Cuidar de nuestra mente exagerada
por Bel Cesar em STUM WORLDAtualizado em 17/01/2009 15:49:22
Traducción de Teresa - [email protected]
En su última visita a Brasil, Lama Gangchen Rinpoche comentó: “Nosotros exageramos las consecuencias de nuestros pequeños errores”.
Esta frase ha venido acompañándome desde entonces. Vengo observando cómo fácilmente reaccionamos de modo exagerado. ¿Te has caído? ¿Se ha roto? ¿Se ha perdido? ¿Lo has olvidado? ¡Bien, podemos lidiar con eso sin causarnos daños extras!
Todos estos acontecimientos triviales pueden convertirse en verdaderos entrenamientos para crear una mayor tolerancia con nuestra manía de auto-perfección.
El budismo nos inspira a seguir el camino de en medio, es decir, a no llevar la vida en extremos – ni esforzándonos mucho en ser lo que no somos, ni subestimándonos, considerando que somos incapaces de hacer algo para mejorar.
Chögyam Trungpa escribe, en su libro Más Allá del Materialismo Espiritual: “Es preciso trabajar con una especie de camino de en medio, un estado completo de ser como somos.
Podríamos describirlo con una serie de palabras, pero tenemos realmente que pasar por él. Si empiezas, de hecho a vivir el camino de en medio, entonces, lo verás, lo encontrarás. Es preciso que te permitas confiar en ti mismo, confiar en tu propia inteligencia. Somos personas increíbles, tenemos cosas increíbles dentro de nosotros. Tenemos simplemente que permitirnos ser. El auxilio externo no puede ofrecernos ayuda. Si tú no estás dispuesto a permitirte crecer, entonces caerás en el proceso auto-destructivo de la confusión. Aquí tenemos auto-destrucción, en vez de destrucción por otra persona. He ahí por qué eso es eficaz: porque es auto-destrucción.”
Exagerar las expectativas sobre nuestras propias condiciones también nos causa problemas. Cuando nos imaginamos capaces de hacer aquello para lo que en realidad no tenemos condiciones, estamos traicionándonos, abandonándonos. Es como conducir un coche con la gasolina en la reserva y creer que bastará para llegar hasta donde queremos, simplemente porque queremos llegar. Cuando la gasolina se acaba, según su real condición, nos vemos sorprendidos, frustrados y desconcertados. Nos da rabia de nosotros mismos por habernos colocado en aquella situación. No podemos abandonarnos: quedarnos en la carretera sin gasolina…
Podemos aprender a ser directos con nosotros mismos: ser sinceros con nuestro real tamaño. Paso a paso. Por cierto, si los otros no ven nuestras reales condiciones y nos incentivan a sobrepasar nuestros límites, ¡es responsabilidad nuestra reafirmarlos!