Cuidado con los seres previsibles
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 08/07/2010 12:18:30
por Nelson Sganzerla - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
A lo largo de nuestras vidas, somos prácticamente inducidos a creer en aquello que nos enseñan en la fase escolar y vamos acumulando y acopiando esas enseñanzas en nuestra adolescencia y, por fin, las cristalizamos en nuestra vida profesional y personal.
Se nos educa para no sufrir, para superar obstáculos, sacar la mejor nota, ser felices en todo en la vida y no fracasar en nada.
Nos enseñan a convivir socialmente, a aceptar las convenciones sociales, los dogmas de la iglesia, para comprender el bien y el mal, lo acertado y lo equivocado, para ser felices a toda costa en una relación, incluso aunque sepamos que ya no es posible. Hay personas que entran en nuestra vida y la destruyen, tal como un tsunami barre una isla, sin dejar nada en pie, personas que viven agobiándonos, robándonos incluso nuestra soledad.
Lo que noto es que todo en esta vida terrena tiene sus porque sí y sus porque no, todo está claro para quien contempla la realidad humana bajo otro prisma, todo es observación en lo que concierne al ritmo de la vida en nuestro planeta y al comportamiento de seres que se dicen imprevisibles. No obstante, contrariamente a lo que dicen, existen los seres imprevisibles.
Observa a un terrible depredador salvaje al acecho de su presa, su postura, su movimiento, su silencio al rondar la presa; siempre va a comportarse de la misma manera, llega sigilosamente, pero enfocado en su objetivo, sin que la víctima perciba el momento fatal del ataque.
En cuanto a los seres provistos de racionalidad, ¿os parece que es diferente? Craso error; excepción hecha de la “razón”, son los mismos terribles depredadores observando, con su postura afable, su camuflaje y actitudes y su movimiento silencioso, acechando y envolviendo a sus presas para el ataque fatal, con la diferencia de que los salvajes atacan por supervivencia.
Esos seres que actúan en diferentes situaciones, tienen innumerables modos de acosar a sus presas, siempre están ahí… solo hay que observar.
Generalmente su discurso es en favor de los menos afortunados, en favor de los oprimidos y siempre están en ventaja con relación a su interlocutor, en cualquier asunto, generalmente hablan en alta voz y, no os equivoquéis, pueden ser también discretísimos, por lo menos en medio de la multitud.
Es necesario mucho cuidado en la lidia con esos seres, al fin y al cabo, reptan como una serpiente en medio de las hojas secas. Donde esté evidenciada la miseria, las suciedades sociales, allí están ellos, con su retórica, allí están colándose, acechando a la multitud incauta. Tal como un camaleón, se presentan de distintas maneras, bien con una camisa sudada, generalmente ante las cámaras, en alguna catástrofe en ciudades pobrísimas, o bien con un cuello engominado en un traje de marca exclusiva en medio de los aduladores, que tanto les encantan, sentados en sus tronos de terciopelo.
¿Qué hay de imprevisible en esos seres? ¿Qué hay en esos seres que ya no sepamos desde hace siglos? ¿Qué hay en la profundidad de la mente de esos seres que no hayamos ya descifrado y que aún no conozcamos? ¿Hace cuánto tiempo no rondan esos seres la miseria y los desafortunados?
Observad, todo es una cuestión de práctica. Un compositor sabe distinguir las notas musicales con oídos absolutos de una lechuza que escucha su presa, por tanto, con la práctica sabrás distinguir al igual que un musicólogo el tono del habla de esos seres, y vas a distinguirlos solo por la postura y por la sonrisa, generalmente son estereotipados.
Pero no os equivoquéis porque esos seres no están solamente en la política; pueden estar en tu día a día, en aquella relación que has iniciado hace poco y con la cual estás encantada, en tu trabajo… están siempre observando con ojos de lince, listos para atacar al incauto, al desavisado, al no preparado.
Estate atenta(o) porque ello llegan sigilosos y te cubren de envidia, de rencor, de pesimismo, anulan tu ser y te arrastran hacia el fondo del pantano lo mismo que un cocodrilo hambriento.
Por tanto, duda siempre de esos seres cuando dicen que te adoran, sin al menos haber convivido cierto tiempo contigo; mira con desconfianza a los aduladores, al amigo(a) que mucho te pregunta y poco te responde. Recuerda: quien tiene la información tiene siempre el poder, esos son como un cardumen de pirañas hambrientas a espera del ataque.
Procura hablar menos de tu vida a cuantos te rodean, haz una limpieza general de esos seres en tu vida, seres que te envidian, que disimulan, que adulan y que nada te aportan, a no ser el fastidio de su presencia. No vayas a sitios donde no te sientas bien, evita a las personas que todo lo saben, que te hunden, que insisten en que hagas lo que no quieres y que te pesan sobre la espalda. No alimentes a los cerdos con perlas, perderás tu tiempo.
Procura estar con personas positivas, alegres, de posturas elevadas, personas que te abrazan con fuerza, que sonríen y miran a los ojos, que estén felices con tus triunfos o a tu lado en momentos a veces difíciles de recorrer en soledad; procura recibir en tu casa a personas queridas que jamás van a fijarse en lo que tienes en tu nevera. Rodéate de seres del bien y de alto astral.
Huye de los superficiales, de los fútiles, de los que solo saben pedir favores y no los retribuyen, de los que hablan mal de otros, pues ciertamente hablarán mal de ti; no alimentes lo oscuro, lo gris, a ellos les encantan las tinieblas y en ellas se fortalecen a través de la energía que te exprimen. ¿Quieres saber quiénes son? Cuéntales una noticia buena y observa su reacción, son sepulcros blanqueados… el mundo está lleno de ellos. ¿Os acordáis de los fariseos que Jesús expulsó del templo a latigazos? Pues sí, son los mismos.
En los días de hoy, tenemos que adoptar esos cuidados, porque vemos a la maldad imperar en todos los segmentos de la sociedad, familias destruidas por seres que hace mucho deberían haberse marchado de la Tierra, pero aquí sobreviven alimentándose del sufrimiento de personas del bien. No os hagáis ilusiones, esos seres sobreviven muy bien solamente de migajas, son como roedores que habitan las profundidades de este planeta.
Incumbe a nosotros, guerreros de la luz, procurar darle un basta a toda esa mediocridad, toda esa maldad, toda esa infelicidad que esos seres previsibles necesitan para alimentarse; empecemos cada uno de nosotros a promover esa limpieza necesaria dentro de nosotros y en nuestro entorno.
Piensa en ello.
