Educación emocional
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 27/07/2017 12:32:52
Traducción de Teresa
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Raros son los seres humanos que hayan recibido, en su formación, una educación encauzada al equilibrio emocional. Nada nos prepara en la niñez para la resolución de conflictos, ya sean internos o externos.
Resolver los conflictos internos es, por cierto, condición esencial para que podamos lidiar con los conflictos externos con serenidad. Por lo regular, nos venden la idea de que intentar enfrentar un conflicto buscando el entendimiento, e incluso cediendo en algún momento para garantizar la armonía, es signo de debilidad y cobardía.
Sin duda, la fuerza interior es el basamento fundamental para que la opción por la empatía y no por la agresividad se haga presente, ya que esta fuerza no es física, y sí espiritual.
Pero ésta sólo existirá si los conflictos internos se hallan ausentes, o sea, si tenemos el valor de enfrentar nuestros miedos y limitaciones, de modo a alcanzar la integración interior, un estado permanente de paz y seguridad.
Reeducarse emocionalmente exige una atención constante sobre nuestras emociones y sentimientos, reconociéndolos y siendo fieles a lo que ellos nos indican, a cada momento.
Entender que somos los únicos responsables por suplir nuestras necesidades interiores es el motor que nos lleva a la acción. La auto-negación trae consigo angustia e infelicidad.
Asumir la tarea de nuestra educación emocional es el único camino para poder rescatar de forma radical nuestra verdadera naturaleza, y guiarnos por ella en todas las dimensiones de la vida.