Dónde están los valores?!?
por Rosana Braga em STUM WORLDAtualizado em 10/07/2004 09:49:03
Traducción de: Marta Susana Pacho
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“Acertado” y “equivocado” son, para mí conceptos realmente relativos. Procuro abstenerme de juzgar, especialmente porque me considero demasiado imperfecta para una tarea tan sublime como esta. En verdad, pienso que el juzgamiento cabe solamente al Divino, al Perfecto.
Entretanto, aún cuando en general consiga no juzgar, me siento casi en la obligación de escribir sobre los valores. Puedo no estar de acuerdo con reglas sociales o clichés hipócritas sustentados por algunos grupos específicos: pienso que ese es un derecho de elección de cada uno. Sin embargo, hay un caos generalizado en lo que se refiere a los valores!!
Se pierden los valores más y más cada día. Nadie es dueño de la verdad, pero sabemos (sabemos realmente!) que nuestras actitudes, nuestros comportamientos, palabras, decisiones y posturas revelan – en todo momento - nuestros más profundos valores!
Matar, robar, ofender, herir, usar, traicionar, oprimir, mentir, engañar, faltar el respeto (en todos los sentidos) es, en cualquier lugar del mundo, en cualquier momento de la vida, una desvalorización de lo sagrado, de lo divino, del amor en su más amplio significado, de lo específico a lo universal...
Lo sé! Parece prácticamente imposible que no cometamos ninguno de esos errores a lo largo de nuestras vidas. Tal vez sea así, pues somos aprendices. Pero no estoy aquí para hablar de una vida irreprochable; quiero apenas levantar una reflexión para que al menos sepamos cuales son, dónde están y cuanto hemos practicado nuestros valores.
De repente, parece que ellos dejaron de ser importantes, relevantes, fundamentales en la construcción de relaciones más verdaderas, de amores más constructivos, de amistades más recíprocas.
De repente, parece que`matar´se transformó en una opción personal!! No es así!! Nunca fue y nunca será!!! No tenemos el derecho de quitarle la vida a nadie. Esa es una función que no nos cabe! Y de ahí en adelante... apoderarse de lo que no es nuestro, mentir un poco aquí, un poco allá... intentar engañar solo por esta vez, sacar ventaja para ser experto, herir para conseguir algo, oprimir para parecer más fuerte, faltar el respeto para estar “por encima”... Qué es eso?!?!?
Gente querida... En absoluto quiero parecer mejor o más iluminada que cualquier otra persona. Estoy exactamente en el mismo mundo y en la misma búsqueda que todos ustedes. Aquí, ahora, mi papel se diferencia solamente porque soy yo quien escribe y usted quien lee, pero estoy segura de que –cada uno en su nivel de comprensión, atención y bondad - todos nosotros estamos apenas intentando acertar... aunque cometamos incontables errores!
Por lo tanto, mi deseo no es criticar, apuntar con el dedo o condenar. Por el contrario! Mi deseo es por el amor, urgentemente amor! Un amor que acoge para transformar, que reconoce la prostitución de los valores humanos y se esfuerza por rescatarlos!
Estamos a prueba: día tras día, vivimos situaciones difíciles, conflictos internos, acontecimientos que nos colocan en la picota y nos cuestionan, gritando con voces perturbadoras venidas de todos lados... “Qué es lo cierto? Qué es lo equivocado”?
Si es verdad que no podemos cambiar al otro y que nos es tan difícil cambiarnos a nosotros mismos, entonces, propongo que nos empeñemos en la segunda tarea. Antes lo difícil que lo imposible. Cada uno cambia solamente en el instante en el que cree que necesita cambiar. Siendo así, si quien está a su lado ignora un valor humano, usted tiene aún dos salidas: una es rezar por él y la otra es no ser connivente (no engañar, no vengarse, no cometer el mismo equívoco con la justificación de que él lo hizo primero)!
Pues pienso que si nada hiciéramos, si no reflexionáramos sobre cuales son nuestros valores y lo que hemos hecho para sustentarlos, defenderlos y sobretodo, ejercitarlos... estaremos cada día más vulnerables, más amenazados, más perdidos y vacíos, sin saber a quien recurrir porque ni nosotros mismos nos sentiremos dignos de ser acogidos.
Y el amor... por fin y tristemente... terminará sucumbiendo en la aridez de los valores sagrados y divinos que hacen existir y sobrevivir al corazón humano.
