¿Desarrollo personal o autoayuda?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 29/04/2013 10:50:39
por Carlos Augusto Monteiro - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Es corriente ver el término desarrollo personal referido a la palabra autoayuda con sentido peyorativo. La autoayuda puede ser presentada de modo negativo, como una ridiculez, e incluso asociada al charlatanismo. Lo que pocos perciben es que el desarrollo personal lo buscamos todos, desde el comienzo de nuestras vidas. Todos tenemos el mismo deseo de mejorar, de hacer lo que más nos agrada, de vivir positivamente. Pese a que por los más variados motivos no siempre logremos implementar los efectos de ese deseo en nuestras vidas, él siempre existe.
Podemos poner un ejemplo bastante actual. Es muy saludable que siempre aparezcan en Internet casos de éxito como el del portal Joven Nerd, de amigos con los cuales he perdido el contacto, pero que admiro desde lejos. El Sitio empezó hace diez años con una iniciativa menor, tan sólo un espacio dirigido a unos pocos amigos. Hoy es una potencia en la red. Era una actividad hecha con tanto placer, que aun sin tener pretensiones ha ido creciendo, hasta el punto de atraer usuarios y premios. Estoy segura de que desde el comienzo, el deseo de desarrollarse de sus creadores, Deive y Alexandre, siempre ha existido, juntamente con el objetivo de hacer más de aquello que les gusta, que les da placer. ¡Los felicitamos!
Y esa es una manera de tener desarrollo personal. El modo en cómo eso se alcanza o se implementa varía mucho de una persona a otra. Algunas personas necesitan más motivación, porque no están haciendo aquello que les gusta. O porque hay muchas resistencias, creencias limitantes y bloqueos internos que impiden hacer aquello que cumple nuestro destino.
Podemos tener dificultades para llevar a cabo alguna actividad que debería ser placentera. La dificultad en sí no estriba en la falta de conocimiento, de talentos o de práctica para hacer aquello, sino en una creencia de que no se es capaz, de que aquello no va a ser bueno.
También dudamos en hacer algo que puede ser bueno para nosotros porque deseamos que las cosas sigan como están. A veces, la comodidad de que todo continúe igual es un motivador para que no cambiemos.
Lo desconocido puede darnos más miedo que lo conocido ingrato. Dejamos de buscar una salida porque no tenemos ímpetu y osadía para modificar la situación. La comodidad trae comodidad, trae lo conocido.
Puede ser también que nos hayamos acostumbrado tanto a aquella situación, aunque nos desagrade, y así nos ponemos a repetir películas en nuestra cabeza que no nos llevan a ninguna parte. Seguimos rumiando esa situación, que, por ser conocida, ya forma parte de nosotros, de nuestro día a día.
Y por eso dudamos en acometer una ruptura.
Todo ese dilema pasa por una necesidad de desarrollo personal.
No importa el nombre que se le dé – autoayuda, hacer lo que nos gusta, tratar de mejorar –, el desarrollo personal es extremadamente necesario para el bienestar psicológico. Y también para el bienestar económico, porque, desde el momento en que haces una cosa que te da placer, la tendencia es a que todo te salga muy bien. Por consiguiente, obtienes remuneración adecuada. El hecho de llevar a cabo una actividad placentera te hace ser apto, estar abierto a nuevas oportunidades. Abierto a ver situaciones y maneras de remuneración que antes no veías, por un simple cambio de postura.
El desarrollo personal, por confundirse con la autoayuda en el sentido peyorativo del término, acaba siendo rechazado. No se busca el perfeccionamiento, por los prejuicios hacia los libros, vídeos y cursos que aportan enseñanzas para una vida mejor.
Hay muchas vertientes y personas que proponen soluciones y, por ello, se ha de tener cierto sentido crítico acerca de lo que es bueno para ti. Es preciso adecuarse a la vertiente o línea de trabajo con la que más te identificas. Esto hace que el desarrollo sea más fácil.
No debemos preocuparnos pues todo lo que tiene calidad y se hace de manera seria sigue una línea común, representada por actitudes positivas o ley de la atracción, no importa el nombre que se le dé. Los trabajos serios, de modo general, tienen un hilo conductor común. Lo que los hace diferentes son el planteamiento, las prácticas y las herramientas.
Todos deberían buscar un método de desarrollo personal, bien esté ligado a la cuestión espiritual, como algunas líneas defienden, o bien solamente por medio de técnicas que aportan más claridad acerca de lo que puede ser bueno para ti, que te saque de la zona de confort.
Por muy bien que se esté en lo cómodo, llega un momento en que aquella comodidad ya no es tan productiva como nos parecía en un primer momento.
No tengas miedo a la palabra autoayuda. Como diría el conferencista, preparador y escritor Aldo Novak, un libro de autoayuda puede ser incluso un diccionario. Lo tomas, buscas lo que te interesa por orden alfabético y lo encuentras. Te has auto-ayudado. Autoayuda puede ser cualquier iniciativa que aporte nuevos conocimientos. No debemos sujetarnos a la connotación peyorativa de la palabra, dejando de buscar nuestro desarrollo personal por ello.
Busca la línea que más te agrade. Conocer un autor, libro y texto, lleva a otro y a otro. Y, así, vas buscando, encontrando y reuniendo teorías y maneras de pensar y de trabajar de cada autor.
Arma tu propio rompecabezas. Es muy importante juntar las piezas que representan tu todo. Pero esto ha de hacerse con tiempo, dedicación y placer.
Siempre he considerado que buscar el desarrollo personal es algo muy placentero. Cuando encontré autores que me decían cosas importantes, fui en busca de más y traté de poner en práctica ciertas enseñanzas. El momento en que esto ocurrió fue como un día de sol tras meses de lluvia.
Una de las mejores cosas de la vida es informarse y procurar encontrar cada vez más teorías, informaciones y libros que traten sobre desarrollo personal. La vida se trata justamente de eso: de aprendizaje.
¡Espero que tú también halles placer en esa búsqueda, que sigas tu trayectoria y seas feliz!
