El Año Nuevo Solar y la Luna Llena en el Perigeo
por Graziella Marraccini em STUM WORLDAtualizado em 21/03/2011 15:06:55
Traducción de Teresa - [email protected]
Esta semana no hablaré nuevamente de la Técnica de Liberación Emocional, EFT*, que ya ha sido objeto de mis dos más recientes artículos y que estaré enseñando en el próximo taller del día 26 de marzo. A los interesados, aconsejo entrar en mi Website personal y leer más sobre el tema, para descubrir lo que puede hacer por ti esta técnica maravillosa. ¡Aún quedan plazas, pero hay que apresurarse a hacer la inscripción!
Entonces, en este artículo, voy a escribir sobre el Equinoccio de Otoño y la Luna Llena en el Perigeo y, consiguientemente, sobre cómo interpreta la Astrología la reciente catástrofe natural en Japón.
Circulan por Internet varios e-mails sobre la excepcional Luna llena del día 19 de marzo. ¡Pero no tengáis miedo! El hecho de estar la Luna ‘más cerca de la Tierra’ no es tan importante como para causar acontecimientos excepcionales, ya que se produce de forma bastante regular al menos dos veces al año. Como la Órbita de la Luna no es circular, sino ‘oval’, tal como la de los cuerpos celestes que se mueven en elipsis en torno a otros objetos cuya masa es mayor que la suya (estrellas o planetas), entonces, toda órbita elíptica tiene un punto de mayor y otro de menor aproximación al astro central. En el caso de la Luna (o de cualquier objeto natural o artificial en órbita alrededor de la Tierra), a la menor distancia la llamamos perigeo (del griego peri, próximo, y gee, derivado de Tierra) y a la mayor, apogeo. Citando la Wikipedia: Esos términos también reciben la denominación apsis (plural ápsides). Los ápsides lunares no tienen relación directa con las fases. No obstante, ocasionalmente una Luna Llena coincide con el perigeo y así puede presentarse incluso un 30% más brillante que una Luna Llena en el apogeo. También se ve significativamente más grande. El 19 de marzo la Luna estuvo en esa fase Llena y en su Apogeo a una distancia de 356.577 kilómetros de la Tierra. La última vez que ocurrió esto fue hace 18 años y esto puede crear un sincronismo con acontecimientos de mayor gravedad – naturales o no – sobre nuestro planeta. Obsérvese bien que no hablo de ‘influencia directa’, ya que la influencia de la Luna sobre nuestro planeta es bien conocida por todos y se ha comprobado ampliamente la influencia de las lunaciones sobre las mareas, entre otras cosas. (Léanse los artículos sobre la Luna en mi Website). Cito los sincronismos porque mi razonamiento de astróloga me induce a examinar los acontecimientos terrestres en sincronía con los aspectos planetarios. La ‘súper-luna’ – si así la podemos llamar – ciertamente nos ofrecerá un bello espectáculo, pero ¿podría asimismo indicarnos acontecimientos de extremada gravedad?
Al examinar el mapa de la Luna Llena del día 19 – a las 15:10h (Hora Oficial) – vemos una configuración bastante difícil en el cielo: la Luna se opone al Sol, pero también a Marte (últimos grados de Piscis) y a Urano (ya en Aries) que están alineados con él. El día 20 todo cambia: el Sol ingresa en Aries, a las 20:20h, dando inicio a la primavera en el Hemisferio Norte y al otoño en el Hemisferio Sur. En ese momento, la configuración se hace más dramática: la Luna queda alineada con Saturno, en oposición a Júpiter y Mercurio. Y el Sol está alineado con Urano. Examinemos, entonces, cómo interpreta la Astrología esta configuración.
Es sabido que cuando el Sol cruza la línea del Ecuador Celeste comienza el Año Nuevo Solar. El Sol ingresa a 0º de Aries todos los años, pero no siempre en el mismo momento exacto del año anterior. El comienzo del Año Solar marca el inicio de la primavera en el hemisferio norte porque toda la simbología astrológica está basada en la observación del cielo en aquel hemisferio. Cuando el Sol abandona el hemisferio sur rumbo al hemisferio norte, nuestro hemisferio empieza a enfriarse, pues los dos hemisferios reciben los rayos solares de manera igual, de ahí que este momento astronómico sea llamado Equinoccio. Hay dos puntos celestes donde el Sol secciona el Ecuador (en la ida hacia el hemisferio norte y en su regreso al hemisferio sur) y se les llama Puntos Equinocciales. Uno se verifica a 0º de Aries, (también llamado punto vernal) en torno al día 20 de marzo y el otro a 0º de Libra, en torno al día 22 de septiembre.
Pero ¿qué año solar será este? ¿Podemos conmemorar el comienzo del nuevo año como hacemos en el reveillón? A lo que todo indica, este será un año de volteos espectaculares en muchos sentidos. Un año ‘loco’, en el cual los acontecimientos van a sorprendernos durante todo el tiempo, por su rapidez y extrañeza. Urano, que permanecerá en tránsito en Aries durante los próximos 8 años poco más o menos, ya demuestra cuál es su naturaleza: promueve escisiones, separaciones, contestaciones, huelgas. Las personas, en un anhelo de libertad, promueven cambios radicales, rebeliones contra jefes y dirigentes. Estamos asistiendo a esta oleada de violencia que está barriendo el Norte de África. Su naturaleza destructora puede asimismo indicar un aumento de los accidentes de avión, trenes y motocicletas. Y la ‘oleada’ también barrió Japón. Japón necesitará recomenzar, reinventarse para dar comienzo a un nuevo ciclo. Así, esta analogía astrológica puede indicar el inicio también de un ciclo de descubrimientos científicos, de progreso, de inventos y avances en la tecnología. Estamos cada vez más conectados unos a otros y gracias a Internet y a otros medios de comunicación digital, las catástrofes (naturales o no), que en algún tiempo tardaban días y meses en ser conocidas, ahora nos llegan de forma instantánea. Sin embargo, al mismo tiempo la movilización general es inmediata, los movimientos humanitarios son rápidos y las naciones se unen solidarias para ayudarse unas a otras. Ciertamente que la conjunción de la Luna con Saturno del día 20 indica un período de dificultades, de mortandad a gran escala (ya se habla de más de 4.000 muertos en Japón) de tristeza y restricciones. Por otra parte, la cuadratura entre este planeta (Señor del Karma), Plutón (Señor de la Muerte) y su oposición con Júpiter (Señor de la Expansión y de la Oportunidad) estará poco a poco menguando, pero al mismo tiempo nos habrá abierto los ojos para ayudarnos a comprender la verdadera dimensión de esta catástrofe. Y aún es posible interpretar esa configuración de planetas en el signo de Aries como un recado del cielo: “¡sí, es posible volver a empezar! ¡Haced algo nuevo, emplead la creatividad, abrid nuevos caminos a fin de que, con la tecnología del futuro, podáis abandonar los peligros de la tecnología obsoleta del pasado, aquella tecnología que ha destruido y contaminado el planeta, que trajo consigo el espectro de la muerte!”