Dios no soluciona problemas particulares
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 25/04/2019 06:19:01
Autor Paulo Tavarez
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Traducción de Teresa -
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¿Tú sólo sabes pedir, pedir y pedir? ¿No te das cuenta de que eso es inútil? Dios no soluciona los problemas particulares de nadie y no va a modificar la Dinámica de todo el Cosmos por atenderte, eres tú quien tendrá que cambiar. Él ha creado un sistema regido por Leyes, por tanto, o tú comprendes esas Leyes y te ajustas a ellas o continuarás sufriendo. No existe un Universo que se ajuste a las expectativas de nadie, somos nosotros quienes tenemos que ajustarnos a él.
El Universo es administrado por principios eternos, inmutables, donde toda belleza y perfección se presentan, todo dentro de una lógica misericordiosa dispuesta hacia la evolución, pero tú insistes en tratar a Dios de una forma infantil: como un genio de la lámpara, pronto a atenderte. Crece, querido mío, no es así como vas a alcanzar lo que deseas.
Tu realidad sólo podrá ser construida a través de actos, y este es uno de los principios, esa es la Ley del Karma. No intentes luchar contra esto, es inútil, ya que ese principio es claro y se ha estado presentando a la humanidad desde siempre. Se trata de una enseñanza encontrada en Hermes, Buda, Lao Tsé, Jesús y otros muchos iluminados, denunciando que hay una lógica que implica siempre 'acción y reacción'.
Si quieres ser amado has de aprender a amar. Si quieres ser comprendido, has de comprender. Si quieres recibir, has de dar. ¿Te has cansado de recitar esa oración franciscana y no has aprendido nada?
"Ah, nadie me comprende...", pero ¿has hecho tú algún esfuerzo por comprender a los demás? "Pobre de mí, nadie me acepta..." ¿estás también tú haciendo algún esfuerzo por aceptar a otros, o eres de aquellos que se orientan por prejuicios fuera de lugar?
Esto se aplica a todo cuanto esté faltando en tu vida, ya sea amor, aceptación, aprobación, respeto, todo, y no únicamente la comprensión. Para recibir es preciso aprender a dar, pues, de hecho, es dando como se recibe.
Pon siempre amor en lo que hagas, el amor al prójimo y principalmente a ti mismo. Cuando nos amamos, tenemos más facilidad para amar al otro. Cuando nos aceptamos, es muy sencillo aceptar al otro. Cuando nos aprobamos, el mundo deja de ser un problema.
Empieza por ti, empieza ahora, ahí donde estás, emplea lo que tengas y haz lo que puedas en beneficio de una nueva realidad. Deja de desear y procede.
Como diría Gandhi: "Sé tú la paz que quieres ver en el mundo".
Cuando Jesús dijo al Padre: "Hágase tu voluntad y no la mía", estaba refiriéndose a la total rendición que debemos mostrar ante los impositivos de la Naturaleza Universal; por tanto, el camino más corto para la realización aún es a través de actos que comprendan la aceptación, la rendición, la confianza y la profunda gratitud.