El anhelo por lo ideal
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:35:09
Traducción de Silvana Partucci - [email protected]
Uno de los mayores obstáculos de la paz interior es la no aceptación de si mismo. Cuando nos consideramos inadecuados, imperfectos, pasamos a luchar contra nuestra naturaleza esencial, intentando volvernos alguien diferente de quien somos.
Al revés de asumir una actitud de lucha contra nosotros mismos, podemos, amorosamente, intentar comprender las razones de nuestras limitaciones. Al hacer eso, en la mayor parte de las veces percibiremos que, en realidad, nuestros problemas son fruto de nuestra historia de vida, de la manera de cómo fuimos condicionados por el medio en que vivimos.
Entonces, lo mejor es abandonar cualquier objetivo de volverse alguien ideal y también el juicio, la condenación, la culpa y simplemente aceptar que no podemos ni debemos ser alguien diferente de lo que somos.
Compararse a los otros es lo peor que podemos hacer. Al contrario, lo más útil es mirar para dentro de nosotros cada día y en ese observar, descubrir todo lo que poseemos de bello, valioso y luminoso.
No hay un solo ser humano en el mundo que haya nacido fuera de éste estado. La diferencia es determinada por el grado de inconsciencia con que cada uno se desarrolla, pues es ésta que hace que muchos crean que no tienen ningún valor.
Al asumir tal creencia, automáticamente pasan a expresarla en su vida cotidiana. Libertarse exige una gran compasión dirigida antes que todo a si mismos.
Basta apenas desistir de cualquier actitud de lucha y relajarse en aquello que se es, con la seguridad de que ya somos todo aquello que nos gustaría ser.
"Todo perfeccionismo es un camino para el infierno. Todos los esfuerzos para hacer alguna cosa, algo a partir de ti, algo ideal, irán a crear una locura cada vez mayor. Los ideales son la base de toda locura y toda la humanidad es neurótica debido a demasiados ideales.
Por no tener ideales, los animales no son neuróticos, se vuelven, con la "ayuda" humana. Por no tener ideales, los árboles no son neuróticos. Ellos no están tratando de volverse algo diferente. Simplemente disfrutan todo lo que son.
Tú eres tú. Pero, en algún lugar, en el fondo, deseas volverte alguien especial, un santo, un Buda o un Jesús y, entonces, te quedas girando en un círculo que nunca termina. Percibe el punto: tú eres tú. Y el todo, o la existencia, desea que seas tú.
Es por eso que la existencia te creó, si no habría creado un modelo diferente. Ella quiso que estuvieses aquí en este momento. No quiso que un santo, un Buda o un Jesús esté aquí en tu lugar. La existencia sabe mejor, el todo siempre sabe mejor que la parte.
Entonces, simplemente, acéptate como eres. Si puedes aceptarte, aprenderás el mayor secreto de la vida y todo lo demás sucederá por cuenta propia. Simplemente sé tú mismo.
No hay necesidad de elevarse en las alturas, no hay necesidad de estar en una altura diferente de aquella en la que ya estás, no hay necesidad de tener otra cara. Sé simplemente como eres, en profunda aceptación y, entonces, sucederá un florecimiento y te volverás cada vez más tú mismo.
Es eso que llamo de abandonarse. El abandonarse no es un esfuerzo que puedas hacer. Es una comprensión de que yo soy yo y los otros son los otros, y es sin sentido intentar volverse alguien diferente de lo que soy. Eso crea una tensión en la mente, eso crea preocupación.
Una vez que abandones la idea de volverte alguien, no hay más tensión. De repente, toda la tensión desaparece. Estás aquí, luminoso, en este momento, y nada más resta por hacer, excepto celebrar y disfrutar".
OSHO
