El aliviador de almas
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 22/08/2008 10:22:30
por Wilson Francisco - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
El profesor y doctor Luiz Décourt es de hecho un hombre plural. Médico inigualable, celebrado profesor desde hace más de 50 años, escritor destacado y pionero de la cardiología, es un realizador de sueños. Ha unido en su carrera competencia y humanismo, haciendo que sus alumnos deseasen algo más que simplemente tener una vida normal.
Ha logrado, además de ser una persona especial y anormal en el buen sentido, hacer que sus alumnos fuesen además de seres humanos normales, verdaderos formadores de opinión. Practicó plenamente la determinación, dedicación, disciplina y desprendimiento, las famosas 4 Ds, utilizadas por los especialistas modernos en motivación.
Mário Amato dice que el profesor Luiz Décourt es un aliviador de almas. Y el homenajeado agradece diciendo que todo el aparejo de la medicina de hoy es un socorro evidentemente extraordinario, indispensable. Tenemos aparatos que estudian, que interpretan, que ven el interior del ser humano, pero no pasan de ser aparatos. El médico sigue siendo el factor decisivo de la salud.
En 1978 escribió un credo que sintetiza su pensamiento respecto de la medicina y los médicos: “Creo en la medicina como amparo para los que no tienen amparo.”
Y en su día a día enseña que la persona que no sueña vive una vida triste. Las personas que sueñan y olvidan sus sueños son infelices. Los que sueñan y no realizan sus sueños son frustrados. Y luego están los que sueñan y convierten sus sueños en realidades. Estas son las personas que se completan.
No son apenas palabras, son verdades incuestionables, porque la vida humana no tiene razón de ser más que por los sueños. Observemos por ejemplo, la saga del Espíritu, migrando en todos los reinos para desarrollar cuerpos, sensibilidad y percepciones, hasta conseguir modelar un cuerpo humano, complejo y completo a través del cual, él, criatura divina, pueda manifestarse.
Es el sueño de poder elaborar un vehículo completo, perfecto que nos hace desarrollar talentos y realizar acciones en nuestra vida. Quién no desea ver mejor, tener más desenvoltura intelectual, enriquecer su corazón con actitudes nobles. Todos deseamos esto, y sólo los débiles de carácter prefieren los atajos de la vida, procurando ver la vida por ojos ajenos; tener éxito con las conquistas de sus vecinos.
Podremos, también, tal como el Dr. Décourt, ser un aliviador de almas. Es preciso que se desee esto intensamente. Hay en todo ser humano una fuente extraordinaria de energía, según la científica Alice C. Ferreira, que podemos desarrollar, y que premiará a la humanidad con la salud y la paz. Y ella añade: esa fuente puede hacer más por la salud humana que la célula-madre.
En una charla que di en el CE Nuestro Lar de Casas André Luiz en Vila Galvão, en junio de este año, hice una reflexión sobre ese tema: célula-madre y clonación. No es mi especialidad, porque no soy científico; soy, como siempre digo, un investigador de la espiritualidad. E informé, en aquella oportunidad, que la humanidad tiene en sus manos la posibilidad de eliminar la enfermedad de su cuerpo.
Es preciso creer en ello y soñar, porque está muy cerca de cada uno de nosotros. Observa por ejemplo lo siguiente: Puedes elaborar en tu cuerpo una gastritis, una úlcera, cólicos, dolores reumáticos, a través de la somatización, cuando te ves envuelto en una dificultad y permites que tu alma se debilite, restando inmunidad a tu cuerpo. Existen dolencias psicosomáticas, esto está más que demostrado ¿no es cierto?
Pues bien, esa misma capacidad que tienes tú de elaborar una dolencia que proviene de tu mente, también puede ser utilizada para eliminar la enfermedad. Tú eres un ser divino ¿te acuerdas? Por tanto, quien puede el mal, claro que puede el Bien. Es una cuestión de elección. En realidad, la dolencia es una opción que realizas en tu vida. Es un atajo. El camino real y verdadero que debemos seguir es el de la paz, la salud y la alegría. ¡Ah, Wilson, pero es un sueño!
No tanto, puede que sea un sueño debido a que en la actualidad la humanidad da más crédito al mal que al Bien. Estamos, provisionalmente sintonizados con el error, con la fragilidad, con el miedo. Pero tú puedes soñar, porque día vendrá en que todo ser humano desvendará, aún en esta vida, su poder divino y entonces eliminará el sufrimiento de la faz de la Tierra.
Por tanto, sueña. Y en cuanto a la célula madre y a la clonación, no te asustes, todo esto forma parte del deber de la ciencia de aliviar a la humanidad de ese pesado equipaje que es la enfermedad.
Como dice el Dr. Décourt, el médico es el factor decisivo en la salud humana, así como el científico es muy importante para realizar descubrimientos y poner al alcance de la medicina los medios por los cuales podrá ella auxiliar a la humanidad. Y todos nosotros los estudiosos de la espiritualidad, podemos dar una contribución extraordinaria, convirtiendo nuestros actos dubios, frágiles y miedosos, en actitudes de firmeza y carácter, para contribuir con la salud de nuestro cuerpo y de nuestra mente, y quizá soñando en alto, auxiliar a la humanidad a vivir con más calidad.
¿Qué puedo hacer en ese sentido? pregunta una amiga mía. Bueno, cree en tu poder de curar. Tú eres Dios y donde estés, en un centro espírita, en una iglesia evangélica o católica, en un templo budista o incluso allí en el bar de la esquina, si surgiese una situación de sufrimiento y dolor, abraza a la persona, conversa con ella sobre Dios, sé un aliviador de almas, allí donde te encuentres.
