EL AMOR TRANSFORMA Y LIBERA
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:34:13
Márian - Marta Magalhães - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
A pesar de que está cerca la victoria de la Luz sobre las tinieblas aquí en la Tierra, todavía vivimos residuos de una época en que la violencia, la codicia y la falta de respeto a los derechos humanos son mirados con naturalidad, mientras que los verdaderos valores como el Amor, la Compasión, el Respeto, la Honradez y la Verdad quedan relegados a un segundo plano. Aparte de esto, la miseria y el hambre asolan en África y en otros lugares, donde hay más de 180 millones de personas pasando hambre.
Desgraciadamente, el individualismo ha venido prevaleciendo a todos los niveles, e incluso aquellos que se dicen espiritualmente evolucionados se dejan llevar por vibraciones de miedo y engaño, causadas por el separatismo y se alejan del camino del Amor, de la entrega. Rechazan el servicio altruista diciendo que no hay que ayudar a aquellos que se están ahogando, pues podríamos ser también arrastrados al fondo.
Las personas ya no se entregan, se olvidan del ejemplo vital de los grandes maestros que, incluso no teniendo ya necesidad de volver a encarnarse, se ofrecen por Amor y retornan a la vida material para ayudar a la humanidad a despertar para la Luz de la Verdad. El amado maestro Jesús y otros muchos instructores dejaron su ejemplo, indicando que solo por medio del Amor y de la Compasión es posible alcanzar la liberación, la felicidad sublime. Se olvidan del ejemplo de las Jerarquías Superiores, siempre pacientes con nuestros tropiezos y siempre dispuestos a socorrernos, que además, también cuidan de mantener el equilibrio universal ayudando a aquellos que aún están en tinieblas, a fin de que despierten del sueño eterno.
Es cierto que necesitamos buscar el auto-conocimiento, nuestra propia curación, pero el trabajo voluntario también ayuda a liberar el alma de los karmas creados en el pasado. Parece que hay quien no sabe que cada uno de nosotros tenemos nuestra parcela de responsabilidad en relación a lo que sucede en el Universo; desgraciadamente algunos todavía se ven como partes separadas del Todo.
Tengamos la seguridad de que el Amor verdadero, la entrega incondicional, es reconfortante y nunca duele ni cansa. A los buscadores que se entregan de corazón no les importa perder la "vida material" para ayudar a alguien que lo necesita. Podemos estar seguros de que el sacrificio consciente no causa sufrimiento alguno, solo aporta éxtasis divino y la sensación del deber cumplido.
Frente a tanto descaso de la mayoría, entendemos que la entrega y la renunciación realmente solo podrán verificarse por aquellos que han comprendido la naturaleza del Todo, su participación en la historia del Universo y su corresponsabilidad en todo cuanto sucede ahora y siempre. Solamente los espíritus despiertos aprenderán a SER y a SERVIR con humildad y abnegación. La liberación solamente la experimentarán aquellos que han comprendido que el cuerpo y la personalidad son efímeros, mientras que el espíritu y la conciencia son eternos, y solo estos aspectos deben ser preservados.
Lo que es preciso que comprendamos es que, si no dejamos de ser prisioneros de la ilusión material, si no nos desapegamos y no nos volvemos compasivos y amorosos, no lograremos progresar. El miedo a envolverse y a perderse no debe ser cultivado por los seguidores de la Luz. Palabras animadoras de aquellos que nos orientan afirman que "aquellos que vienen de la Luz serán iluminados siempre", por tanto, hemos de creer en que no nos perderemos jamás, que la Luz siempre prevalecerá y estará presente siempre para indicarnos el buen camino. Las tinieblas existen únicamente para que podamos aprender a discernir, a elegir opciones más evolutivas, y no para que tengamos miedo a enfrentarlas.
Luz es sinónimo de Amor, Unión y Compasión; y tinieblas son sinónimo de miedo, egoísmo y separación.
Todos somos realmente responsables por lo que elegimos y, sin duda, hay personas que se niegan a ser ayudadas, pero no podemos cerrar los ojos y negar ayuda a aquellos que la necesitan y no saben cómo pedirla. No podemos abstenernos de ayudar a quien quiera que fuese. Un gesto de cariño, de compasión puede causar una transformación increíble en alguien. Un ejemplo de Amor puede transformar y hasta curar. Aquel que ama de verdad puede elevar la vibración de todo y de todos a su alrededor. ¡los milagros suceden!
¿Acaso debemos orar solo por aquellos que son merecedores de créditos conforme a "nuestro parecer", que pese a todo es imperfecto, o debemos orar por todos con independencia de su nivel espiritual o de su creencia? Al ver a alguien acercándose a un hoyo sin darse cuenta, ¿vas a cuestionar si merece o no ser avisado de que puede caer? Debes saber, entonces, que si no lo avisas también serás responsable por su caída. Lo cierto es que si alguien se cae a un hoyo, todos los demás sentiremos los reflejos de su caída, de su dolor.
Pensad bien, ¿acaso el socorrista de la orilla de la playa va a pedir a la persona que se está ahogando, que antes de salvarla firme un compromiso de tener más cuidado, solo para estar seguro de que su trabajo no va a ser en vano, y que ella ha aprendido algo con ese acontecimiento? ¿Puede ser?
Es preciso asumir la Conciencia de Unidad y extender la mano a los necesitados de curación, de cariño, de amparo, de comprensión y también de una nueva oportunidad. El Amor no juzga, no vacila, no pone condiciones, no impone, no espera nada. Únicamente ama, entrega.
Es muy fácil no implicarse ¿no es cierto? Quedarse mirando el sufrimiento ajeno sin adoptar una actitud es muy cómodo ¿no? Esto es apego al Yo menor, miedo a la no supervivencia física, miedo a perder el control si uno se implica, cosas del Ego.
¿Qué es ser Uno entonces? Tanto se predica la Unión, pero en el momento de comprobarla en la práctica ¿se vuelve el rostro? Debemos, sí, hacer nuestra parte, mirar a un lado, a nuestro alrededor, sentir quién está necesitado de ayuda, remangarnos y dar lo mejor de nosotros mismos.
Jesús nos dijo: Ama al prójimo como a ti mismo.
Al fin y al cabo, hemos venido aquí para SER y SERVIR siguiendo el camino del Amor, del Dharma. A fin de cuentas, Somos Todos Uno ¿o no?
Namaste,
Márian
