Drenaje Linfático: Algunos mitos y verdades
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 10/06/2014 12:29:15
por Dra. Mirhyam Conde Canto - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Es notorio que el drenaje linfático es una de las técnicas manuales más solicitadas en centros y clínicas de estética. No obstante, hay ciertos datos no verdaderos diseminados acerca de esa técnica, y vale aquí desmitificar algunos de ellos. Son innumerables las personas que acuden a hacerse un drenaje linfático manual (DLM) con el objetivo de adelgazar o hacer bajar la gordura localizada. Pese a sus diversos beneficios, la reducción de la adiposidad no está entre ellos.
Lo que en realidad ocurre es una posible reducción del perímetro corporal en ciertas regiones. Principalmente donde haya un gran edema. Esto puede llevar a una asociación errónea por parte del cliente, al relacionar la reducción de la circunferencia local con una rebaja en la medida inherente a la lipólisis. En el DLM se produce una movilización del líquido intersticial, posibilitando un desagüe del exceso de este fluido (linfa), que al recorrer todo el sistema de capilares y vasos linfáticos, desembocan en el sistema venoso. Luego, no hay relación alguna con el tejido adiposo. Es imposible que el drenaje promueva la lipólisis, toda vez que estamos estimulando el sistema linfático y no el tejido subcutáneo. El DLM es principalmente efectivo en cuadros de retención hídrica y jamás en cuadros de adiposidad localizada. Puede emplearse como coadyuvante en tratamientos corporales de gordura localizada, pero dejando bien claro que no es el drenaje lo que va a promover la lipólisis, sino el tratamiento elegido para este fin.
Otra cuestión, que me gustaría mucho resaltar, es la relativa a dos de los componentes básicos del drenaje linfático: presión y ritmo. Oigo comentarios nada alentadores, de personas que se han sometido a sesiones de “drenaje linfático” con seudoprofesionales y relatan que salieron de allí “con moratones” o dolores localizados. Yo, Cristiane Rocha, advierto e incluso digo que HUYAN lo más rápidamente posible de tales locales.
Un drenaje linfático manual ha de practicarse con movimientos rítmicos, constantes, lentos y sin ejercer demasiada presión, sino que ésta ha de ser entre ligera y moderada. Entonces, si estamos hablando de vasos linfáticos superficiales, no tiene el cliente por qué sentir dolor debido a movimientos bruscos, y mucho menos salir con hematomas o equimosis. Sé que lo mismo que yo, muchas colegas esteticistas, al oír esto, sienten una mezcla de consternación y perplejidad. De este modo quiero alertar a los clientes que sólo tener un certificado de un cursillo por libre no habilita a nadie para llevar a cabo un drenaje linfático. Las técnicas y tecnólogas en Estética, además de la práctica tienen todo un embasamiento teórico y científico, pues han estudiado Anatomía y Fisiología del sistema linfático, por lo que siendo así, han llegado a hacerse profesionales competentes para tal práctica. En suma, el DLM hecho de manera correcta, es una técnica beneficiosa, eficaz y que produce resultados satisfactorios.
Texto originado de “Como viver melhor” (https://www.facebook.com/pages/Como-viver-melhor/148036632037394?fref=nf)
Fuente:https://www.bemestetica.com.br/index.php/corporal-a/46-drenagem-linfatica-alguns-mitos-e-verdades