos transformamos en otro algo que es más que la suma de las partes.
Un esquizofrénico puede verlo todo oscurecido y desenfocado, pues la organización de su yo no está lo suficientemente fortalecida como para entrar en contacto con el mundo externo y mucho menos para nombrarlo. Por no poder leer lo que enfoca su realidad física, su mente puede desplazarse del mundo externo de tal forma que podrá entrar en otras realidades al mismo tiempo en que puede ser infiltrado cuánticamente por ellas. Sea cual fuere el motivo que haya originado este tipo de desorganización en su percepción, un tratamiento terapéutico podrá actuar directamente sobre la fuente que ha ocasionado este patrón de ruptura de la conciencia.
El tratamiento terapéutico de excelencia entra en el ojo del huracán, entendiendo todo el dolor y la dificultad que envuelve cualquier estado consciencial/emocional. Cada historia de vida de este orden posee un profundo dolor emocional. La persona está invadida y totalmente perdida entreverando desenfrenadamente las interdimensiones de si misma. Impotente y sin ninguna autonomía en medio de mucha resistencia, sintiendo un gran pavor.
Existe un algo que en algún momento de su existencia ha violentado de manera brutal la integridad del self personal. El terapeuta entra en este “espacio herido” para que, además de este rescate, pueda facilitar la total reconstrucción de la conciencia de si mismo. Existen otras personas que también pasan por conflictos mentales/emocionales y por ser hipersensibles acaban “quebrándose” cuando no soportan algún proceso existencial en que por ventura puedan entrar.
Una personalidad focal bien equilibrada está dinamizada en energía vital y como resultado permanece saludable, placentera y creativa.
Nuestros aspectos multidimensionales, cuando hallan espacio para emerger en el yo terreno con tranquilidad, se presentan como alternativas del psiquismo en habilidades y fuerzas de las cuales se beneficia la personalidad focal. Nuestro self total, al encontrar canales para manifestarse, aparece en nuestra experiencia de vida en forma de sentimientos, emociones, percepciones y tendencias psicológicas mostrando otros coloridos en las lentes con que observamos a nosotros mismos y al mundo.
Nuestra estabilidad emocional está directamente ligada al modo en cómo concebimos y organizamos estos aspectos nuestros. Nuestro ego es la versión tridimensional de una parte de nuestro self total y funcionará bien en el momento en que esté lúcidamente enfocado en la realidad elegida para su manifestación. En ese sentido, nuestras posibilidades de ser están mucho más allá de lo concebido por el encuadre determinista.
Tenemos un ego y una estructura psíquica, pero a medida que trascendemos estas limitaciones por cuenta de todo cuanto estamos abordando, pasamos a nombrarnos de modo inconcebible anteriormente; empezamos a funcionar como conciencias cuánticas que somos, creando nuestras propias realidades con mayor lucidez, dejando gradualmente de ser víctimas de un cuadro/vida que anda por si mismo a eones, tornándonos definitivamente autogeneradores de nuestras propias existencias.
Con la finalidad de enriquecernos en nuestra experiencia terrena, es necesario que gradualmente y con la seguridad necesaria, nos conduzcamos de modo consciente a esas otras dimensiones de nosotros mismos.
El ego es el ojo que la mente consciente utiliza para significarse en el plano terreno que eligió para foco de sus experiencias. A cuenta de toda esta experimentación, surge un yo organizado y fluido, que a todo instante tiende a renovarse creando nuevas Gestalts creativas de si mismo.