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Ejercicios para desarrollar la mediumnidad

por WebMaster em STUM WORLD
Atualizado em 24/07/2014 08:12:16


por Bruno J. Gimenes - [email protected]

Traducción de Teresa - [email protected]

La mediumnidad es un asunto ampliamente abordado de diversas maneras en el mundo, por varios prismas y muchos nombres. Aquí en el Brasil el término mediumnidad se ha hecho realmente conocido gracias a la obra de Allan Kardec y a la estructuración del Espiritismo, pues esta doctrina tiene una de sus vertientes principales en la comprensión de la mediumnidad.

Tenemos que agradecer a todas las fuentes de conocimiento que ofrecieron sus incontables contribuciones para que la sociedad como un todo pudiese comprender más la mediumnidad, sus mecanismos, sus retos y sus virtudes. Pese a ello, para tener la capacidad de estudiar el tema con precisión y objetividad, debemos entender que la mejor forma de comprenderla es en el día a día, independientemente de líneas religiosas o doctrinas espirituales. Tú puedes tener tu línea espiritual de preferencia, puedes estudiar y aplicar tu mediumnidad por medio de ese camino específico que has elegido, pero si deseas realmente ensanchar tus horizontes y comprender el tema, tendrás que hacer uso de la visión universalista.

La mediumnidad es una facultad del espíritu, pues se trata de una capacidad de percibir estímulos extra-físicos. Y por eso este sentido ha venido siendo tan estudiado a lo largo de los años, pues su buen desarrollo posibilita al ser humano la capacidad de comprender cada vez más la grandeza del Universo, la misión de su alma, la fuerza poderosa del amor y la profundidad de la intención de los pensamientos y sentimientos.

- Gracias a la mediumnidad las mentiras son desenmascaradas.
- Gracias a la mediumnidad el ingenuo puede ser protegido.
- Gracias a la mediumnidad el hombre que se ha perdido en su misión en la Tierra puede acordarse de su verdadero camino.

La mediumnidad es la vía por donde el mensaje del Gran Espíritu Creador llega a sus hijos. La mediumnidad es la puerta abierta para que el alma humana experimente la totalidad de sus posibilidades. La mediumnidad es la herramienta que hace que el hombre preso al mundo material (por culpa de su karma) se mantenga con la sintonía de la Fuente de la cual procede. Todo esto que se ha dicho hasta ahora es probable que ya lo sepas, ya lo entiendas, e incluso ya lo hayas estudiado.

Sin embargo, lo que realmente importa en ese proceso es:
1 – ¿Cómo aplicas la mediumnidad a tu vida?
2 - ¿Cómo desarrollas la mediumnidad en tu vida?
3 - ¿Con qué frecuencia utilizas conscientemente la mediumnidad en tu vida?
4 - ¿Cuál es la naturaleza de las emociones y pensamientos empleados juntamente con el ejercicio de tu mediumnidad en tu vida?
5 - ¿Estás consciente de que tu mediumnidad te pone en conexión directa con las entidades extra-físicas de otras dimensiones más sutiles que la tuya, ya sean de Luz o de las sombras?
6 - ¿Con qué frecuencia utilizas tu mediumnidad al servicio del bien mayor?
7 - ¿Cómo haces para estar seguro de que no estás intoxicándote con las percepciones de tu mediumnidad, en lugar de estar aprendiendo y evolucionando?
8 – ¿Cómo haces para garantizar que el mensaje de tu mediumnidad sea verdadero, bondadoso, caritativo? Y ¿cómo haces para estar seguro de que estás en sintonía con fuerzas sutiles bienintencionadas?
9 - ¿Cómo te proteges de tu propio ego para servir, utilizando a la altura tu mediumnidad?
10 – Tú sabes que la mediumnidad no es buena o mala… ¿Sabes que lo bueno o lo malo es lo que tú haces con tu mediumnidad?
11 - ¿Has comprendido ya que tu mediumnidad puede construir atajos valiosos para tu vida, pero también puede ser un arma de destrucción masiva?
12 - ¿Sabes que la mediumnidad es un poder inherente al espíritu y que todos somos médiums, en mayor o menor grado de desarrollo y habilidad?

¿POR QUÉ HACEN FALTA TANTAS PREGUNTAS?
Simplemente porque la mediumnidad, al tiempo que puede ser una herramienta maravillosa de construcción en manos de personas de moral acrisolada, con principios y valores elevados, puede ser un arma muy destructiva en manos de personas mezquinas, egocéntricas y excesivamente materialistas.
La mediumnidad es una facultad del espíritu, por tanto ha de ser utilizada para la mejora de tu propio espíritu y de los demás. La mediumnidad es el sentido del espíritu, es la voz del alma, las alas de la consciencia. La mediumnidad determina la capacidad que tiene una persona para hablar directamente con la Fuente Mayor, evitando así intermediarios.
Una persona sólo aprenderá a conocerse y a conocer sus potenciales cuando sepa desarrollar su mediumnidad y tener el dominio sobre ella. La mediumnidad te abre puertas para que conozcas la verdad que nos hace libres, como decía Jesús.

LA MEDIUMNIDAD ES UN SENTIDO EXTRA
Comprende que el desarrollo de tu mediumnidad es la habilitación de un sentido extra, que, por consecuencia, ensanchará mucho tus posibilidades y potencialidades. En cualquier situación de la vida podrás reconocer de forma más afinada y más rápida:
- El mejor camino;
- El mejor momento;
- La mejor forma;
- La mejor idea de cómo hacer algo;
- La salida para lo que parecía imposible.
Con una mediumnidad bien desarrollada, puedes ayudar profundamente a ti mismo y a los demás.

CONFLICTOS CON LA MEDIUMNIDAD
Hay varios tipos de mediumnidad, que, tal como las diferentes personalidades humanas, se encajan perfectamente según el temperamento y las necesidades de evolución de cada persona.
Cuando alguien comienza a despertar su potencial mediúmnico en los tipos menos comunes (de manifestaciones más raras), puede al principio sufrir con las necesidades de cambios en el comportamiento que el fenómeno exige; pese a ello, nada está fuera de lugar, y todo forma parte de su propio plan de evolución en la encarnación.
En verdad, podemos concluir que la mediumnidad alguna que otra vez suele dar trabajo al médium; no obstante, a lo largo de los años él mismo percibe que las dificultades que tuvo fueron únicamente causadas por su visión estrecha de la vida, y principalmente por la dificultad en dedicarse a un camino de reforma interior y evolución del espíritu, incluso en un mundo profundamente seducido por las ilusiones del materialismo.
Cuando el médium comprende los tres procesos y se resigna, comienza a experimentar el crecimiento de la plenitud y del amor en su ser naturalmente. La mediumnidad nunca está equivocada, equivocada es la percepción de la vida que el médium sufridor tiene sobre los hechos.

ANTES DE EJERCITAR LA MEDIUMNIDAD
Muchas personas ya nacen con sus potenciales mediúmnicos plenamente desarrollados, otras siquiera perciben trazas de sensibilidad. Por lo regular, el nivel de mediumnidad en una persona depende de algunos factores más específicos. Éstos son:
1 – Su desarrollo (entrenamiento) a lo largo de sus existencias, incluyendo la actual.
2 – La planificación evolutiva concertada en el período pre-reencarnatorio, considerando que a menudo la mediumnidad es activada en mayor grado para producir específicas actividades o en menor grado como herramienta para cohibir posibles equívocos que su uso inadecuado puede causar.
3 – También puede ser accionada precisamente para que la persona tenga condiciones para acelerar la trasmutación de su karma. En este caso, la mediumnidad actúa como un colaborador para que la persona logre realizar más tareas en menos tiempo. Pero también puede ser ofrecida como un elemento de probación, ya que las posibilidades de fallos pueden aumentar con los desvíos morales, configurándose así como un elemento de test en aquella encarnación específica.
Cuanto más se ejercita la mediumnidad, más podrá la persona servirse de los beneficios y posibilidades de los sentidos extra-físicos; pese a ello, la base de un buen desarrollo mediúmnico es el desarrollo del carácter.

Antes de empezar con ejercicios específicos para desarrollar tu mediumnidad, haz ejercicios específicos para desarrollar:
1 – El amor, el perdón y la paciencia.
2 – Tu auto estima y tu auto-amor.
3 – La comprensión de la misión de tu alma.
4 – El desapego, la fe y la confianza en la vida y en tus actos.
5 – La comprensión de las dimensiones extra-físicas y del potencial latente de tus pensamientos y emociones.
6 – La comprensión de que vives bajo la ley de causa y efecto, y de que semejante atrae a semejante. ¡Nada escapa a esa ley!
7 – La comprensión de que tu vida ha de tener un propósito espiritual y que la futilidad y la vanidad intoxican tu ser profundamente.
8 – La comprensión de la importancia de la verdadera caridad. En la donación al prójimo de tu tiempo, tu cariño, dedicación, amor y buenas acciones, construyes cimientos para una vida sólida. Pero el altruismo consciente es necesario, pues tú no puedes dar lo que no tienes.

Cuando definitivamente te dedicas a perfeccionar esos aspectos citados anteriormente, la mediumnidad que tienes en ti empezará naturalmente a:
1 – Desarrollarse, ampliarse y potenciarse;
2 – Equilibrarse y ecualizarse para ayudar a tu evolución y a la de terceros.

LA MEDIUMNIDAD ES EL FRUTO. EL ÁRBOL ES TU MORAL Y TU INTENCIÓN DE DEDICARTE AL BIEN MAYOR.

ANIMISMO
El término “animismo” al parecer ha sido desarrollado inicialmente por el alemán Georg Ernst Stahl, en torno a 1720, para referirse al “concepto de que la vida animal es producida por un alma inmaterial”. Una de las redefiniciones más famosas del término la dio el antropólogo inglés Sir Edward B. Tylor, en 1871, en la obra Primitive Culture (La Cultura Primitiva). Es un principio vital y personal, llamado ánima, que presenta significados varios, como por ejemplo, energía, espíritu o alma.
En cambio, en la visión espírita el término animismo se emplea para designar un tipo de fenómeno producido por el propio espíritu encarnado, sin que éste sea un instrumento mediúmnico de la acción espiritual, sino el propio causador del hecho, de la percepción, del mensaje o del denominado fenómeno.
Este término también sirve de base para muchas discusiones, pues para ser un buen médium tienes que aprender a canalizar las percepciones de fuentes extra-físicas y retransmitirlas esencialmente sin contaminarlas con ideas propias.
La cuestión es polémica, pero es verdadera y relevante; precisamente por eso, antes de desarrollar la mediumnidad el individuo debe desarrollar los aspectos citados anteriormente, porque sólo así aprenderá a no desvirtuar con percepciones personales el contenido de los mensajes, canalizaciones o manifestaciones.
Vamos a entender que la mayoría de las percepciones sensoriales del hombre podría considerarse anímica, porque pertenecen al propio individuo.
Por ejemplo: la telepatía, considerada por muchos como forma de mediumnidad, en ese caso es un potencial anímico. Pero, y la telepatía, utilizada como recurso para captar el mensaje de un espíritu, sobre determinada cuestión, materializado por la psicofonía (transmisión mediúmnica por medio del habla) o por la psicografía (transmisión mediúmnica por medio de la escritura), ¿puede considerarse obra de la mediumnidad?
Lo que vemos en este caso es una conjunción entre el mensaje ofrecido por la entidad extra-física, añadida a la predisposición especial de la persona, llamada mediumnidad. Esa interacción puede considerarse anímico-mediúmnica.

Siendo así, la mayoría de las manifestaciones de la mediumnidad obedece a este concepto, porque son cooperaciones entre los médiums y sus amparadores espirituales. Se trata de un trabajo en conjunto. Tener una intuición sobre algo que aún puede suceder, es animismo, pero percibir esa intuición por el aviso de una fuerza, es mediumnismo. Salir en proyección astral fuera del cuerpo físico en el período del sueño físico es animismo, pero despertar y acordarse de las conversaciones que se mantuvieron con otros espíritus, es mediumnismo. Por tanto, las acciones que aúnan la mediumnidad con la habilidad sensitiva de alguien se denominan anímico-mediúmnicas, pero por fuerza de la costumbre, ya se han considerado solamente mediúmnicas.
La cuestión es más sencilla de lo que parece, pues no importa demasiado si el fenómeno es anímico, anímico-mediúmnico o únicamente mediúmnico (casos más raros, en que el médium cede totalmente su cuerpo y no produce ningún tipo de reacción o interferencia mental sobre la transmisión). La cuestión realmente importante es la comunión entre lo que se recoge como fruto de todos los procesos, añadido al amor mayor, a la caridad, a la alegría y a la práctica de la regla de oro. Por los frutos conoces el árbol. No confíes en un mensaje lindo y bondadoso, venido de un médium egoísta, maledicente y vanidoso. Antes de confiar en el fruto, que es el mensaje, verifica el árbol, que es el médium. Nunca podemos separar una cosa de la otra. ¡Este es el punto!

Bruno J. Gimenes


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